A Tiro de Piedra /
Por Julian Santiesteban /
Apenas pasado el proceso electoral en el que se renovó al Congreso local quintanarroense, los actores han iniciado la competencia por las siguientes elecciones y, aunque en 2021 habrá comicios que cambien los once ayuntamientos estatales, la mira en realidad se tiene puesta en el 2022, cuando estará en juego la gubernatura. Los primeros escarceos han iniciado, pero es demasiado temprano para hablar de preferidos y preferencias.
Muchos, tal vez demasiados, sean los factores que se consideran para definir candidaturas, pero los afectos y la influencia en “tierra” son sin duda los principales, el apoyo de grupos económicos y políticos le siguen y las posibilidades de rupturas al final, pues las “negociaciones” permiten –o debieran hacerlo- construir proyectos consolidados. En otros tiempos, la continuidad o concordia con la administración saliente eran también factor de definición; faltará ver al candidato del oficialismo o el apoyo que desde la administración pública se dé al abanderado de ese “tsunami” nacional denominado Morena, porque hay quien asegura que el declive llegará en 2021, aunque parecen olvidar que ese año el presidente Andrés Manuel López Obrador irá de nuevo a las urnas, se supone, para preguntarle a los ciudadanos si desean que continúe en el cargo (o para apoyar a sus candidatos a diputaciones federales, según se quiera ver).
En materia de aspiraciones, hay quien ve lo que quiere ver, algunos aseguran que la amistad del presidente con un empresario radiofónico pondría al hijo de este en la antesala de la gubernatura, otros dicen que la alcaldesa del municipio que aglutina al 60 por ciento del electorado y el apoyo en las “mañaneras” del presidente la colocan como finalista en la competencia; en contraparte, las encuestas que muestran que la popularidad de la alcaldesa se está desplomando, dan esperanza a otra mujer para “rebasar por la derecha”, para lo cual incluso pudiera establecer alianzas estratégicas con la actual administración –hasta foto hay del primer encuentro-, sumándole además el apoyo del grupo “monrealista” allá en el centro del país; un representante popular más, le apuesta al silencio en lo local y la construcción de acuerdos directo con el presidente; e incluso, hay quien asegura que el verdadero candidato ni siquiera se encuentra ahora en la entidad, pues es responsable de desarrollar el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT)… todos tienen ruta crítica, pero hay imponderables de último momento, y faltan tres años aun.
Ahora bien, ¿quién está preparándose en los otros partidos políticos? ¿Quién será capaz de enfrentar a Morena con verdadera probabilidad de derrotarlo? ¿Será el próximo, un proceso en el que haya candidato/a único/a? por impensable que resulte, esos son temas que ya se discuten cuando ni siquiera se ha instalado la XVI Legislatura, cuando faltan dos años para renovar municipios y tres para la gubernatura; por cierto, ¿sabrán todos los aspirantes que la siguiente administración será sólo de cinco años, y los próximos diputados sólo durarán dos, para empatar los comicios con los federales? ¿Y si en lugar de hacerla de cinco años, los próximos diputados realizan una nueva reforma y aprueban una gubernatura de dos años, todos los actuales seguirán aspirando al cargo? Lo dicho, aún es muy temprano para hablar de preferidos y preferencias.
COMENTARIO MORBOSO
Y hablando de política y políticos, el hasta ahora ganador de la diputación de representación proporcional que estuvo en disputa y asignó el Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo); Manuel Díaz Carvajal, dejó caer una “bomba” que a más de uno incomodará, pero que el escribiente ya lo había adelantado en la colaboración anterior, al declarar que la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) no estará “ni con melón, ni con sandía.”
Así que, pues muy rico y todo, pero aunque la plurinominal la alcanzaron gracias a una queja interpuesta por el Partido Acción Nacional (PAN), Manolo Díaz no entregó su amor al albiazul, pues aseguró que impulsarán sólo iniciativas en beneficio de la sociedad y del estado, en términos reales, entiéndase que por momentos serán aliados “morenos” y, cuando así convenga, “venderán caro su amor” al régimen local, cosa en la que son expertos los tricolores, sobre todo ahora que andan alicaídos y les urge resurgir como opción electoral para los comicios futuros.
Luego entonces, no perdió Morena y, en una de esas, el despechado es el PAN, que le hizo el trabajo al PRI para darle una diputación más, pero este, como “la ingrata calandria… voló, voló y voló”; ¿opinarán igual Carlos Hernández Blanco y Judith Rodríguez, los otros diputados priístas? ¿Obedecerán todos a “Amlito, dijo “Alito” ahora que sea dirigente nacional del PRI, pero revestido de “moreno”? nadie sabe para quién trabaja, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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