Periodistas versus el Tigre /
Por Oscar Bernal /
Como nunca antes se ha vulnerado al periodismo mexicano. Fuera de las zonas de guerra, México es considerado el país más mortal para los periodistas en el mundo. Vendría bien que los organismos internacionales decretaran un Estado de Emergencia.
Mi querido lector, el número de periodistas asesinados en México es mayor cada año, y la impunidad duele más cada hora. Imagine lo que puede pasar si agregamos a los riesgos del periodismo en México, algunos millones de “haters” (odiadores) del periodismo.
La polarización que incita todas las mañanas el Presidente López Obrador, es una bomba de tiempo que colocó al periodismo en una esfera muy riesgosa. El periodista ya no es un “vigilante” o “investigador”, no amigos, el Presidente López los colocó en el centro de la animadversión. Como el blanco de los seguidores fanáticos de su proyecto de cambio, son los incómodos “adversarios”.
El periodista cotidiano, sencillo, trabaja por una nota, por la información, por el dato, por la opinión, y lo hace con pasión, con agudeza, lo hace dejando a los hijos en casa, dejando a los papás o a los hermanos, poniendo en manos del destino la tranquilidad de su familia y la de él o ella misma. Es un profesional común.
Nadie debería cuestionar su faceta “provocadora” para inducir una respuesta o la reacción incómoda de su entrevistado. Las audiencias demandamos, aplaudimos y exigimos de un periodista que investiga, que cuestiona, que obtiene información aunque el servidor público estalle en ira.
Por transparencia y por salud social, precisamos de periodistas, tercos, tenaces, críticos, analíticos, desconfiados, duros y en cierta medida traviesos. Y por amor a México necesitamos ciudadanos defensores de los periodistas y del periodismo. Nadie, tiene derecho a censurarlos ni a llamarlos “enemigos” o “fifíes”.
Desde hace muchos años, el presidente López, ha jugado perversamente con los adjetivos con que se refiere a la prensa que no lo favorece o que lo cuestiona. Ahora los llama “fantoches, sabelotodo, hipócritas, doble caras” calificativos que forjan odio y resentimiento que él niega.
“Somos prensa y asalariados” le gritaban los reporteros locales en el aeropuerto de Mexicali, mientras erradamente chillaba el Presidente que “el es dueño de su silencio”. No señor presidente, usted esta obligado a informar.
Si en México es un peligro ser periodista, ahora lo es más, porque la polarización del Presidente López, ya arrastra una avalancha de fanáticos que se lanzan contra de los reporteros y los periodistas. El día de hoy domingo, que escribo esta columna, tengo que complementar que el periodista y escritor Rafael Loret de Mola, anunció esta mañana a El Universal, que deja el periodismo por falta de garantías y responsabiliza al presidente López si algo le llegara a suceder.
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Si el presidente de México no termina de inmediato con la polarización contra la prensa, deberá asumir un porcentaje de las bajas de periodistas que haya en el territorio nacional a partir de esta fecha.
El Presidente López alcanzó la presidencia también gracias a los medios que denunciaron los excesos del gobierno de Peña Nieto. Los mexicanos no podemos quedarnos sin periodistas. Todos son necesarios, todos son importantes, ninguno es adversario del presidente. Todos deben tener garantizada la libertad de expresión y su seguridad personal. Ojala que el Presidente López detenga este encono de inmediato. ¡Él soltó al tigre, él tiene que amarrarlo YA!
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