DIANA ALVARADO 23 OCTUBRE 2024.- La presidenta municipal Blanca Merari Tziu Muñoz acompañó hoy a 25 estudiantes de Gastronomía de la UT Cancún Bis, en un Taller sobre la elaboración tradicional de pibipollos, en el rancho San Miguel Arcángel de la Ruta de los Cenotes.
En la Península todos esperan la celebración de los Fieles Difuntos para elaborar los mucbipollos, cuya preparación es muestra del amor por nuestros ancestros ya fallecidos, comentó.
En el taller, guiados por Deysi Maribel Yam, cocinera tradicional de Puerto Morelos, la Presidenta Municipal y los estudiantes de la UT Cancún, quienes iban acompañados por el chef Sheldon Cruz, aprendieron cómo elaborar el pibipollo o mucbilpollo y a cocinarlo en pib, el horno de tierra maya.
Con el mucbipollo el maíz se hizo presente una vez más en la cocina mexicana tradicional. Es el cereal que, según el Popol Vuh, eligieron los dioses mayas para dar vida al hombre y es el que éste seleccionó para elaborar cada año la principal ofrenda a sus muertos: el pibipollo.
Preparar la comida de las ánimas es una tradición que regularmente involucra a la familia, y adquiere una dimensión especial cuando se hace en un rancho, en una cocina ubicada a unos pasos de un cenote, una entrada al xibalbá, el inframundo maya.
El pibipollo es una muestra más de nuestra rica gastronomía. Aquí, Deysi y su sobrino Miguel Ángel Concha han puesto en alto el nombre de nuestra comunidad y nos brindan la oportunidad de aprender de ellos y hacer que nuestra gastronomía siga brillando, comentó la Presidenta Municipal.
Asimismo, elogió los esfuerzos que realizan junto con el Centro de Capacitación Gastronómica “Leona Vicario” para rescatar y fortalecer la cocina tradicional maya.
En ese punto coincidió la regidora Rosario Concha, quien dijo que de esta forma se rescata la herencia culinaria y anunció el proyecto de elaborar un catálogo de cocineros y cocineras tradicionales.
Durante el taller, los participantes conocieron el proceso de elaboración del mucbipollo, la forma de mezclar sus ingredientes y a preparar el k’ool.
Luego, llevaron sus pibipollos al horno, donde se les explicó cómo acomodarlos y enterrarlos. Pasadas dos horas, los desenterraron y disfrutaron del tradicional platillo.
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