DIANA ALVARADO 04 JULIO 2022.- A la lucha político-electoral que mantienen los partidos PRI, PAN y PRD contra Morena de cara a los comicios del 2023 en los estados de México y Coahuila, y las elecciones de 2024, se suman las crisis internas en cada fuerza política, derivadas de los magros resultados obtenidos en las pasadas elecciones, lo que ha llevado a exigir la renuncia de las respectivas dirigencias.
Alejandro Moreno en el PRI, Marko Cortés en el PAN y Jesús Zambrano en el PRD enfrentan por separado descontentos, peticiones de revisión de estrategia y acusaciones de diversas índoles que los debilitan al frente de sus partidos.
En la crisis más difundida, la del PRI, el dirigente nacional, Alejandro Moreno, “Alito”, ha asegurado que no renunciará y que se mantendrá en el cargo hasta agosto de 2023. Incluso, una semana atrás “bateó” a una decena de ex dirigentes del partido que le solicitaron una segunda reunión para analizar los resultados de la pasada contienda del 5 de junio.
Marko Cortés –quien concluye hasta octubre de 2024–, justifica que bajo su conducción, el PAN “está dando buenos resultados”. Y es que ex dirigentes del partido y hasta el exgobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, han solicitado la destitución del líder panista tras los “flacos” resultados en los comicios de 2021 y los de este año.
En tanto que su homólogo del PRD, Jesús Zambrano –quien también concluye su encargo en agosto del próximo año–, ha minimizado las demanda de quienes piden su salida. Entre ellas, la del exalcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, quien llamó a la actual dirigencia a “hacerse a un lado y revisar la alianza Va por México que lo único que le ha dejado al partido es una ‘crisis aguda'”.
En verdad, ¿hay tiro?
En medio de esas demandas, la coalición Va por México, con la representación de los tres dirigentes mencionados, asegura que “hay tiro” de cara a 2023 y 2024, pero especialistas en temas electorales, como María Marván, Javier Martín Reyes y Marco Antonio Baños Martínez, consideran que la prioridad de panistas, priistas y perredistas es solucionar sus diferencias internas para avanzar hacia esas contiendas.
Los analistas mantienen sus reservas respecto a que la renuncia de uno o de los tres presidentes nacionales realmente sea la solución a la crisis que enfrenta cada fuerza política.
“Si uno, dos o los tres partidos cambian de dirigencia podría perderse lo avanzado en el acuerdo que existe para ir unidos a las elecciones del 23 y, sobre todo del 24”, opina la exconsejera del Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE), Marván Laborde.
Para el politólogo Martín Reyes, la crisis que viven las tres dirigencias “va mucho más allá de quién está en la presidencia de un partido. Es decir, si el día de mañana se va Marko Cortés, se va ‘Alito’ Moreno o se va Zambrano y llega alguien más con los mismos procedimientos y con decisiones cupulares, creo que no va a cambiar nada”.
Mientras, Baños Martínez, exconsejero del Instituto Nacional Electoral (INE), estima que frente a los cuestionamientos que vive cada partido, lo primordial es afinar las estrategias internas y externas para enfrentar los compromisos electorales venideros.
“Una separación de las dirigencias solo podría revivir las disputas internas de los partidos, y hoy –más allá de tener pleitos internos para definir quiénes son los dirigentes y quiénes van a conducir las negociaciones al 23 y 24–, PAN, PRI y PRD tienen que afinar sus estrategias y dialogar con la militancia”, aconseja.
Crisis más allá de las dirigencias
“Una reacción natural de los militantes de los partidos es solicitar la renuncia de su dirigencia frente a los magros resultados obtenidos en las pasadas elecciones de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo, en la que como alianza, Va por México solo retuvo las dos primeras”, explica María Marván.
“En un sistema democrático, el problema no son las diferencias, el problema es que se quieran resolver sin apego a la normatividad. Los estatutos no son ley, pero es importante que los respeten”, añade.
–¿Conviene o no un cambio de dirigencias?– se le pregunta.
-La verdad, es que es una pregunta muy difícil de contestar. Si el cambio de dirigencia va a suponer una ruptura en el partido, no les va ayudar a avanzar hacia el 23 y mucho menos, al 24.
Y si el cambio de dirigencia se da mediante un acuerdo entre las dirigencias de cada uno de los partidos y sus bases de militantes y, lo hacen de una manera ordenada y sobre todo llegando a consensos, puede ser que la renovación les ayude a tener una mejor tracción para los futuros comicios.
–¿Morena se vería beneficiado por alguna ruptura?
-Así es. Creo que son dos temas diferentes. Uno, es cómo procesen al interior de cada partido sus diferencias y dos, si eso los va a cohesionar o no.
Para la excomisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), no se puede afirmar “que si forzosamente (los tres partidos) van juntos, ganan. Eso, desgraciadamente, no lo podemos saber. Todavía hay muchas interrogantes de aquí al 24.
