A Tiro de Piedra
Por Julian Santiesteban
La política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa.
En la guerra podemos morir una vez; en política, muchas veces
Winston Churchill
La semana anterior, casi una decena de dirigencias estatales de Morena fueron anunciadas como oficiales, en la víspera de que Mario Delgado Carrillo asuma los destinos nacionales de ese partido, en un intento de dejar “planchado” el escenario para ir a la batalla por las candidaturas para la elección más grande del país, sólo que no fructificará, pues acostumbrados al conflicto permanente, militantes de ese instituto político ya anunciaron que esperarán a que el diputado con licencia asuma el control, para proceder a la transición real en las entidades federativas.
Quintana Roo, Veracruz, Guanajuato, Oaxaca, Tlaxcala, San Luis Potosí y Baja California, son algunas de las entidades que desde agosto y hasta el viernes anterior, intentaron construir dirigencias estatales “por acuerdo” entre los grupos políticos de esas entidades, teniendo como elemento común la queja de militantes fundadores del partido que dicen haber sido dejados de lado y, además, aseguran que esos acuerdos no pueden ya ser tomados como válidos, pues ya hay una nueva dirigencia nacional, encabezada por Delgado Carrillo y Citlalli Hernández, como secretaria general.
En Quintana Roo, quien reveló que habrá impugnaciones a la dirigencia estatal, encabezada por la regidora Alma Anahí González Hernández, fue el senador José Luis Pech Várguez, quien aclaró que la dirigencia acordada por los grupos locales no permanecerá. María Lezama Espinosa, Luis Alegre Salazar y Marybel Villegas Canché, aspirantes los tres a la candidatura a la gubernatura, obtuvieron cada uno espacios en la dirigencia señalada, menos Pech Várguez, quien no aceptó el acuerdo y además adelantó que, ahora que Mario Delgado tome protesta, seguramente deberá construirse la dirigencia real.
“Ahora hasta personajes que no son militantes, pretenden dirigir al partido. Que hagan lo que quieran, pero que cada uno cuide su prestigio”, aseveró el senador, en entrevista que le realizó este martes el escribiente. Queda claro pues que la disputa por las riendas partidistas está más que vivo, y aún falta el encontronazo por las candidaturas del próximo año, cuando se renovarán más de 20 mil cargos públicos en el país, y de manera específica en Quintana Roo, las once alcaldías y cuatro diputaciones federales.
Por cierto, el escribiente preguntó a integrantes de dos grupos más, de los que están representados en la dirigencia “tambaleante” y se mostraron convencidos de que Mario Delgado Carrillo y su equipo deberán aun ratificarla, pero además mostraron su voluntad de que ello ocurra, pues ven la oportunidad de que, en la nueva negociación, queden mejor colocados; pues aunque lograron acuerdos, coinciden en lo expresado por el senador Pech Várguez, en el sentido de que Liliana Castro Muñoz, la delegada de Morena, enviada por la dirigencia interina de Alfonso Ramírez Cuellar, actuó en lo local sólo en favor de uno de los cuatro aspirantes a la gubernatura.
Luego entonces, si 3 de 4 grupos coinciden en que la dirigencia anunciada no está firme, pero además ven en una nueva negociación la posibilidad de mejorar su posición con rumbo a la definición de candidaturas, parece más que evidente que el “albazo” que se intentó, simplemente no fructificará. Por cierto, el dato curioso es que los tres grupos consultados coinciden en que la “cabeza” de la nueva dirigencia será la misma: Anahí González.
Así, esperan mover de sus cargos a Jorge Parra Moguel (secretario general), a Ricardo Velazco Rodríguez (secretario de Finanzas) y a Misael Martínez (secretario de Organización), pero además una buena cantidad de cargos medios y operativos que den mayor control partidista. Es claro que no lo hacen para lograr designaciones en las diputaciones federales, pues estas vendrán directamente desde el “centro”, sino para incidir en las de las alcaldías, pues el grupo que mayores espacios gane, estará mejor posicionado para la verdadera batalla, la de 2022, la de la gubernatura quintanarroense. Ojalá que no se desintegren en el proceso.
COMENTARIO MORBOSO
EL “SENTIDITO”
El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha referido a la oposición política formal como “conservadores”, “neoliberales”, “mafia del poder”, “señoritingos”, “peleles” “títeres”, “pirruris”, “aprendices de mafiosos”, “fresas”, “fifís”, “vivillos”, “farsantes”, “simuladores”, “arribistas”, “politiqueros”, “corruptos”, “grupos neofacistas”; además de los que endilgó a sus oponentes cuando buscaba la presidencia, “Riky Riquín Canallín”, o el “cállate chachalaca”; pero ahora, a dos años de gobierno y cuando abiertamente la mitad de los gobernadores del país le exigen mejorar la repartición de recursos, modificando el pacto fiscal, el presidente les dijo este martes que no se reunirá con ellos “porque lo ofendieron y no le han ofrecido disculpas”, hágame el “favrón cabor.”
Primero el presidente dijo aceptar, pero sin “politiquerías”, sin manchar la “investidura presidencial”, se acordó ahora de formas y protocolos, de concordia y buenas relaciones; echó mano ahora del “trono” desde el cual despacha, para recordarles que él es El Presidente y todo lo que la figura cuasi faraónica, esa que tanto despreciaron como oposición. Cuando el mandatario está prácticamente acorralado, con la advertencia clara de que, si no redistribuye los recursos de manera equitativa, los retendrán en las entidades, porque son ellas las que los recaudan para darlos al gobierno federal, Andrés Manuel López Obrador utilizó “la vieja confiable”: Al presidente se le respeta.
Y aquello de “al diablo sus instituciones”, ¿y aquel combativo jefe de gobierno que en 2004 exigía al entonces presidente de la República, Vicente Fox Quesada, que le entregara mayores recursos a la capital del país, pues “les dejaba las tareas, pero no el dinero”, en dónde quedó? Podrá correr lo que quiera, pero si las entidades deciden retener los recursos, ni iniciándoles procesos legales a todos los gobernadores podrán evitar un mayor colapso en la gobernabilidad del país, porque en la economía ya existe y se sigue agravando. Qué presidente tan “sentidito.” Se le olvida que “el que se lleva, se aguanta”; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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