Por Julian Santiesteban
La problemática ambiental en Cancún está lejos de resolverse; el relleno sanitario colapsó, la contaminación al subsuelo es una realidad y llegó en plena temporada vacacional de verano, cuando se espera la llegada de, por lo menos, un millón y medio de turistas, lo que incrementará las mil 300 toneladas que diariamente se generan en el destino más importante del país. Ante esto, el discurso oficial sostiene que en semana y media se tendrá una celda nueva para depósito de desechos. Un discurso engañoso, primero, por la insuficiencia de tiempo para concluir la celda y, segundo, porque ese espacio será sólo una medida emergente, ni siquiera podrá ser de mediano plazo. Se administra la desgracia pues.
La semana que inicia es clave, por ejemplo, para la conclusión de la señalada celda en cuestión. La última inversión que recibió ese relleno sanitario fue en 2016-2017, en la administración de Remberto Estrada Barba, cuando se construyó e inauguró la tercera celda; pero la cantidad de basura generada es mayúscula, pues además de las mil 300 toneladas de Benito Juárez, se suman las 150 de Puerto Morelos e Isla Mujeres; es decir, cada semana ese relleno sanitario recibe diez mil 150 toneladas de desechos; cuarenta mil 600 toneladas por mes; 487 mil 200 toneladas por año. ¿Nota ahora el lector la enorme desproporción entre la celda emergente que están construyendo y el espacio que en realidad se necesita para albergar tal cantidad de desechos?
En una declaración, la presidenta municipal de Benito Juárez, Ana Patricia Peralta de la Peña, dejó entrever que, además de la prórroga de dos semanas otorgada por la Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA) de Quintana Roo, para contar con un espacio de disposición de residuos, el ayuntamiento solicitaría un plazo similar. Luego entonces, ¿por qué el engañoso discurso? La respuesta está en el enojo ciudadano por intentar disponer de la basura en una antigua celda ahora no utilizada, pues hay asentamientos urbanos que han crecido en sus alrededores; luego entonces, había que dar la impresión de que la solución será pronta. Tiene que ver, acaso también, con la mayor presencia de turismo, tanto nacional e internacional y la facilidad con que este tipo de noticias se convierten en fenómenos nacionales (imagine solamente el grado de contaminación que se está generando y poco o nada se dice); pero -sobre todo- que ver con el impacto político que esta pre contingencia ambiental puede tener en el proceso electoral que está por venir.
Porque en un país en el que prácticamente todo pasa por el tamiz de la política, resulta impensable asumir que la crisis ambiental de Cancún no influirá en el ánimo ciudadano y, también, con las intenciones de un gobierno emanado del Partido Verde, con intenciones de reelegirse en 2024. Quiérase que no, todos los alcaldes hasta ahora habían gestionado, bien o menos mal, el manejo de la basura en el destino turístico más importante de México, pero ¡oh sorpresa! Fue justo en una administración “ecologista” cuando la situación colapsó. Ciertamente, habría que reconocer que la situación es un acumulado de descuidos a lo largo de los años, pero este gobierno debió ser capaz de responder a tiempo ante la problemática y, dicho en plata, sólo está actuando “a toro pasado”, cuando el problema fue imposible de ocultar y está desbordado.
Ahora bien, no significa que la situación sea irremediable, por el contrario, urgen soluciones de largo alcance, sólo que, hasta ahora, parecen estarse aplicando “curitas” en “heridas profundas.” Además de la celda emergente, el gobierno debe informar sobre el daño ya ocasionado, las sanciones que deberán aplicarse a la empresa PIMSA (no sólo una suspensión temporal), los procedimientos de saneamiento en el área ya impactada y, sobre todo, las acciones hacia el futuro, que acrediten que este gobierno “ecologista” sabe conducir gobiernos realmente verdes, con visión sustentable; comprometido más allá del discurso con dar a sus ciudadanos un entorno sano.
Y entonces, por eso la “cuidada” versión, por eso los discursos a medias. El futuro político de un gobierno depende, por mucho, sí de la popularidad de sus liderazgos, pero, sobre todo en el ámbito municipal, de los resultados tangibles, pues son el primer nivel de gobierno, el más inmediato al ciudadano, el que le da -o no- los servicios públicos eficientes y les cobra gravámenes como el Impuesto Predial. En Cancún, con base en la más reciente elección, 6 de cada 10 ciudadanos no votan por la coalición de Morena y sus partidos aliados. Aunque en el todo el país la “Cuarta Transformación Republicana” sigue aferrada a la imagen presidencial, la diferenciación entre lo “moreno” y lo “verde” ocurrió de manera natural.
Que todavía es un trecho largo para el día de la elección (02 de junio de 2024) ciertamente; que el gobierno municipal aun puede ser ayudado por la administración estatal de Mara Lezama Espinosa, claro que sí; pero habría que decir también que la gobernadora estará construyendo en el 2024, a sus “generales” electorales, que le ayuden a sortear su propia sucesión en el 2027. Es ahí donde se requieren personajes que abonen con votos y no sólo con lealtades coyunturales; es ahí donde las candidaturas del próximo año pueden cambiar y es esta la manera en que la basura y las elecciones, pasarán juntas, a la hora de la decisión en las urnas. Al tiempo.
COMENTARIO MORBOSO
Alonso Fernández Lemmen Meyer titular de la Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA) en Quintana Roo, dijo en la semana anterior que “no tenía tiempo para entrevistas”; pero al parecer tampoco lo tiene para actividades que son parte de su obligación. Para la aplicación de sanciones, por ejemplo, por maltrato animal. En todo Quintana Roo, particularmente en el último mes y medio, han sacudido socialmente casos terribles de tortura a canes, algunos de los cuales han muerto por la crueldad humana y…la PPA… como si nada.
Lemmen Meyer, que al inicio de su gestión generó muchas expectativas positivas, tampoco ha sancionado la realización de actividades expresamente prohibidas en la ley, como la tauromaquia o las peleas de gallos. Eso sí, algunas empresas constructoras de la zona norte, refieren que ha estado muy atento a sancionar construcciones nuevas, por violaciones a la normatividad ambiental…y hay quien habla ya de actos de corrupción para permitir la continuación de las obras, de lo cual el escribiente aun no tiene los elementos concretos, por eso sólo lo deja a nivel de rumor.
Así, mientras el titular de la PPA no tenga tiempo para informar de su labor, pero sobre todo, tampoco lo tenga para la realización de su tarea, pues tanto la conservación ambiental, como el bienestar animal, seguirán siendo un anhelo en esta entidad, cuyos gobiernos, en su mayoría, se supone, tienen estas líneas de acción como premisas de la administración pública; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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