Por Julian Santiesteban
El lastimero rol “opositor” mostrado por las diferentes fracciones y representaciones partidistas el pasado 09 de septiembre, a propósito del quinto informe de gobierno de Carlos Joaquín González podrá enmendarse en las siguientes semanas, cuando los secretarios de gabinete comparezcan ante los legisladores locales para ampliar la glosa, pero también cuando, terminado dicho ejercicio, se construya lo que será el último presupuesto que la administración del cambio ejercerá; veremos entonces el talante y la capacidad de co gobernar, de un Poder Legislativo que, evidentemente, no ha estado a la altura de la representación que ostenta.
Extraviados, por decir lo menos, estuvieron los discursos de los diputados el pasado jueves, pues de ninguna manera se puede cuestionar su voluntad de construir hacia el futuro, lo que olvidaron, es que la presencia del mandatario estatal era para presentarles un documento que debe revisarse hacia el pasado, es decir, no se trata planear lo que van a hacer, sino analizar lo que ya se hizo y es en ese contexto en que, de plano, les faltó talento para esconder su entreguismo (calificarlo diferente sería quedarse muy corto) al poder, su falta de voluntad para asumir el rol que debe corresponderles para generar gobernabilidad.
Revisar al poder de ninguna manera significa generar inestabilidad, quienes así lo asumen demuestran, además, su escasa formación. Ahora bien, la estridencia en tribuna, sin el análisis minucioso en comisiones tampoco es de mayor utilidad, más allá de la “comidilla” del día, por ello es que, es estricto equilibrio, espera el escribiente que los legisladores demuestren –por lo menos por una vez- que responden medianamente a representar a los ciudadanos a los que solicitaron el voto, pero además, a los que la mayoría de ellos intentará hacerlo de nuevo en 2022, cuando pretenderán reelegirse. Revisión a fondo del gasto ejercido y, con base en eso, un ejercicio racional para la aprobación del paquete económico del próximo año.
El gobernador Joaquín González dará un mensaje a la ciudadanía este martes 14 de septiembre (en concordancia con la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, que establece que en el artículo 242, párrafo 5, y 449, párrafo 1, inciso f, que los informes pueden publicitarse una semana antes y cinco días después de presentado el documento a la respectiva legislatura) y, si se toma como referencia el año pasado, las comparecencias de los secretarios deberán programarse para la segunda semana del mes de octubre, para, terminada la revisión de la glosa, entrar al análisis del presupuesto, a partir de la tercera semana del mes de noviembre. Sobre el gasto, claro que se requerirá voluntad de colaboración hacia el futuro, pero que no olviden los legisladores en análisis de lo ya realizado. Hagan por lo menos el intento.
Es en este contexto que toma relevancia la conformación administrativa de la XVI Legislatura, pues apenas al inicio de septiembre el Partido Acción Nacional (PAN) asumió la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo), el escribiente ha insistido en que esa circunstancia estuvo perfectamente calculada, al permitir el albiazul que el Partido Verde Ecologista (PVE) la presidiera en el segundo año, pues de esa manera se logra estabilidad en el término no sólo de la gestión de los diputados, sino también del gobierno del cambio.
Y es aquí en donde se pone interesante la coyuntura, ¿será que los legisladores “verdes” se pondrán respondones en las comparecencias, considerando la minuciosa revisión que, se supone, está realizando el PAN a la gestión de Gustavo Miranda García, tan señalado por excesos y escándalos en la disposición de los recursos del Legislativo en el año que recién pasó? ¿Será que nunca vieron venir esa circunstancia en la que, a riesgo de ser exhibidos por su turbio pasado, tendrán los legisladores –por lo menos los verdes- ser más que “colaboracionistas” con la administración saliente? Cierto, nadie negocia con “el pie en el cuello”, pero también solos cayeron en la trampa de los “apetitos.” El mejor cazador no es el que persigue a la presa, sino el que espera agazapado a que esta venga. De las demás fracciones poco puede decirse, las que no están fraccionadas al interior, son más que “oficialistas”, tan es así, que nunca aprovecharon la mayoría numérica para impulsar cambios de fondo.
Luego entonces, a partir de lo ya descrito, los meses por venir serán de lo más interesante al interior de la XVI Legislatura y las acciones de cierre de administración que preparen los legisladores que ya se comprometieron a “colaborar”; sin “paquetes de impunidad” hacia el futuro, dicen, aunque en realidad representan una “oposición” vencida antes siquiera de intentar ser contrapeso de una administración saliente que, al final, con una habilidad que nunca advirtieron, logró imponérseles, aprovechando sus debilidades, sin que siquiera lo vieran venir. Su propia soberbia evidenció su incapacidad.
COMENTARIO MORBOSO
El miércoles 08 de septiembre, un día antes de la presentación del documento del quinto informe de gobierno ante la XVI Legislatura, el empresario Omar Macías, dueño de la empresa Versatilidad, responsable de la construcción del hospital Covid de Chetumal, como él mismo lo refiere, envió un correo electrónico –del cual tiene copia el escribiente- a todos los secretarios del gabinete estatal en Quintana Roo, sus diputados locales y federales, así como a diferentes instancias públicas encargadas de revisar gastos y cuentas públicas. En ese documento, por enésima ocasión, refiere que Jorge Brizuela Guevara y su esposa Vanesa Vargas, responsables de la empresa IAFER, no han pagado por la realización de los trabajos ya realizados, a pesar de que el gobierno quintanarroense ya ha erogado los recursos de tales obras. Temas por revisar sí tienen los legisladores, sólo tienen que hacer su trabajo, o seguir permitiendo que la impunidad impere; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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