“Decir que ‘unidos van a ganar’, y lo pongo entre comillas, la verdad es un deseo que puede o no completarse. Hablar y decir que ‘si cambian a las dirigencias, se va a romper la alianza’, tampoco necesariamente es cierto”, externa.
La politóloga y socióloga mexicana estima que vivimos un escenario muy complejo en el que tenemos por un lado a Morena y sus aliados (PT y PVEM) viviendo sus procesos internos y el proceso conjunto, aunque tampoco funcionan como un solo partido. Y por el otro lado, PAN, PRI y PRD tratando de integrarse como un solo equipo pensando que así llegan más fuertes.
“Sí hay claramente signos de una crisis interna tanto en el PAN como en el PRI, como en el PRD, y en la manera en la que la resuelvan va a ser la posibilidad de éxito que tengan en una alianza.
“Si sacan a Alejandro Moreno –por hablar del PRI–, a la mala, y eso genera una ruptura en el partido, estamos en un muy mal escenario. Por otro lado, si se queda a la mala y eso genera una ruptura del partido, estamos en una muy mala posibilidad de que salgan fortalecidos. La única forma en que salgan fortalecidos es que procesen sus diferencias a partir de los acuerdos que puedan llegar a tener”, aconseja.
El académico del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), destaca que la oposición en su conjunto “está pasando por un periodo de crisis profunda donde está muy alejada del electorado. Ese es el problema principal que no han sabido al final de cuentas plantear una alternativa o en solitario a Morena y Morena, les sigue ganando”.
-Voces como la del senador Miguel Ángel Osorio Chong llaman a PAN y PRD a no hacer ningún trato con “Alito” dentro de la coalición Va por México, ¿esto cómo les afecta?- se le pregunta.
– Claro porque quiere que los hagan ahora con él. Creo que la crisis de los partidos va mucho más allá de quién está en la presidencia de un partido. Es decir, si el día de mañana se va Marko Cortés, se va Alito Moreno o se va Zambrano y llega alguien más con los mismos procedimientos y con decisiones cupulares, creo que no va a cambiar nada.
De acuerdo a Martín Reyes, “lo único es que va a ser alguien diferente quien administre los malos resultados. Creo que las derrotas de PAN, PRI y PRD no son culpa directa ni de Marko, Alito y Zambrano, sino de la distancia que tienen con el electorado”.
En este contexto, resalta la necesidad de llevar a cabo una reforma interna que les permita tener un proceso de autocrítica.
“Sin una autocrítica, sin abrir las puertas del partido a la ciudadanía, sin liderazgos y sin la definición de una nueva agenda e identidad en lo individual y, eventualmente como coalición, creo que va a ser muy difícil esperar resultados diferentes”, anota.
Además, recuerda que deben apurarse a salir adelante de sus crisis internas para poder ponerse de acuerdo en la designación del o la candidata a la gubernatura mexiquense y coahuilense.
“Y ese va a ser otro gran problema, porque el próximo año solo hay dos gubernaturas y las dos las tiene el PRI. Entonces, por un lado, el PRI no va a querer soltar dos espacios que todavía tiene como bastión, pero qué incentivos va a tener el PAN para sumarse si no le ofrecen por lo menos una (candidatura)”, cuestiona.
Y si al final el PRI no cede una de las dos gubernaturas, “el PAN va a solicitar que por lo menos le den la presidencial”.
“Alito” debe aclarar acusaciones
El también exconsejero del Instituto Federal Electoral (IFE), Marco Baños, señala que es necesario tener presente que en los comicios del pasado 5 de junio, la coalición Va por México perdió cuatro de seis gubernaturas y no quedarse con la versión de que tuvieron resultados “ganadores”.
“Para Morena todo fue ganar, ganar y queda, en el 23, el Estado de México y Coahuila; en esta última, el PRI tiene una presencia muy fuerte. El gobernador (Miguel Riquelme) ha hecho un buen trabajo y en la última elección del Congreso ganó todos los distritos de Mayoría relativa”, plantea.
Baños Martínez aconseja a la dirigencia de Alejandro Moreno informar con claridad qué es en realidad lo que sucede en torno a los audios que se le adjudican y en los que se le acusa de cometer actos de corrupción o bien, de declaraciones contra la prensa.
“Alito tiene una revuelta interna. Se han filtrado ya algunos comentarios de las reuniones que tuvo con exdirigentes del partido. SI el PRI pierde en el 23 el Estado de México, va entrar en una gran desventaja en el contexto de la contienda presidencial y sobre todo de lo que puede aportar a la coalición Va por México”, alerta.
El maestro en Políticas Públicas Comparadas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), asegura que una separación de los actuales dirigentes de Va por México sólo reavivará las disputas internas de los partidos y eso no favorecerás más que a Morena.
Sé el primer en dejar tu comentario de esta noticia