El Minotauro /
Por Nicolás Durán de la Sierra /
Apenas publicado por el diario The New York Times, el artículo “No, no eres de clase media” logró una difusión insólita en nuestras redes sociales. Hasta quienes se saben pobres, se buscaron en el análisis económico ante la posibilidad de lograr una categoría más amable, aunque sea en el papel, que a la terca realidad bien se le puede disimular con palabras.
La síntesis de este texto alimentado por diversas fuentes es que el 61% de los mexicanos se cree parte de la clase media, pero en realidad están en la pobreza moderada y sólo el 12% de la población logra estar en este renglón por ganar más de 120 mil pesos por mes. Huelga decir que Viri Ríos, la autora del análisis, perdió una enorme cantidad de desalentados seguidores.
Más allá de lo acertado o no del análisis, pues las bases del mismo son discutibles -por ejemplo la Unam tiene medidas diferentes a las del Inegi-; más allá de esto, lo trágico es que las cifras coinciden en que, de modo tácito, la pobreza creció en el país. Si solo el 1% es rico, si unos 15 millones forman la clase media, entonces el resto de los 126 millones de mexicanos es pobre…
Claro, hay de pobres a pobres. Según las cifras oficiales (Coneval), en 2018 había en el país casi 53 millones de pobres y 10 millones en pobreza extrema; en 2019 los porcentajes bajaron casi en tres puntos, pero fuentes privadas afirman que, al contrario, en ese mismo año la pobreza creció en igual volumen. En síntesis, tenemos casi sesenta millones de pobres.
Sin embargo, a desmedro de las angustias de una clase media que quiere seguirlo siendo y de los ecos que sus afanes alcanzan en las redes sociales, las estimaciones oficiales para este 2020 no son halagüeñas y de seguro moverán los parámetros de las clases sociales, que el impacto de la epidemia en la salud y las finanzas dañó a todas las economías del mundo.
Las previsiones oficiales prevén que en la pobreza media haya unos nueve millones de personas más, y que en la pobreza extrema se inscriban unos diez millones más de personas. Veinte millones de nuevos pobres. Es posible que un próximo artículo de la autora se intitule “No, no eres tan pobre como crees”, aunque es probable que no tenga tanto éxito en las redes.
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