Por Néstor Eduardo
El Alzheimer se ha convertido en la pandemia de nuestras autoridades, al gobernador Carlos Joaquín, no le interesa mucho resolver quiénes fueron los responsables de los hechos ocurridos hace ya un mes, no obstante el exhorto que hiciera la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre el caso Alexis y sobre la represión del día siguiente.
En tan solo 30 días, ya nadie se acuerda ¿quiénes fueron los policías que dispararon? ¿quién dio la orden de realizar el operativo de desalojo? ¿cuáles fueron las indicaciones y los objetivos en la operación? ¿qué autoridades fueron omisas en la supervisión y vigilancia del operativo? Amnesia total de nuestras autoridades. Lo cierto es que al concierto de delitos (tortura, intento de homicidio, abuso de autoridad) ocurridos en la Plaza de la Reforma, de la explanada del ayuntamiento de Benito Juárez, se suman los delitos de: omisión, encubrimiento y obstrucción de la justicia por parte de los responsables del mando único.
Capella y Santamaría, al ser removidos de sus respectivos cargos de Secretario de seguridad Pública Estatal y Municipal respectivamente, en automático quedaron exonerados de cualquier responsabilidad, dado que no serán citados a declarar bajo protesta de decir verdad en calidad de servidores públicos por la tentativa de homicidio de dos compañeros periodistas: Cecilia Soto y Roberto Becerril, además de los ciudadanos manifestantes lesionados.
Por su parte, no hay voluntad política de la Fiscalía General de la República para que la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión ejerza su facultad de atracción. Y esta misma falta de voluntad, se replica en la fiscalía de Quintana Roo para resolver el asunto de Alexis y de los que balearon y reprimieron, pues en lugar de haber acordonado el área y haber realizado las pruebas periciales de balística y de radizonato de sodio, “nos quieren sorprender con un cuento chino” de que ya no se puede hacer nada porque se alteró el lugar de los hechos, si cuyo trabajo principal es precisamente preservar y acordonar dicha escena.
Una raya más al tigre de la impunidad y la corrupción. y luego, cínicamente, escuchamos a nuestras autoridades decir que “se llegará hasta sus últimas consecuencias” “se actuará con todo el peso de la ley” o invitar a que la ciudadanía denuncie, sin advertir que ni con videos y testimonios diversos, son capaces de resolver un caso tan diáfano, del cual las referidas pruebas periciales hubiesen dado ipso facto, con los elementos responsables. Y qué esperanzas del caso de Alexis, ni para cuándo. Si no pueden con lo evidente, mucho menos con lo dudoso.
La narrativa que se deduce es que como sociedad civil, estamos indefensos ante la delincuencia organizada dentro y fuera del gobierno. La violencia de Estado en México ha llegado a extremos monstruosos, groseros e inaceptables. Hagamos un llamado respetuoso a nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador para DENUNCIAR que eso también es corrupción. Si se va tomar en serio su palabra de combatir la corrupción y la impunidad, en Quintana Roo, hay un filón enorme en el actuar de las policías y en la cadena de procuración y administración de justicia.
Hemos señalado desde éste y otros muchos espacios, que es insostenible que las corporaciones policiales de México (porque no conozco un Estado de la republica exento de éste modus operandi de las corporaciones policiales), se dediquen a asaltar y extorsionar con los recursos e impunidad que les brindan las autoridades de todos los niveles de gobierno. Hemos señalado que en México existe un NARCOESTADO, apenas oculto por: gobernantes, ministerios públicos y jueces. Hemos señalado que las corporaciones policiales más que ser parte de la solución son nítidamente parte del problema. Hemos señalado que deben hacerse examenes de control de confianza periódicamente a todo funcionario y servidor público que participe en funciones de seguridad pública y de procuración y administración de justicia. Hemos señalado que se establezca la prueba poligráfica a todos los policías del país de manera periódica para depurar a aquellos que se dediquen a delinquirdesde el Estado. Hemos señalado que se depure a los agentes de tránsito extorsionadores. Hemos señalado que se depure a los policias delincuentes, represores y violadores de derechos humanos. Hemos señalado que se depure a comisionados de Derechos Humanos omisos. Hemos señalado que se depure a agentes ministeriales, a ministerios públicos y a jueces corruptos. Hemos señalado que se depure a directores y custodios de CERESOS y penitencierias cómplices, torturadores y corruptos. Hemos señalado que se depure a militares y marinos corruptos, represores y cómplices de los carteles de las drogas. Hemos señalado que se depure a politicos ladrones y ambiciosos vulgares, cuyas carreras políticas son financiadas por la delincuencia organizada o por actividades ilícitas. Hemos señalado que se haga una carrera policial universitaria para policías preventivos, investigadores y agentes ministeriales. Finalmente exigimos se deje de robar y reprimir con las armas y los instrumentos que el pueblo le proporciona al Estado.
Ojalá Sr. Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, usted que es un hombre de principios y voluntarioso, no se convierta en otra victima más de la pandemia endemica de nuestra clase política: el alzheimer, la enfermedad del olvido.
Por NÉSTOR EDUARDO opinionpublicaydebate@gmail.com
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