Por Diana Alvarado
El nuevo Acuerdo por el Bienestar y el Desarrollo de Quintana Roo que propone la gobernadora electa Mara Lezama es el más importante compromiso de campaña que hizo y cumplirlo será fundamental para reducir la brecha de marginación y desigualdad que sufren miles y miles de habitantes y para lograr la transformación que tanto urge en el estado.
El modelo de desarrollo turístico depredador que se ha seguido en Cancún desde su fundación ya es insostenible. Bajo este esquema se ha privilegiado con recursos públicos a la industria turística, a empresarios, hoteleros e inmobiliarios que se han enriquecido en poco tiempo y que han devastado miles de hectáreas, afectado los ecosistemas y bloqueado las playas para uso de sus huéspedes. Todo con el injustificado argumento de que generan empleos, la mayoría de ellos mal pagados y los trabajadores son muchas veces sobreexplotados.
Para favorecer al turismo no ha importado sacrificar al resto de la población, a los propios trabajadores que dan sustento al sector. Mientras vemos la zona hotelera de Cancún con servicios de primer nivel, grandes campos de golf, y acaparamiento de recursos, en la ciudad y zonas marginadas las calles siguen sin pavimentarse o llenas de baches, no hay banquetas ni alumbrado público eficiente, no se da un eficiente servicio de recoja de basura, faltan escuelas, faltan servicios, falta bienestar. Falta voluntad.
De ahí que desde hace mucho tiempo se habla de “dos Cancunes”, el rico, lujoso, bien atendido, y el pobre, con carencias de agua, de luz, de calles pavimentadas, el abandonado. También se puede hablar de “dos Quintana Roos”, el del norte, rico y próspero, y el del sur, pobre y olvidado por todos los gobiernos. Ese modelo ha dado como resultado una brecha de desigualdad y marginación que se profundiza cada día.
Por ello es fundamental cambiar ese esquema y establecer ese nuevo pacto económico y social. Impulsar sectores económicos emergentes, a los que realmente necesitan del apoyo del gobierno, como la apicultura, la pesca, el campo y muchos otros. Así los beneficios llegarán a la mayoría de los quintanarroenses y no se quedarán solo en manos de una poderosa cúpula de empresarios.
Todos los gobernadores que ha tenido Quintana Roo prometieron cambios e impulso económico para que los beneficios del turismo permeen en toda la sociedad pero ninguno lo cumplió y los resultados están a la vista. El 5 de junio casi 400 mil votantes confiamos en Mara Lezama y sus propuestas. Ahora llegó el momento de una auténtica transformación.
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