DIANA ALVARADO 24 MARZO 2024.- Adelantan un fragmento del libro sobre Xóchitl Gálvez: Xingona: Una mexicana contra el autoritarismo (Random House), de la autora Ivonne Melgar. La periodista presenta en esta obra una biografía que hace un retrato basado en una investigación sobre la actual aspirante presidencial de México, desde antes de que llegara a la política —hace 24 años— hasta convertirse en candidata.
Capítulo 7. La hermana secuestradora
García Luna y las sospechas
La noticia del 23 de julio de 2012 arrastró a la ahora candi-data presidencial Gálvez Ruiz al escarnio público y la hizo blanco de una condena mediática con la que ha cargado ya 12 años: Xóchitl, la hermana de una secuestradora.
¿Fue una venganza política contra una mujer que había sido crítica del candidato ganador Enrique Peña Nieto en las elecciones presidenciales ocurridas 21 días atrás? ¿Cabe ahora la sospecha de que los presuntos delitos de Jacqueline Malinali Gálvez Ruiz hayan sido parte de los montajes producidos por el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en el sexenio de Felipe Calderón?
Es una duda vigente ante la falta de sentencia para la her-mana de Xóchitl, una presunta secuestradora que sigue esperando a ser juzgada.
Víctima de tortura, como se comprobó posteriormente, Malinali continúa en la cárcel sin que sus acusadores hayan ratificado la denuncia que el secretario García Luna difundió estruendosamente cuando le faltaban cuatro meses y una se-mana para dejar el cargo.
Esas inconsistencias han profundizado la sospecha de un posible uso político del caso, ocurrido tres semanas después de las elecciones federales del 2 de julio, en las que Xóchitl fue candidata perdedora al Senado de la República por el Partido Acción Nacional (PAN) y participante activa de la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota, también derrotada ese día en las urnas.
El apoyo de la hidalguense a su colega del gabinete foxista fue abierto y pleno, en contraste con el bajo perfil de algunos funcionarios del gobierno de Calderón en esa campaña, incluidos quienes eran aspirantes al Congreso.
García Luna no fue la excepción; además de haber sido deliberadamente distante de la campaña presidencial de la panista —debido a una mala relación personal entre ambos—, ella lo acusó de espionaje y de filtrar sus comunicaciones privadas.
Esa desconfianza fue parte del clima electoral de 2012, cuando la mayoría de los calderonistas le dieron la espalda a Vázquez Mota, sea porque doblaron los brazos electoralmente hablando o porque trabajaron en favor de Peña Nieto.
La noticia de la hermana secuestradora de Xóchitl Gálvez se dio, pues, en ese contexto poselectoral, cuando todavía punzaba entre los cercanos a la candidata presidencial panista el sentimiento de la derrota, en medio de versiones de traición interna.
Fue una nota roja presentada con el sello del sexenio, bajo el formato con el que García Luna daba a conocer las pesquisas de delincuentes supuestamente importantes. El material ofrecido por la Secretaría de Seguridad Pública contenía la imagen de un hombre a cuadro que era cuestionado por una mujer que no figuraba en el video y de quien sólo se difundía la voz.
El interrogado era Leonardo Sales, el Tolmex, detenido por plagio, según se leía en los subtítulos. Éste era el interrogatorio:
-¿Su nombre?.
-Leonardo Sales.
-¿Usted no sabía la forma de operar?.
-Sí, sí sé cómo es…
-¿Cómo es?.
-La señorita Mali los ponía, llegaban esas gentes en sus unidades robadas, con armas largas, y subían a la gente.
-Esta persona que me refiere, Mali, ¿qué papel tiene dentro del grupo?.
-Ella es la que pone a la gente.
El video contenía además imágenes de la conferencia de prensa en que fueron presentados los presuntos secuestradores. En la transmisión que ese día realizó el periodista Francisco Zea de Cadena 3 se expuso lo siguiente: “Son las palabras del líder de la banda de secuestradores Los Tolmex, en relación con su modus operandi. La sorpresa del día es que dentro de los seis detenidos está Jaqueline Malinali Gálvez Ruiz. Él le dice Mali, y es la hermana menor de Xóchitl Gálvez, extitular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas durante el sexenio de Fox”.
El relato fue ilustrado en la pantalla con imágenes de archivo de la exfuncionaria y con una fotografía fija de su hermana, la presunta delincuente, que difundió la Secretaría de Seguridad Pública; su rostro lucía tumefacto, con un moretón que sobresale en el ojo izquierdo.
