DIANA ALVARADO 9 MAYO 2019.- Gracias al trabajo en conjunto que empresarios, especialistas, académicos y autoridades estatales y municipales llevan a cabo para proteger las playas, Puerto Morelos se ha convertido en un ejemplo en la atención del fenómeno del sargazo.
El presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos, Roberto Cintrón Gómez, reconoció que el problema del recale de la planta marina es un tema internacional que pone en riesgo la economía del país y por supuesto de Quintana Roo, pero en esta localidad se han unido esfuerzos para combatirlo, con el respaldo del gobierno que encabeza la presidenta municipal Laura Fernández Piña.
Destacó la conformación del Protocolo Puerto Morelos, que es un organismo legalmente instituido que puede utilizarse como ejemplo en otros municipios de Quintana Roo, para contener el fenómeno y evitar afectaciones mayores al motor económico de la entidad, que es el turismo.
“Para que el Protocolo Puerto Morelos funcione como lo ha hecho hasta el momento ha habido muy buena intención y trabajo en conjunto con las autoridades estatales y sobre todo las municipales”, reiteró, al hacer hincapié en que se requieren más recursos provenientes de la Federación.
Al respecto, dijo que lo que este organismo puede contener con sus propios medios es una infinita parte de la magnitud del problema, por lo que insistió en que deben inyectarse recursos extraordinarios para tener mayor éxito.
“Nosotros estamos haciendo nuestro trabajo, estamos limpiando nuestras playas. No sólo estamos pidiendo a gritos que haya ya una solución final y alguien se haga cargo, sino que también les estamos diciendo cómo y de dónde puede haber recursos para hacer frente al tema del sargazo”, indicó.
En tanto, Carlos Gosselin Maurel, presidente del Protocolo Puerto Morelos, destacó que el año pasado se recogieron 750 mil metros cúbicos de sargazo en el destino, es decir 300 canchas de futbol con un metro de altura llenas de la macro alga, lo que habla de la magnitud de la contingencia que se vivió.
Por tal motivo, indicó que los hoteleros ya han comenzado a colocar barreras dentro del mar para contener el fenómeno, cuyo costo es de entre 180 y 250 dólares por metro lineal, además de las anclas que van cada 24 metros y que tienen un costo cercano a los 10 mil pesos cada una.
Dijo que a pesar de la amenaza que significa la planta marina para los destinos de Quintana Roo, también es un elemento que podría generar riquezas al industrializarse para convertirlo en platos, vasos y complementos alimenticios, o hasta en adobes para construir casas, entre muchos otros usos.
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