A Tiro de Piedra
Julián Santiesteban
La moral se esgrime cuando se está en la oposición;
la política, cuando se ha obtenido el poder
José Luis López Aranguren
Algunos buenos, otros no tanto y muchos impresentables –depende la perspectiva de cada quien-, pero conforme se acerca el fin del gobierno de Carlos Joaquín González, se preparan también los regresos a la escena política de actores que permanecieron en espera de que llegara la conclusión del sexenio. Fueron señalados de dañar las arcas públicas y, al paso del tiempo, ha resultado que sólo eran grupos diferentes, y todos se le presentarán al ciudadano en 2021 y 2022 como opciones de gobierno.
Las redes sociales evidencian el hartazgo ciudadano en la víspera del inicio del proceso electoral más competido en la historia mexicana y la renovación de la gubernatura quintanarroense, pero en ese rechazo automático existe y persiste mucho desconocimiento de las trayectorias de las personas en específico; pues por ejemplo, se defenestra en automático a quien proviene de ciertos partidos políticos, sin enterarse que lo peor de los mismos ha emigrado al que creen que es mejor, entiéndase todos los “prianistas” que se han vuelto “morenos” y ahora son considerados “impolutos.”
Pero esa es una idea construida desde los grupos de poder, los adjetivos para el denuesto no surgieron en la colectividad, “prianistas” o “chairos” son catalogados así por los mismos grupos en disputa, como en Quintana Roo, que a todos los colaboradores de las administraciones de Félix González Canto y Roberto Borge Angulo se les consideró dentro del grupo de “saqueadores”, cuando está bastante acotado el grupo político al que pertenecían. Incluso, cabe decir que prácticamente ninguno de ese grupo fue tocado con el pétalo de una amonestación pública. Sólo el denuesto. ¿Será que la próxima administración catalogará a todos los actuales funcionarios de “joaquinistas”? seguramente sí.
Y entonces, ¿cuál debiera ser la postura ciudadana? De entrada, distinguir entre el prejuicio y el argumento; hasta Félix “Feliciano” González Canto puede hacer política, es su derecho, pero si ya lo conoce, pues es responsabilidad del ciudadano que lo apoye, no se queje luego de la desaparición del presupuesto. Exigir proyectos antes que nombres partidos o lugar de origen, hacer el esfuerzo por leer y entender que, ni todo lo pasado es malo, ni todo lo actual es bueno; ¿o no conoce el taxista la gravosa Ley de Movilidad, no ha escuchado o leído sobre polémicas adquisiciones de viviendas, de amañadas licitaciones de uniformes y mochilas escolares? Hay decepciones también en esta etapa. Pero hay que aprender a distinguirlos.
Luego entonces, la disputa por las alcaldías, las diputaciones y la gubernatura, no será sólo entre el régimen local y la administración federal, sino también participarán lo mismo políticos de antaño que opciones novedosas, probablemente apartidistas; pero si ya llegó hasta este punto de la lectura y quiere un nombre como ejemplo de lo que se afirma, ahí le va uno, tan sólo de un municipio: Gabriel Mendicuti Loría; el ex presidente municipal ya levantó la mano –hasta ahora muy sigilosamente- para repetir en el cargo en Solidaridad. Ha ocupado cualquier cantidad de espacios en la administración pública –sí, también con Félix y Roberto- y, al inicio de este sexenio, tuvo incluso expedientes, órdenes de aprehensión y todo lo que sus allegados dijeron era una venganza política, y la libró. Si es así, seguramente mucho tendrá que decir al respecto y el candidato del oficialismo no la pasará nada bien. Por cierto, desde hace ya algunos años, cuando buscó la candidatura a la gubernatura, Mendicuti Loría tiene el apoyo del empresariado hotelero más poderoso de la Riviera Maya. Ese municipio será de nuevo el epicentro de la guerra electoral más intensa de Quintana Roo, su distrito electoral ha dado dos gobernadores y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) amenaza con regresar por ahí, de la mano del ex edil. Nótese lo intenso de la jornada por venir.
Con todo lo anterior como contexto, queda claro pues que ningún partido podrá por sí mismo asegurarse triunfos –ni Morena que gobierna el país, ni PAN y PRD por separado, que en teoría, gobiernan Quintana Roo- y, lo peor para quienes consideran a todo el pasado como “malo”, es que el tricolor pudiera regresar mucho antes de lo que habían proyectado, y todo está en función de los malos o pocos resultados actuales; los candidatos con trayectoria competirán contra los que apenas incursionen, y los abanderados “oficiales” sean federales o locales, tendrán que mostrar mucho más que una careta de supuesta honestidad, porque si algo ha quedado claro al electorado es que, pasadas las elecciones, todos los gobiernos son iguales. Ni más buenos, ni menos malos.
Pd. Gabriel Mendicuti Loría fue alcalde de Solidaridad de 2002 a 2005 y lo sucedió en el cargo el actual gobernador, Carlos Joaquín González, de 2005 a 2008. Algo se han de conocer.
COMENTARIO MORBOSO
A propósito de temas y actores públicos que no debieran quedar en el olvido, el 21 de este mes se cumplió un año de que el aún titular del Instituto Quintanarroense de la Juventud (IQJ), Fernando Méndez Santiago, fuera exhibido en sus excesos. Sea por la confianza de sentirse impune, o por inexperiencia en la administración pública, o por falta de prudencia o, finalmente, por ego de nuevo millonario –desconocemos por cierto si tiene esa condición-; el caso es que el funcionario publicó en sus redes sociales su viaje a Las Vegas de 2019 y fue lapidado no sólo por su “gustito”, sino por los nulos resultados en la dependencia que le crearon ex profeso, luego de que aceptara, en 2016, ser precandidato del PAN a la gubernatura del estado, como una estrategia partidista para que el actual gobernador del estado pudiera hacer precampaña.
Ante ese “sacrificio”, la XV Legislatura creó el IQJ escindiéndolo de lo que fue la Comisión para la Juventud y el Deporte (Cojudeq) –que sigue por cierto con ese nombre-. El asunto es que, los legisladores establecieron, en el artículo 42F, la obligatoriedad de haber desempeñado “preferentemente” cargos de alto nivel decisorio en actividades de servicio público, sociales o académicas, cuyo ejercicio requiera conocimiento y experiencia en materia administrativa relacionadas con la juventud. Con ese “preferentemente” salvaron toda ilegalidad, pero condenaron a esa institución a vegetar, pues resultados concretos no ha habido, los indicadores de la juventud se han mantenido igual o han empeorado, particularmente en cuanto a planes, programas y proyectos que los atiendan; mientras el instituto presume cursos –y hasta premios en 2018-, sin haber diseñado e instrumentado siquiera una política de atención al sector, pero eso será objeto de otra colaboración.
Por lo pronto, baste decir que, desde el año pasado, el mandatario estatal afirmó que si hubiera algo que investigar, debieran despejarse dudas sobre Méndez Santiago, aunque aun así nada ocurrió. Cosas de la Secretaría de la Contraloría Estatal (Secoes). Es pertinente recordar que el hermano de Fernando, Daniel, es asistente del todo poderoso asesor gubernamental, Juan de la Luz Enríquez Kanfachi, de quien se rumora, no atraviesa por su mejor época en la actual administración, pues sus protegidos en el gabinete comienzan a caer; ¿caerá también el titular del IQJ, cuya labor se ha ceñido a atender con excesos su propia juventud? Y conste que no abordamos las amañadas licitaciones de proveeduría para el albergue estudiantil, que también le reventaron a finales del año pasado, de lo cual le hablaremos con posterioridad; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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