Julian Santiesteban
No se trata del “con”, sino del “en”; pues la ligereza en la crítica hace parecer a toda la clase política local como igual, y, aunque muy sutiles, diferencias si hay, por lo que el juicio generalizado resulta, por lo menos, injusto. Porque al final no se trata solamente de probabilidades de triunfo, sino también de la “calidad” de los contendientes a cargos de elección popular, a renovarse el próximo 05 de junio de 2022. Por eso, ahí entre los conflictos internos de los “azules” y los de la “Cuarta Transformación Republicana” (4T), se está perdiendo de vista a uno de los participantes de la contienda comicial que, aunque “alicaído”, en la “atomización” de los votos por regiones puede resultar fundamental para el resultado, por lo menos en el Poder Legislativo: El Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Se olvida, por ejemplo, que aunque el saliente gobernador quintanarroense, Carlos Joaquín González, decidió apegarse más a la dinámica partidista de Acción Nacional (PAN) –aunque ahora los favorecidos de tal situación lo nieguen y renieguen de ello-, en realidad, quien lo postuló como su candidato a la gubernatura fue el Sol Azteca, de la mano del entonces dirigente nacional Agustín Basave Benítez. Después de esa atinada maniobra política, el PRD comenzó un franco retroceso, pues aunque coaligado con el Partido Acción Nacional (PAN) obtuvieron 7 de 12 gubernaturas que estuvieron en disputa, porcentualmente obtuvieron menos votación, por lo que los albiazules se adjudicaron el triunfo, y los solaztequistas se vieron tan disminuidos, a grado tal que no se han recuperado de tal situación y, con la llegada arrasadora de la 4T, se especula –acaso con razón- de la pérdida de su registro como partido, sino en las elecciones de este 2022, en las presidenciales del 2024; a menos que comiencen una recuperación lenta, pero consistente.
Aun con todo lo anterior, se asume con cierto desdén el rol fundamental que el PRD puede tener en las elecciones del próximo 05 de junio. Analice el lector, la futura candidata del PAN-PRD, Laura Fernández Piña, es vista entre la militancia “azul” como una imposición externa, pero además los intereses de la administración saliente están del lado de la coalición “guinda” y la 4T, la postulación de Yohanet Torres Muñoz, como primera en la lista de candidaturas a diputaciones de representación proporcional por el Partido Verde Ecologista (PVE) lo ratifica; luego entonces, la “panrredista” no tiene el apoyo del gobierno ni los burócratas, de los afiliados al partido ni hablar y, su mejor escenario entonces, es lograr una votación dividida, cuya consecuencia sea no un triunfo para la gubernatura, sino en el Poder Legislativo, para alcanzar a construir fracciones parlamentarias que sean, por lo menos, un intento de contrapeso al poder estatal. Y es aquí donde aparece el PRD con el apoyo en lo local de la dirigencia nacional encabezada por Jesús Zambrano. ¿Que las dirigencias nacionales no generan votos en lo local? Ciertamente, pero la administración “joaquinista” está también en franco alejamiento del organismo que encabeza Marko Cortés, así que, en este caso, no sólo es lo que ayudan, sino también, lo que “no joden” las decisiones desde el centro del país.
Ahora bien, con el éxodo de políticos hacia la 4T y sus aliados, no hay que cuestionarse quién se quedó “con” el PRD, sino quién permaneció “en” ese partido, para mantenerlo como opción política nacional y local, a salvar el registro, a meterle votos y seguir la “cuesta arriba”; en suma, a devolver lo que la “franquicia” les dio en las más de tres décadas de existencia (el 05 de mayo de este año, cumplirá 33 años de fundado). Luego entonces, debieran ser señalados los que se han ido, no los que se han quedado, porque a diferencia, por ejemplo, del PAN, en donde un “grupúsculo” permanece en Quintana Roo en el control total y repartición de los “despojos”, “exprimiendo” lo que puedan obtener antes de que termine el sexenio, los solaztequistas, con todo en contra, luchan por mantenerse de pie, por eso la colaboración del escribiente no pretende ser un fatuo alabo, sino un reconocimiento a la congruencia, que por estos días, vaya que les hace falta a muchos políticos. Eso sí, que tendrán una candidata a la gubernatura que tiene un pie en la 4T y muchos pendientes legales, sin duda.
En esta coyuntura, aliados y operadores reales le urgen al “panrredismo”, sobre todo de aquellos que no se vayan a media campaña, encandilados por el inminente triunfo de Mara Lezama Espinosa en la gubernatura. De los nombres el escribiente dará cuenta en futuras colaboraciones, pues lanzar alguno ahora, haría parecer esta “sugerencia no pedida”, una burda estratagema propagandística…tampoco pedida.
COMENTARIO MORBOSO
A propósito de política y políticos, el fin de semana que concluyó fue el último sin campañas electorales, a partir del siguiente, prepárese el lector para 9 semanas de promesas de un futuro mejor, de propuestas de solución a todos los problemas que aquejan a los quintanarroenses “de a pie”; pero, sobre todo, para conocer lo malo que son y han sido todos los gobiernos que han antecedido al noveno, que llegará a partir del 25 de septiembre de este mismo año, pues más que propuestas, escucharemos denuestos y descalificaciones, más que soluciones, habrá diatribas y apuntalamiento de todo lo negativo; pero usted ya los conoce, los ha tenido en el poder prácticamente a todos, dejarse engañar por cualquiera de ellos, depende de su voluntad de creer en quien considere que, por lo menos, en esta ocasión le estará diciendo algo de verdad.
Y sucesos interesantes sí hubo, en la capital quintanarroense, Mario Villanueva Madrid, regresó al apoyo abierto a Mara Lezama Espinosa, pero además, a pesar de sus pasadas críticas al Partido Verde Ecologista (PVE), el ex mandatario sorprendió con el anuncio de que será por esa vía que cercanos a él, como su hijo, Carlos Mario Villanueva Tenorio, trabajarán para el triunfo de este 05 de junio. Por cierto, es de destacar que una delegación de “verdes” llegó hasta Chetumal para ratificar dicha alianza, hablaron de impulsar a políticos locales y de no pretender desplazarlos. Pero en la antigüedad, hasta los romanos permitían, en los territorios conquistados, gobernar a la clase política del lugar; y, sobre todo, en la política mexicana actual y en campaña, suele prometerse “el oro y el moro”, aunque ya en el gobierno del “moro” nada se sepa y el “oro” que se ve, es sólo el que llena las “alforjas” de los poderosos; así que hasta pasadas las elecciones, podrá determinarse si la apuesta valió la pena; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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