El Minotauro /
Por Nicolás Durán de la Sierra /
El presente comentario, que tiene aromas navideños y a días de asueto, en el orden que se quiera, no ahondará en los ríspidos temas políticos de siempre y menos aún intentará incidir en la opinión ciudadana. No, este comentario hará votos festivos para que el año que está por iniciar sea más generoso que el 2019 y su camino no tan azaroso como este que anochece.
Por ejemplo, hace votos para que don Alfonso Durazo, el titular de Seguridad y Protección Ciudadana, se fije en lo que dice porque alborota a la grey de gobernadores panistas y, luego hasta tiene que desdecirse; hace votos también porque deje su tonito de maestro de párvulos y recuerde que la desastrosa experiencia de Culiacán aún está fresca y sus pifias, que no son pocas, no han sido cubiertas por el velo del olvido.
En lo doméstico, la columna sugiere a la fina diputada Reyna Durán que tome vacaciones de fin de año y no desgaste más su imagen, ya de por si abollada por los tribunales electorales, y se resigne a ocupar con dulzura su curul y deje los melindres para después. Sus afanes al estilo Marybel Villegas no le funcionan ni a la propia Marybel Villegas, así que…
A guisa de adiós a este año, que los saludaré el próximo 2020, esta columna hace votos porque al fin se haga justicia y, de menos, el exgobernador Mario Villanueva prosiga su defensa legal ya en su casa. Es el único preso por el ficticio caso Cancún. Las trabas legaloides que una y otra vez han evitado que se le respeten los derechos que por ley le corresponden, prueban lo corrompido de buena parte de nuestro poder judicial.
El rol de votos navideños de esta columna es tan largo que si se les enuncia, dejaría de ser lo que es para convertirse en un amplio catálogo de buenos deseos, aunque algunos con un toque Grinch. No obstante, uno de ellos y por demás importante, es desear a todos ustedes, felices fiestas y un próspero año nuevo. Nos saludamos el año entrante.
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