Era evidente que Mali Gálvez Ruiz había sido golpeada durante su detención en uno más de los entonces considerados exitosos operativos de seguridad, bajo la conducción de quien era visto por el gobierno como el mejor policía de México, Genaro García Luna, hoy encarcelado en Nueva York por el gobierno de Estados Unidos, pues una corte de esa ciudad lo declaró culpable de tráfico de drogas y lavado de dinero.
Cadena perpetua a políticos rateros
En 2012, Xóchitl había sido severa en sus críticas en contra del legado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Hidalgo, su estado, y del grupo político que comandaba el exgobernador Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Organización de ese partido y hombre clave en la campaña presidencial de Peña Nieto, perfilándose como el futuro secretario de Gobernación.
“En Hidalgo hay un cacicazgo y un control absoluto. En Hidalgo los dueños de las constructoras son los políticos, son los amigos de los políticos, y por eso el control brutal de todo. Nadie se atreve a decirlo; me impresiona cómo amenazan a las comunidades, a la gente le da miedo. No hay transparencia”, exponía Gálvez Ruiz al periodista Ezra Shabot en entrevista para Canal Once el 10 de junio de 2012.
“Estamos viviendo un gran espectáculo donde los gobernadores tienen muy bien controlado el tema mediático, pero son bastante culpables del crecimiento de la pobreza en México”, señalaba la abanderada panista.
Como era evidente su desapego a la militancia del PAN, el periodista la cuestionó sobre por qué se postulaba por un partido del que parecía estar distante ideológicamente. “Mi segunda propuesta al Senado es la eliminación de privilegios. Ésa se parece mucho más a la de Andrés [López Obrador, candidato presidencial del PRD en 2012]”, respondió Gálvez Ruiz.
“Si yo le sumo la cantidad de privilegios que tienen los funcionarios en el sector público, aparte de su salario, estaría pensando en un ahorro de entre 6 mil a 10 mil millones de pesos, dinero que podríamos enfocar para cubrir enfermedades catastróficas del Seguro Popular. Lo que Andrés propone tiene lógica: quitar los privilegios que se dan por debajo del agua en el Congreso y en los gobiernos”, planteaba.
Defendía la candidatura de Josefina Vázquez Mota y sus propuestas, cuestionaba el perfil de Peña Nieto y proponía construir acuerdos legislativos con los representantes de todos los partidos para impulsar una agenda anticorrupción. “Quiero volverme la voz de los sin voz, porque la gente lanza sus gritos de auxilio y hay una clase política que no la escucha, sino que la amenaza, la reprime, la intimida”.
A la pregunta de qué significaba la candidatura de Peña Nieto respondió: “Después de lo que yo viví en Hidalgo: un gobernador que me persiguió con gente armada, un gobernador que atacó mi casa de campaña, un gobernador que da línea a los medios de comunicación y que con los recursos públicos les pagaban para que yo no pudiera salir… yo lo viví hace dos años. Si ésa es la gente que va a acompañar a Peña, yo veo a este país, en dos años, endeudado, con déficit, con prepotencia, con arrogancia. Al señor lo veo instalado en el presidencialismo del pasado”.
Y cuestionaba al PAN: “No tengo duda de que el panismo quedó a deber, pero sí creo que Josefina representa algo diferente dentro del panismo: es conciliadora, está dispuesta a un gobierno de coalición y tiene una agenda ciudadana”.
Fue una coyuntura en la que sus declaraciones buscaban desvestir el modus operandi de una clase política a la que describía ligada al financiamiento de campañas por la vía de la adquisición de obras y constructoras.
“Mi propuesta número uno al Senado es cadena perpetua para los políticos que roban, porque nos secuestran la esperanza, porque nos secuestran el futuro de los hijos, porque secuestran nuestro dinero. Y todo mundo dice ‘cadena perpetua para los secuestradores’, ¿y los políticos rateros qué?”, alegaba Gálvez Ruiz.
El 23 de junio de 2012 esas declaraciones parecían revertírsele a la candidata que pretendió equiparar a los funcionarios corruptos con los secuestradores. Ahora, sin metáforas de por medio, Xóchitl era señalada como la hermana de una plagiaria.
La candidata al Senado por el PAN que se había dedicado a recabar testimonios de supuestos casos de corrupción de gobernadores del PRI en esa campaña de 2012 se tropezaba con una mancha familiar que empañaría su biografía. Porque desde que se convirtió en una empresaria conferencista, Xóchitl contaba su historia de pobreza, de una madre víctima de la violencia y un padre con alcoholismo, pero orgullosamente honestos.
Sé el primer en dejar tu comentario de esta noticia