Julian Santiesteban
El carácter y los malos operadores políticos traicionaron a la presidenta municipal de Solidaridad, Lily Campos Miranda. Evidenció el temor de la derrota electoral en 2024, cuando apenas rendía su primer informe de labores en este 2022. Ningún actor político local había logrado lo que, sin querer, Estefanía Mercado Asencio, hizo en cuestión de horas. A partir de ahora, la alcaldesa solidarense intentará congraciarse con la Cuarta Transformación Republicana (4T); pero no habrá, sin embargo, camino de retorno en una competencia que ella inició y que, por increíble que parezca en este momento, ya ha perdido de antemano.
Todo transcurría con normalidad, la ceremonia de su primer informe fue organizada, como si mucho hubiera por decir, más allá de que, a partir del 25 de septiembre, Solidaridad se convertirá en el último reducto del Partido Acción Nacional (PAN) que fue aplastado en las urnas por Morena y el Partido Verde Ecologista (PVE) el pasado junio. A sabiendas de que estará sola en unas semanas más, Campos Miranda intentó lanzar la idea de que sería colaborativa con la 4T y sus representantes, sin lograr, aun así, ocultar el enojo que le representa Mercado Asencio, que, sin tener los recursos municipales a disposición, logró arrancarle al panismo la diputación del Distrito X local.
La joven militante del PVE fue designada representante del Poder Legislativo para la ceremonia; pero aun así, la alcaldesa y alguno de sus operadores (en los corrillos se señala a Filiberto Martínez Méndez), ignoraron la designación y, en el presídium, colocaron a otra legisladora, Candy Ayuso Achach, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) –mismo partido de Martínez Méndez ¿será entonces?- y cuyo cónyuge labora en el señalado municipio (¿además?). Mercado Asencio ha sido colocada pues, desde ahora, como la futura rival en las elecciones del 2024. Mostró altura política, saludó a todos y se retiró sin aspaviento. Y ahí se desató la ola en contra de Campos Miranda. Si acaso esperaba escándalo para desprestigiar, la bala en el pie propio resultó doblemente dolorosa.
Ahora bien, ¿qué tendrá que hacer Campos Miranda para recomponer su relación con la 4T? parece que hay muy poco… ¿alcanzará con algún sacrificio? Difícilmente, porque no pudiera decirse “sorprendida” por algún operador… ¿o sí? al final, es ella quien le ha puesto “nombre y cara” a quien considera su rival electoral. Ya antes lo hizo, cuando en una cruzada personal persiguió a su antecesora, Laura Beristain Navarrete, a quien logró arrebatarle las urnas en 2021 (aunque hay quien asegura que la ahora regidora perdió sola, ante el patético gobierno que realizó). Sólo que, la enorme diferencia en esta coyuntura, es que Lily Campos se enfrentará a una coalición integrada por los partidos que ocupan el primero y segundo lugar en fuerza estatal, con un PVE dispuesto a conquistar el corazón de la Riviera Maya y con todo el equipo cercano a Jorge Emilio González Martínez apuntalando.
Vaya, la solidarense perdió hasta el apoyo de su principal impulsor, el saliente gobernador Carlos Joaquín González, quien fuera presentado desde palacio nacional, por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, como el futuro embajador de México en Canadá. Lily Campos se ha quedado sola, tendrá que dar refugio a tránsfugas del presupuesto estatal a partir del 25 de septiembre y, a la vez, limpiar su imagen con la 4T, si es que quiere transitar el resto de su administración en relativa armonía. Desenterró el hacha de guerra en el peor momento, ante un rival que no tendrá piedad en las urnas, pero aún puede brindarle una “muerte política” decorosa. De ella depende la intensidad de la guerra por los próximos dos años.
Sin embargo, conocido es el carácter irascible de la aun presidenta municipal. Con ello y sus malos operadores, no sería nada raro que, en lugar de desacelerar y buscar la concordia, ponga el acelerador a fondo hasta estrellarse, pues bien reza el dicho popular: “Ya encarrerado el ratón, …gue su ma… el gato.”
COMENTARIO MORBOSO
En el colmo de lo patético, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) anunció su inconformidad con la determinación del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de proponer al saliente mandatario, Carlos Joaquín González, como embajador de México en Canadá. La postura la fijaron tanto la secretaria del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Adriana Díaz Contreras, como el dirigente en el estado, Leobardo Rojas López. “Usó nuestras siglas para llegar al poder”, dijeron, y la determinación debió serles consultada. Ándale pues.
En esa lógica, hasta el Partido Acción Nacional (PAN), que se ha desmarcado al final de la administración del futuro diplomático, estará quejándose porque Joaquín González se les fue ya a la 4T; como si no hubieran llenado las alforjas suficientemente en el gobierno que termina. Como si la obscena riqueza acumulada en tan solo seis años por el grupúsculo en control de ambos partidos no fuera evidente. Como si los quintanarroenses, en suma, tuviera aun el menor aprecio por franquicias partidistas que lo único que demostraron fue capacidad de rapiña y no de gobierno; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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