El Minotauro /
Nicolás Duran de la Sierra /
Este lunes 9 de marzo, con marchas y exposiciones, con talleres y conferencias, en todo el país se llevará a cabo la jornada “Un Día sin Mujeres”, movimiento que busca no sólo generar conciencia respecto del valor femenino en la sociedad desde el punto de vista económico, sino también alertar sobre el aumento de violencia hacia la mujer en México y demandar el respeto a sus derechos en todos los ámbitos, comenzando por el doméstico.
La fecha elegida por el colectivo veracruzano ‘Brujas del Mar’, precursor del movimiento, es porque un día antes, el 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer, con lo que la jornada mexicana tendrá un mayor realce. En el programa de la asamblea nacional Juntas y Organizadas, se indica que en Playa del Carmen y en Cancún se efectuarán marchas feministas, si bien se da por hecho que habrá otras marchas no calendarizadas.
La jornada del 9 de marzo, aun sin celebrarse, es ya un éxito tan sólo por su convocatoria, pues de nuevo llevó el tema de las varias formas de violencia hacia la mujer al escaparate nacional. Vamos, hasta los denuestos van a favor del movimiento. No obstante, la mayor amenaza para ‘Un Día sin Nosotras’, se oculta en su propio éxito, pues es jugoso bocado para intereses de toda índole, desde políticos hasta comerciales.
La jornada es poderoso imán político y no podría ser de otro modo si se trata de un movimiento popular. Tan apetitoso resulta el bocado que hasta la iglesia católica y los partidos de derecha, con el PAN al frente, buscan sitio a la mesa –eran feministas de closet-, junto con gobiernos de todo blasón que quieren raja electoral. El descrédito es el gran enemigo del movimiento y hay adhesiones que hasta ofensivas resultan.
La jornada “Un Día sin Nosotras”, es exitosa aún antes de realizarse, pues su eco ha ido a todos los espacios nacionales. La lucha por la plenitud de sus derechos es tarea de todos, no sólo a ellas. Claro que se han dado excesos, pero eso es normal en las luchas sociales y en el balance, los daños son pocos frente a la posibilidad de un futuro colectivo mejor. Recordemos que el bienestar de ellas redunda en nuestro propio bienestar.
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