Julian Santiesteban
Una feria de apariencias. En eso se han convertido en México las acciones afirmativas para la representación de sectores sociales y comunidades. ¿Las razones? El permanente “esfuerzo” de actores políticos y autoridades por hacer lo “políticamente correcto”, sin considerar que, lo que en el fondo subyace, es la posibilidad de que la acción de dichos representantes, transforme la realidad de sus representados y no sólo viva de ellos.
En esta dinámica, las autoridades electorales, nacionales y locales también han cedido a la apariencia antes que al fondo, llevando al extremo de lo absurdo una normatividad que ha terminado por no atender lo sustancial. Primero, habría que entender que la representación en la administración pública u órganos legislativos debiera tener como objetivo la presentación y aprobación de proyectos y políticas que atiendan las demandas y necesidades de las comunidades y grupos sociales de sus portadores; pero la realidad indica que, esos espacios son asignados como “cuotismo”; es decir, como su la conformación heterogénea de las planillas de gobierno y fórmulas legislativas fueran un objetivo en sí mismo y no tan sólo la vía para comenzar la mejoría social.
De esta manera, cada vez surgen más criterios para la asignación de candidaturas a cargos de elección popular: Mujeres, jóvenes, adultos mayores, representantes de la comunidad LGBTTIQ, indígenas, discapacitados; además de segmentar distritos y municipios en “alta”, “media” y “baja” competitividad. La mezcla de actores, factores y circunstancias, ha hecho olvidar el objetivo por el que surgieron: que cada uno de esos sectores represente a sus comunidades. Tan sencillo como ejemplificar con su desempeño en lo local: ¿Qué hace un diputado como José María Chacón, de Felipe Carrillo Puerto, encabezando la Comisión de Movilidad y Transporte del Congreso quintanarroense, si el conocimiento o experiencia en el ramo es nula, pero además fue presentado como cuota indígena? ¿Qué resultados en favor de la etnia maya puede presumir la diputada Silvia Dzul Sánchez, Presidenta de la Comisión de Desarrollo Indígena, más allá de haber propuesto que cada 29 de mayo se celebre “El Día Estatal de las Lenguas Indígenas” y se Instituyera el Reconocimiento al Mérito “Lenguas Indígenas”? ¿Algún representante de la etnia maya ha cambiado mínimamente su circunstancia de marginación con la acción de estos dos diputados, que ahora buscan reelegirse para el mismo cargo? No, así de simple.
Y entonces, ¿cuál es la vía correcta? Habría que partir de que, las representaciones, exigen formación profesional de quienes están en ellas, experiencia y compromiso de pertenencia y, en estricto sentido, si se considera la alta marginación de los grupos étnicos del país, no pudiera esperarse que representantes de las comunidades salgan a buscar los espacios políticos y preparen ellos mismos proyectos de políticas públicas para abatir las circunstancias en las que viven. Ese fue el razonamiento de las autoridades para considerar el factor de “autoadscripción”, es decir, personas que hayan trabajado en favor de las comunidades, compartan sus costumbres, las protejan, aporten factores de conservación. ¿En dónde está lo incorrecto entonces? En que en este “México lindo y querido”; se ha utilizado esa cláusula para la simulación, para colocar en esos espacios a personas que en nada han contribuido -en nada- al desarrollo de las comunidades. Y, al mentir, no sólo se apropian ilegítimamente de un espacio, sino que se condena a las comunidades a no mejorar nunca. Esa es la consecuencia real de la mentira, la condena a seguir igual.
No faltará, ciertamente, quien avale a los candidatos; es ahí en donde las mismas instituciones se hacen partícipes de la mentira. La utilización de la administración pública con fines políticos no es reciente. Lo lamentable, es que tampoco ha dejado de hacerse. Ahora habrá candidatos/as indígenas que no son, ni se sienten, ni han trabajado por los grupos étnicos. Habrá, también, discapacitados que no lo son, que pueden tener deficiencias, pero no una condición incapacitante permanente, que no saben, ni sabrán nunca, lo difícil que es desempeñarse en entornos sociales que no los contemplan. Y habrá, incluso, candidatos/as de la Comunidad LGBTTIQ que tienen incluso pareja e hijos, que no sentirán nunca en carne propia la discriminación y segregación por sus preferencias sexuales. Acaso, estos últimos, serán objeto de “bullying” por parte de quienes los conocen, por la manera en que aceptaron mentirle a la sociedad, a cambio de un cargo de elección popular. Pero ninguna de estas simulaciones transformará la realidad de cada “cuota” social. Porque se perdió el objetivo, así de claro.
El reto es para partidos y autoridades electorales -acaso no para este, pero sin duda, para el siguiente proceso electoral- para “enderezar” la normatividad y que las acciones afirmativas regresen a su objetivo y permitan la representación real. A los gobiernos, les queda la responsabilidad de contribuir realmente a que las instituciones mejoren las condiciones de vida de sus representados y no sólo que mientan para mantener el poder (sabe el escribiente que esto último casi en eufemismo, pero nada se pierde con hacerlo notar) y; la lección para todos, es que aprendamos a distinguir las mentiras y, a partir de ello, decidir si se quiere ser parte de las mismas.
COMENTARIO MORBOSO
El Consejo Coordinador Empresarial de Quintana Roo, en voz de su presidenta, Wilma Contreras Canto, señaló a los actuales diputados locales de “quedar a deber” al empresariado local, recalcando que, incluso, no tuvieron nunca acercamiento con los legisladores integrantes de comisiones como la de Desarrollo Económico. Si se reunieron, dijo, con algunos legisladores y “la puerta siempre estuvo abierta”, e incluso, con la gobernadora, Mara Lezama Espinosa, sobre el “Nuevo Acuerdo del Bienestar” y para el otorgamiento de estímulos fiscales. Aun así, para la siguiente legislatura, “manifestaron su confianza en que la próxima legislatura tenga mejores resultados.” Por su parte, la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) del centro y sur de Quintana Roo, señaló que organizará foros para conocer las propuestas específicas de candidatos y candidatas porque hasta ahora nada saben al respecto. Y así, cuando alguien pregunta a algún sector sobre acercamientos con abanderados, las respuestas tienen demasiada similitud.
Y entonces, ¿a quiénes presentan los candidatos/as sus propuestas? ¿o los sectores económicos están exagerando? ¿se exige en discurso, pero apenas los invitan a algún evento o les ofrecen un contrato, los “aplausos” son la constante” ¿o no hay propuesta alguna, sólo boletines y “caminatas para la foto”? ¿alguien realmemente -en serio- ha viso a candidatos/as por las calles, con los empresarios, con los académicos, estudiantes, profesionistas en general? Vaya; ¿hay realmente campañas, o sólo repetición sistemática de discursos y programación masivas de promocionales en medios de comunicación? Si hay campañas, propuestas, caminatas y encuentros… simplemente no han tenido el menor de los impactos reales; las preferencias, no se han movido a partir de tanta dilapidación de recursos; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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