DIANA ALVARADO 05 MAYO 2022.- El encabezar el desfile cívico-militar por el 160 aniversario de la batalla de Puebla, el presidente Andrés Manuel López Obrador evocó a la figura del Benemérito de las Américas, su perseverancia, decisión y apego a sus convicciones para consumar “la segunda independencia de México”.
Al pie del mausoleo dedicado al general Ignacio Zaragoza, el mandatario federal abrió la ceremonia al colocar una ofrenda floral en honor al comandante del Ejército de Oriente, quien aquel lunes 5 de mayo de 1862, bajo una torrente lluvia, encabezó la victoria de las fuerzas armadas mexicanas sobre el ejército francés, considerado entonces el más poderoso del mundo.
López Obrador delineó la historia de aquella gesta. Recordó que el origen de la invasión se dio tras un decreto publicado por el presidente Benito Juárez, en octubre de 1861, donde debido a la crisis en las finanzas nacionales, decidió no cubrir el pago de la deuda externa por tres años. Eso, generó que Francia,Inglaterra y España enviaran sus tropas que desembarcaron en el Puerto de Veracruz meses después.
Fue entones, dijo, cuando Juárez dio marcha atrás, pero aún así los franceses se mantuvieron en el objetivo de invadir nuestro país. Hasta que llegaron a Puebla, pasó obligado entre Veracruz y la Ciudad de México, y encontraron la férrea defensa de los mexicanos. Un año después, el imperio de Napoleón III insistió en su meta y con el apoyo de la clase conservadora de la época, instauró un imperio encabezado por Maximiliano de Hasburgo, aunque López Obrador destacó la posición liberal del emperador extranjero que incluso ratificó la nacionalización de los bienes de la iglesia y de su esposa, la emperatriz Carlota, quien promovió el trato digo y humano a los jornaleros.
Sin embargo, la figura de Juárez fue central en esa etapa de la historia, dijo el mandatario. “Es indudable que la salvación de México en este difícil trance debe atribuirse más que a ninguna otra circunstancia al ejemplar proceder del presidente Juárez, quien además de conducir el movimiento con eficacia política, supo mantener inalterables sus firmes principios de lealtad al pueblo y de amor a la patria. Su voluntad era indomable. La convicción absoluta de que estaba sirviendo al país lo hacía inmune a todos los ataques, ignoraba el desaliento”.
Los adversarios del entonces presidente, agregó López Obrador, lo calificaban como “un general mediocre en el campo de batalla, mal jinete y mal tirador. Sin embargo le reconocían el genio de la adivinación, pensaba todo, lo preveía todo. En su lucha por la libertad y por la República, que era ya de 30 años, jamás había cedido, renunciado ni traicionado, ni pactado”.
Subrayó su convicción de que el Benemérito de las Américas fue el mejor presidente que ha tenido este país, y destacó su perseverancia. “Siempre mantuvo una inquebrantable fe en la causa que defendía. Fue honesto, austero, sobrio. Demostró con hechos ser un hombre de principios y sobre todo un patriota.
A lado de funcionarios de su gabinete, el titular del Ejecutivo federal observó el paso de los contingentes militares y de las escuelas del estado que también desfilaron, por más de una hora, ante un sol a plomo que caía en la zona cercana al campo militar. El presidente además tomó protesta a los conscriptos del Servicio Militar Nacional clase 2003, remisos y mujeres voluntarias.
Presidieron la ceremonia los secretarios de Defensa y Marina, general Luis Cresencio Sandoval y almirante Rafael Ojeda Durán; así como el gobernador del estado, Miguel Barbosa.
Al finalizar se dio el “parte de novedades”. desfilaron 31 banderas de guerra nacionales, nueve banderas de guerra extranjeras, 4 mil 160 integrantes de las tres fuerzas armadas y de la Guardia Nacional, 54 instituciones educativas, 11 mil 500 niños y adultos de las citadas escuelas, 69 vehículos, nueve aeronaves, 200 caballos, 100 charros y 18 carros alegóricos. Al ceremonia cerró con el himno nacional.
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