El Minotauro /
Por Nicolás Duran de la Sierra /
Para Francisco López Mena, el rector de la Universidad de Quintana Roo, la ruta hacia la autonomía de la casa de estudios está por concretarse y es probable que ello ocurra antes de que finalice el año. Sin embargo, como siempre, la realidad se impone. El problema no es tanto del ámbito burocrático, es decir, de modificar la ley para darle tal estatus, sino de orden económico.
El proyecto autonómico contempla, además del aspecto legal -que corresponderá a la nueva legislatura- dar a la universidad la solidez financiera para ese rango. En el país es una de las pocas que aún no es autónoma. Su presupuesto del 2020 es de casi 500 millones, de los que unos 30 millones vienen del aporte de los estudiantes, que en promedio ingresan 300 pesos por semestre.
Empero, con la nueva directriz federal de gratuidad de la educación pública, ese ingreso está en riesgo y eso resta operatividad a la institución, pues el dinero estatal y el federal esta etiquetado. “No es que se comprometa la autonomía, sino de que se complica el panorama”, dice el rector. El Estado está listo para dar 15 millones, y se busca que la federación de los otros quince.
Más allá de los problemas por encarar, la autonomía de la Universidad de Quintana Roo está en camino, está cercana y esa es una gran noticia. El estado precisa de una saludable masa intelectual critica, que ayude a reconstruir nuestro tejido social. Quizá el proyecto no cristalice este año, pero está muy cerca. Bienvenida sea la Universidad Autónoma de Quintana Roo.
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