El hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, además de ser buscado por las autoridades federales, también era el objetivo de un grupo de sicarios que habían sido contratados para matarlo mientras se hospedaba en la capital del país
El nombre de Ovidio Guzmán volvió a cobrar relevancia a inicios de 2023 debido a su recaptura en Culiacán, Sinaloa. El Ratón, como también es conocido, había permanecido ausente desde el llamado “Culiacanazo”, un operativo fallido realizado en 2019 en el que detuvieron al capo de 32 años, pero por órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador fue liberado.
Durante ese tiempo, el hijo de Joaquín El Chapo Guzmán no estuvo oculto ni se escondió de las autoridades de manera permanente, pues en diversas ocasiones se trasladó a la Ciudad de México, donde también realizaba actividades no relacionadas al crimen organizado: acudía a plazas comerciales, comía en restaurantes y gastaba miles de pesos en artículos de lujo, según informes de la Secretaría de Marina (Semar).
Sin embargo, durante sus viajes realizados en 2021, Ovidio Guzmán estuvo a punto ser asesinado en un reconocido centro comercial ubicado en la alcaldía Benito Juárez. Así lo dio a conocer el periodista especializado en temas de seguridad, David Fuentes, quien tuvo acceso a los reportes de inteligencia de la Marina y dio a conocer el plan frustrado de los asesinos en una publicación de la revista Proceso.
Según el autor del libro Narco CDMX, Ovidio vivió aproximadamente seis meses en la capital del país durante aquel año. A pesar de que aún era buscado por las autoridades federales, se paseaba con sus escoltas en calles de la colonia Roma, la Condesa, la Nápoles y Santa Fé, unas de las zonas más exclusivas y de mayor poder adquisitivo en la ciudad.
Comer pasteles y tomar malteadas en una pastelería de la CDMX era uno de los pasatiempos favoritos de Ovidio Guzmán (Foto: Cuartoscuro)Comer pasteles y tomar malteadas en una pastelería de la CDMX era uno de los pasatiempos favoritos de Ovidio Guzmán
A la caza de “El Ratón”
Además del Ejército Mexicano, El Ratón era buscado por un grupo de sicarios que venían de Sinaloa, Sonora y Tijuana con una tarea en específico: acabar con su vida. Estos sujetos, según David Fuentes, habían sido contratados por Ismael El Mayo Zambada (uno de los líderes del Cártel de Sinaloa) y Rafael Caro Quintero, mediante un lugarteniente identificado como El Flaco.
El analista de seguridad, Antonio Nieto, indicó en una columna de opinión que El Flaco -cuyo nombre es Pablo Núñez- era un cabecilla del cártel de los Arellano Félix y fue él quien envió a cinco sicarios para matar a Ovidio. Para ello, estuvieron siguiendo sus movimientos en la CDMX durante una semana las 24 horas del día. Fue así como conocieron uno de sus pasatiempos favoritos: comer pasteles en una plaza comercial.
De acuerdo con los informes, Ovidio se hospedaba en el hotel Vermont y tenía a su disposición dos vehículos: una camioneta Mercedes Benz y otra Land Rover, ambas blindadas. Además, cada jueves acudía a Parque Delta para degustar de un postre y una malteada en Cheescake Factory. Sin embargo, lo que le servía de distracción y entretenimiento se convertiría en una latente amenaza de muerte.
Era el 28 de octubre de 2021. El hijo de El Chapo, como era costumbre, arribó al mismo restaurante cerca de las 18:20 horas. En el lugar, los sicarios ya lo estaban esperando. Cuando detectaron la presencia de El Ratón, dieron aviso a El Flaco para que diera “luz verde”. Incluso, le mandaron una fotografía por WhatsApp para corroborar que fuera Ovidio.
Sin embargo, la autorización nunca llegó. El Flaco les dijo a sus gatilleros que “no quería un escándalo” en la plaza comercial, pues se trataba de uno de los centros más concurridos por los capitalinos, por lo que cualquier acto violento o derramamiento de sangre generaría una fuerte movilización policíaca. “Ya lo tenían identificado, pero les dijeron que ‘no hicieran un show’, por eso no lo mataron en esa plaza en 2021″, comentó David Fuentes en entrevista para MVS noticias. Fue así como dejaron ir a El Ratón.
Al cabo de dos días, los sicarios fueron detenidos por elementos de la Sedena en un inmueble ubicado en la calle Dakota de la colonia Nápoles. Luego de que fueran asegurados, confesaron sus planes ante las autoridades para matar a Ovidio y dieron a conocer la intención que tenían Los Chapitos (una de las facciones del Cártel de Sinaloa) para controlar el trasiego de drogas en la CDMX.
Los sicarios fueron identificados como Alejandro Valenzuela Mejía, Alexander López Palencia, Carlos Eduardo Bretado, Ángel Velázquez Figueroa y Aarón Alejandro Tostado Rocha, quienes recibían depósitos en efectivo para cubrir su hospedaje y otros gastos mientras estaban en la capital. Según los informes de inteligencia, a partir de ese tarde Ovidio no regresó a la Ciudad de México.
Sin embargo, después de un año, El Ratón caería en manos de la justicia. En un operativo realizado el 5 de enero de 2023 en la sindicatura de Jesús María, en Culiacán, Ovidio Guzmán fue capturado por las Fuerzas Armadas, lo que dejó un saldo de 29 fallecidos: diez oficiales y 19 presuntos delincuentes.
Posteriormente fue trasladado en una aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) a la CDMX. Una vez en la capital, fue llevado al al Centro Federal de Readaptación Social no. 1, también conocido como Penal del Altiplano, ubicado en el Estado de México. Cabe recordar que en este penal se fugó su padre en 2015 mediante un túnel.
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