La apertura del proyecto, dijo, se dará en tres etapas: la primera el 15 de diciembre en el tramo de Campeche a Cancún; el último día del año se abrirá de Cancún a Palenque; y finalmente, a finales de febrero de 2024 funcionará el último trayecto (tramos 5, 6 y 7, de Cancún a Escárcega).
En la mañanera de este miércoles, el jefe del Ejecutivo remarcó que los tramos 5 a 7 fueron “lo que nos costó más trabajo”.
Sobre todo, por dos razones: el cuidado de los cenotes, ríos subterráneos y cavernas, además de la cascada de amparos contra el proyecto promovidos por grupos que ha calificado como “pseudoambientalistas”.
“Esto fue lo que más nos costó trabajo, porque se conservaron cenotes, ríos subterráneos, lo que no se hizo antes, que se daban permisos hasta para bancos de materiales, para que se llevaran la arena a Estados Unidos, los que después se oponían, al Tren Maya, con la misma hipocresía de siempre”.
El mandatario señaló que estos procesos se resolvieron. “Pero si nos atrasó. Porque también para proteger los ríos subterráneos y cenotes, este tramo (de Cancún a Tulum), que son como 120 kilómetros, 90 kilómetros son viaducto, es decir, son segundo piso, el tren va arriba, para que todo lo de abajo sea paso de fauna y no se afecte nada. Y esto significó más tiempo y más recursos, pero el propósito era no destruir el territorio, se cuidó cuevas cavernas, todo”.
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