Julian Santiesteban
El Plan Estatal de Desarrollo, denominado Nuevo Acuerdo para el Bienestar, será presentado este lunes al Poder Legislativo y a la ciudadanía quintanarroense, documento que regirá el actuar del gobierno de Quintana Roo por los próximos cinco años y, cuyos objetivos, se enfocarán a superar las enormes asimetrías en el crecimiento y desarrollo estatal, con un énfasis fundamental en lograr que el turismo, actividad primaria de la entidad, genere beneficios no sólo a los grandes empresarios, sino a los menos favorecidos históricamente.
Aunque no se ha dado a conocer el documento, la invitación pública es para este lunes, a las cinco de la tarde, en la Explanada de la Bandera, en Chetumal, la capital estatal. Por cierto, lo que sí ha realizado la administración de Mara Lezama Espinosa, primera mujer en gobernar Quintana Roo, es una amplia campaña de difusión con respecto al diagnóstico estatal, en donde destaca el gran porcentaje de pobreza -la mitad de la población está en esa condición-, la baja cobertura en materia educativa y lo extendido que se encuentra el fenómeno de la corrupción (de hecho, la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, señalan al estado como el más corrupto).
Con ese contexto, puede inferirse, sin duda, que el quinquenio será un plazo insuficiente para erradicar las problemáticas, no por lo menos para cambiar la dinámica económica del turismo acaparador de capitales, cuya fuerza laboral ha estado durante décadas con bajos salarios y en constante evasión de sus prestaciones sociales, pues a nivel nacional la prohibición de estrategias como el outsourcing avanza lento. Tampoco para conectar las áreas productivas del sur inconexas con el enorme mercado del norte quintanarroense; pues aunque ha habido intentos, lo que ocurre es que las cantidades de insumos que se demandan, son por mucho superiores a las que se logran en el campo estatal, con costos más elevados, lo cual no cambiará radicalmente. No en el lapso señalado.
Por cierto, la erradicación de la corrupción ha sido también parte del discurso de todos los gobiernos locales, pero poco o nada se ha avanzado en ello, incluso, la administración que apenas concluyó, de Carlos Joaquín González, difundió en su momento logros en transparencia -utilizándolo como sinónimo de honradez-, pero lo patético del desempeño fue dimensionado por la misma contralora actual, Reyna Arceo Rosado, quien dijo que los recursos recuperados del desfalco de gobiernos anteriores fue de unos cincuenta mil pesos… imagine el lector, el compromiso fue recuperar 11 mil millones.
Por lo anterior, conocer el Nuevo Acuerdo para el Bienestar resulta fundamental, porque ahí se especifican -o deben especificarse- con indicadores de gestión, los logros a alcanzar y los plazos; es decir, “los qué” y “los cómo.” Es en este documento en el que, el discurso, se convierte en ruta de acción; ahí se ratifican los compromisos y el alcance de los mismos. Es, en suma, en el plan de desarrollo que se puede acreditar la voluntad de avanzar en temas específicos y los tiempos para ello. La Ley de Planeación para el Desarrollo del Estado de Quintana Roo, establece en su artículo 170, que el plazo máximo para la presentación del documento, es a los 120 días de asumir el cargo, pero además señala que dicho documento debe estar en concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo y, a su vez, los planes municipales deben adecuarse al documento estatal. El dato parece una obviedad, pero apenas la semana anterior, el Instituto Nacional para el Federalismo y Desarrollo Municipal, Agustín Herrera Berthely, reveló que, en 2022, apenas el 29 por ciento de los municipios del país concluyeron con el diseño de sus respectivos planes.
El dato es lapidario. Por lo mismo, habremos de ver la adecuación que hagan los ayuntamientos quintanarroenses y, en suma, deberemos ver a partir de ahora, la manera en que los esfuerzos articulados comienzan a dar resultados diferentes. La administración estatal y la mayoría de los municipios son parte del proyecto de la Cuarta Transformación Republicana. En el documento que se presente este lunes, conoceremos esa “4T el estilo Quintana Roo.” Al tiempo.
COMENTARIO MORBOSO
A propósito del Plan Estatal, de los plazos de evaluación y la revisión al pasado, le deja el escribiente un Comentario al Vuelo que publicó el fin de semana en sus redes sociales.
La frase más recurrente y lamentable, en los primeros 117 días de gobierno de Mara Lezama Espinosa, es “estamos analizando”; no porque no deba hacerse una revisión al pasado, sino porque se esgrime como “escudo” ante los cuestionamientos. Pareciera que, el balance general, de los últimos 6 años se enfila al “aquí no pasó nada” y vamos hacia adelante. El avanzar es, indudablemente, plausible como voluntad del nuevo gobierno; pero dejar las cosas “intocadas” con respecto a la administración anterior, fija un punto de partida no solo lamentable, sino desfavorable a futuro, si se consideran las cuentas que habrán de rendirse, no en el 2027 -cuando termine Lezama Espinosa-, sino este mismo año, en el primer informe de gobierno.
Si lo anterior es preocupante, más lo es que el gabinete seleccionado para acompañar los esfuerzos de la mandataria simplemente no estén a la altura de los esfuerzos de quien los comanda, ahí el caso de Salud, de Movilidad, de Desarrollo Social o Medio Ambiente; solo por señalar algunos, cuyo desempeño hasta ahora, de plano, parece más inercial que innovador; más de lo mismo, en lugar de enfilarse a los “cambios radicales y profundos” que se han prometido… si algo salva al gabinete y su pobre desempeño, es la permanente gestión de quien encabeza el gobierno… pero ponerle permanentemente “el pecho a las balas”, indudablemente conducirá a un desgaste acelerado, sobre todo porque la alta burocracia está para respaldar y resolver, no para ser respaldada y que les resuelvan lo que no hacen.
Este lunes, se presentará el Plan Estatal de Desarrollo, denominado Nuevo Acuerdo para el Bienestar. La gobernadora ha dicho que todos los integrantes de su gabinete están permanentemente evaluados. Si de algo sirve el momento, ojalá se realicen los ajustes necesarios… después, puede ser demasiado tarde… y no hay tiempo para “curvas de aprendizaje”; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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