A Tiro de Piedra /
Por Julian Santiesteban /
El Senado de la República desperdició la oportunidad de crear una ley para la recuperación económica de México que permitiera atender de manera integral a todos los sectores sociales; en contraparte, impulsó y aprobó la llamada Ley de Amnistía cuyo pírrico alcance es favorecer tan sólo al siete por ciento de la población carcelaria del país; pero la inutilidad es tal, que ni siquiera se han conformado los órganos revisores que analizarán los casos de alto riesgo de contagio de Covid-19, que se supone eran los sujetos a proteger, cuando la etapa crítica de la pandemia está a punto de concluir, de acuerdo con el discurso oficial.
Ciertamente el Covid-19 llegó para quedarse y la amnistía fue incluso un compromiso de campaña y ya se discutía un anteproyecto, pero la urgencia con que se aprobó la normativa el pasado mes de abril, estuvo fundada en el argumento de que había presos con alto riesgo de contagio; por eso se desestimó la propuesta de los opositores a Morena, que demandaban se priorizara crear una ley que atendiera la emergencia económica del país.
Al final, la mayoría se salió con la suya, pero a dos semanas de que regrese la movilidad gradual a México, no hay aplicación efectiva de la ley y los procedimientos establecidos tardarán de dos a seis meses –cuando se establezca el órgano revisor que enviará a un juez cada caso-; la población beneficiada alcanzaría no más de catorce mil personas, de acuerdo al portal Animal Político (https://www.animalpolitico.com/2020/04/ley-de-amnistia-impacto-presos-liberaciones/).
Lo pertinente es que la normativa contemplara también a los delitos del fuero común, que los estados pudieran hacer sus respectivas leyes, pero –de nuevo- en este momento lo fundamental es proteger la salud de la población y la reactivación económica. Una vez más, el gobierno federal se ha ganado a pulso los señalamientos en contra, pero además ha perdido la oportunidad que tiene al ser mayoría, aprovechar esa condición para beneficio social; vaya, ni siquiera para clientelismo electoral sirvió la amnistía, pues los reos tienen suspendidos sus derechos y las familias de los que soliciten ese beneficio se darán cuenta de la inaplicación real. De nuevo, una inutilidad.
Más aún; sí, la posibilidad existe de construir normativas similares a la federal en los estados, pero hasta ahora 19 –de 32- legislaturas tienen suspendidas labores y las que se realizan, como el caso de Quintana Roo, tienen que ver exclusivamente con la pandemia; en el mejor de los casos, para el mes de septiembre regresarían a labores y, según el semáforo que establezca el gobierno federal para el regreso a la actividad, para ese mes ya no sería urgente dar amnistía a reos de cualquier fuero.
Luego entonces, la Cuarta Transformación Republicana, por lo menos a nivel del Legislativo federal, deliberadamente desvarió, porque reza el dicho que, en política, lo que se ve, es; y la Ley de Amnistía fue un distractor para desbarrancar la propuesta de la oposición de crear una ley de recuperación económica; si se hubiera aprobado, los opositores al gobierno federal habrían obtenido una excelente bandera electoral; y como en este país todo pasa por el tamiz de la política, los “morenos” no iban a permitir que eso ocurriera, por el riesgo de perder votos en el proceso electoral de 2021, aunque eso implique mantener a los de a pie con becas y como “clientes en las urnas”, pero sin desarrollo.
COMENTARIO MORBOSO
Quintana Roo no regresa a clases presenciales
18 estados del país anunciaron que no regresarán a clases los primeros días de junio y una decena de ellos han descartado hacerlo por el resto del ciclo escolar, es decir, que más de la mitad del país regresará a las aulas hasta el mes de agosto, cuando el siguiente ciclo escolar inicie; entre esas entidades se encuentra Quintana Roo, de acuerdo a lo expresado por el gobernador, Carlos Joaquín González, este martes en entrevista.
El mandatario aseveró que, de acuerdo a las proyecciones hechas y, de acuerdo a la determinación de las autoridades federales de regresar a las urnas solo hasta que el semáforo establecido esté en verde, esa condición se alcanzará a finales del mes de julio, y ya no tendrá caso que en la entidad regresen los alumnos a las aulas, sino hasta el siguiente ciclo escolar. No hay clases pues, más que de manera virtual; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
P.d. ¿Si notó el lector que el mandatario refirió que hasta finales de julio pudiera Quintana Roo estar en color verde? Eso significa que, por lo menos hasta entonces, las medidas de resguardo y sana distancia se mantendrán. A mentalizarse todos.
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