Por Mauro Barea
En su primera novela premiada, “Botas Rusas”, Agustín Labrada nos transporta a la Cuba de finales del siglo XX, una época marcada por la Revolución de Fidel Castro y el complejo entramado social que la acompañó. A través de una prosa poética magistral, Labrada nos sumerge en la vida de Héctor, Rony, Gabriela y otros personajes, ofreciéndonos una visión viva y auténtica de la cotidianidad en Holguín.
Las botas rusas, más que un simple accesorio, se convierten en un símbolo poderoso que define no solo el estilo de vida, sino también la interdependencia histórica que caracterizó esa era. Labrada utiliza este elemento distintivo como hilo conductor, guiándonos a través de los contrastes y desafíos de la Cuba de aquel entonces.
La narrativa de Labrada se entrelaza con la música, creando una experiencia sensorial única para el lector. Las referencias musicales, reconocibles para muchos, añaden profundidad y autenticidad a la trama, conectando emocionalmente con la historia.
La intensidad de los acontecimientos, desde el fervor sexual hasta las luchas contra el racismo y el clasismo, se transmite con una fuerza palpable. Labrada no se limita a describir la realidad, sino que logra transmitirnos la intensidad de cada momento, haciendo que el lector sienta y viva la historia.
“Botas Rusas” se posiciona como una valiosa contribución a la literatura caribeña, ofreciendo una perspectiva única y apasionante de la vida en Cuba en aquel período. El premio otorgado por la Fundación MonteLeón en España destaca la calidad y relevancia de esta obra, que merece ser escuchada y apreciada a nivel mundial.
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