DIANA ALVARADO 07 MARZO 2023.- Los 531 aspirantes que participan en el proceso para el relevo de cuatro consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) hicieron el examen para avanzar en este proceso únicamente en una tableta electrónica. Fueron 80 preguntas en total, la mitad de opción múltiple y el resto con lecturas que debían ser analizadas, y después, contestar nuevamente con opción múltiple con base en los textos.
A unos minutos de iniciada la prueba, el sistema se “congeló” por alrededor de tres minutos. Aunque no todos los participantes tuvieron ese problema, el comité organizador paró el reloj y se resolvió la falla, relató Sergio Jesús González Muñoz, el primero en concluir el examen una hora con 16 minutos después de su inicio.
No obstante, el académico de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UNAM, quien ha trabado en el órgano electoral desde su fundación y quien participa por quinta ocasión por un puesto en el consejo general del órgano comicial, ponderó que fue una prueba “por primera vez muy tecnificado, se lo reconozco a la Cámara de Diputados y al comité”.
También, aseguró que por la separación entre cada uno de los aspirantes y la tableta electrónica que se dispuso, era imposible copiar entre ellos o que se pudiera hacer algún tipo de trampa.
Sobre las preguntas, descartó que alguna de ellas estuviera fuera de lugar, y defendió que fueron diseñados para conocedores en la temática, para evaluar el perfil y “si tienes madera o no para hacer consejero”.
“No es un examen fácil, es más bien un examen laborioso porque no sólo hay que seleccionar respuestas de ‘confusión’ múltiple, como decimos los profesores, sino que tenemos lecturas que luego hay que interpretar y sobre ellos te preguntan otra vez”.
Reveló que un par de las preguntas hacían referencia directa a la reciente reforma en materia electoral conocida como “Plan B”, pero ponderó que “en la familia electoral estamos leyendo el Plan B desde que era iniciativa”, por lo que ya lo conocían. Adujo que la pregunta buscaba ” saber si le sabemos” de la reforma.
Tras confirmar que fue el primero en salir del salón de plenos de la Cámara de Diputados, expresó: “Qué pena, qué miedo, qué responsabilidad”.
Contó que entre los asistentes, “vi compañeros y compañeras con cara de a qué vine, y vi compañeras y compañeros que deberían ser consejeros mañana”.
Mientras que, entre las preguntas más difíciles, estuvieron las relacionadas con la jurisprudencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en los casos que ha sancionado el Estado mexicano por algún asunto que haya llegado a dicho organismo.
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