Por Diana Alvarado
La presidenta municipal Lili Campos desechó de plano la propuesta de cambiar el nombre al municipio de Solidaridad por el de Playa del Carmen. La idea del cambio que dio a conocer en su “Informe Semanal” a fines de enero pasado, cuando regresó de la Feria Internacional de Turismo de Madrid, no verá la luz bajo el argumento de que hay otros asuntos mucho más importantes para la población, como las obras y servicios públicos.
Eso fue lo que la alcaldesa me comentó hace unos días cuando la entrevisté sobre el avance de ese tema. Me dijo que no trabaja en ninguna propuesta de ese tipo, que no hay tal, que solo fue una idea, un punto de su informe de resultados, que solo se trató de una buena intención, o sea, nunca fue algo para tomarse en serio. No recordó que ella misma dijo que prepararía la iniciativa para presentarla al Cabildo, al Congreso y a la sociedad.
Y es una lástima porque creo que Lili Campos está desaprovechando una gran oportunidad para dejar un buen legado como gobernante, obtener un gran capital social y político, así como apoyar una propuesta de la iniciativa privada vista con muy buenos ojos dados sus numerosos beneficios económicos.
Para el sector empresarial, las ventajas empiezan por consolidar la marca Playa del Carmen, como se le reconoce a este destino a nivel nacional e internacional; atraer un mayor número de turistas para elevar los índices de ocupación hotelera todo el año y tener así una importante derrama económica que ayude al desarrollo del municipio.
También goza del apoyo de la sociedad pues el nombre de Solidaridad tiene antecedentes históricos y connotaciones muy negativas ligadas al expresidente priista Carlos Salinas de Gortari de los que nadie puede presumir. Sin ninguna duda, el cambio de nombre contribuirá a fortalecer la identidad de la comunidad y sentirse orgullosa de su municipio, además de que prefiere el gentilicio de playense que el de solidarense
Desde todos los puntos de vista, la propuesta es altamente redituable. Lo único que tendría que hacer Lili Campos, como en su momento lo informó, es darle sustento legal a la iniciativa para que avance sin obstáculos, socializarla, como a ella le gusta, mediante foros, encuentros, encuestas y sondeos para garantizar su sustento social; generar consensos con los regidores y después con los diputados del Congreso para su respectiva aprobación y listo. Es todo.
Para el gobierno no representa mayores costos económicos sino solo un buen esfuerzo que dejaría buenas ganancias sociales, económicas y, sobre todo, políticas, algo que no debe perder de vista ni Lili Campos si pretende su reelección, y tampoco los numerosos asesores y opinólogos del gabinete municipal si quieren conservar su empleo un trienio más.
Es cierto que las obras y servicios públicos son temas importantes que el gobierno debe atender todos los días, pero no es superficial ni frívolo la identidad del municipio. Lili Campos aún está a tiempo. El cambio de nombre sería el mejor regalo para Playa del Carmen en su 30 aniversario como municipio y seguramente los playenses lo celebraremos con más gusto.
Correo: diacan1020@gmail.com
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