El Minotauro
Nicolás Durán de la Sierra
Hace unos días, el instituto nacional de estadística, el Inegi, indicó que en 2022, en México, el salario de los hombres fue casi un 35% mayor que el de las mujeres, diferencia notable sobre todo porque, en ese aspecto, la tendencia era que fuera a menos. Dicho con sencillez: por cada cien pesos que ganó un hombre, la mujer ganó sólo 65 pesos. Una brecha significativa.
Varias son las razones de esta distancia de sueldos y de entre ellas destaca el que la mujer destina más tiempo que el hombre a labores no remuneradas, como las de asistencia, aunque se dieron casos de segregación. No es positivo el panorama, y menos aún lo es en las áreas rurales del Estado y en las zonas pobres de ciudades como Cancún y Playa del Carmen, en Quintana Roo.
No sobra repetir que, según el censo más reciente de la federal Secretaría del Bienestar, en el Estado vive en la pobreza casi el 45% de la población y de este segmento el 10% se hallan en situación extrema, es decir más de 170 mil personas. Pese al auge turístico y a su derrama económica, casi la mitad de los pobladores de Quintana Roo sufren de alguna carencia básica.
En este contexto destacan dos programas emprendidos por el gobierno de Mara Lezama: Mujer es Vida y Mujer es Poder, con los que se busca abatir o al menos reducir esta brecha en donde, precisamente, las carencias son más imperiosas. En los pueblos y comunidades mayas del Estado el apoyo bimestral de dos mil pesos puede significar la diferencia entre comer y no comer, entre poder ir en busca de atención médica o no poderlo hacer.
Hay quienes ven ‘populismo’ en la entrega de tarjetas de estos programas a decenas de miles de mujeres en todo el Estado; hay quien dice que ello no acaba el problema de la pobreza, y tienen parte de razón: sí, la solidaridad por lo común genera afectos, aquí o en cualquier sitio; humana condición, y sí, la pobreza supera a cualquier esfuerzo oficial. ¿Pero por ello no hacer nada’?
Un sabio político, el exgobernador Miguel Borge Martín, creador de la Universidad estatal, anotó alguna vez que atenuar la pobreza y buscar el bienestar general era un puntal de su gobierno y en 1987 inicio el rescate de la zona maya y ordenó la igualdad salarial entre ambos sexos por la misma labor. En su tiempo, él habló de justicia social y creo que Mara Lezama habla ahora, también de justicia para el sector social más necesitado.
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