DIANA ALVARADO 04 AGOSTO 2024.- El Puente Vehicular Nichupté que pretende despresurizar el congestionamiento vial de la zona hotelera de Cancún tiene un avance de menos de 60% en su construcción, pero con fecha de entrega a finales de septiembre, para ser inaugurado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los propios trabajadores encargados de edificar la obra e incluso funcionarios del gobierno del estado, como Armando Lara De Nigris, secretario de Desarrollo Territorial Urbano Sustentable, aseguran que la obra no estará lista sino hasta 2025.
Incluso el reporte trimestral de Avance Físico y Financiero de los Programas y Proyectos de Inversión del gobierno federal, con corte a junio del presente año, consigna que la obra tiene una avance físico de 52.70% y ha ejercido 61.76% de los 7,847 millones de pesos que costará el puente.
La estructura consiste en una vialidad urbana totalmente suspendida en pilotes, con una longitud total de 8.80 kilómetros, que cruza sobre una porción del sistema lagunar Nichupté, conectando el centro de Cancún con la zona hotelera.
Aunque el avance de la obra se aprecia a simple vista lejos de estar a punto de concluirse, pues no hay avance de la estructura sobre la laguna Nichupté, el delegado de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT) en Quintana Roo, Guido Mendiburu Solís, asegura en entrevista con El Economista que están trabajando a marchas forzadas para cumplir con el plazo.
“Estamos tratando de terminarlo, trabajando 24/7 para cumplir con los plazos; si no sucede nada fuera de la previsto esperamos concluir en septiembre”, aseguró el funcionario.
Complicaciones sobre la marcha
La obra enfrenta no sólo la premura del tiempo para concluir prácticamente el restante 40 ó 50% de los trabajos en menos de dos meses, sino complicaciones técnicas que surgieron sobre la marcha.
Una de las más importantes es una cueva submarina de más de 60 metros de profundidad por 70 metros de ancho que obligó a modificar el diseño del puente.
La solución adoptada por la empresa ICA es la construcción de un tramo metálico del puente en forma de arco, con una longitud de 103 metros para librar la oquedad submarina sin necesidad de hincar pilotes en ese segmento de la laguna Nichupté.
“Va a ser prácticamente un puente dentro del puente, con una estructura metálica en arco. Esta situación, aunadas a otras que hemos tenido, como la karsticidad de la zona, no nos ha permitido tener el avance que queríamos”, explicó el delegado.
A ello se debe añadir que durante julio se presentó mal tiempo, no sólo por el impacto del huracán Beryl, sino por lluvias intensas que obligaron a detener los trabajos por más de dos semanas.
Sobrecostos
El funcionario reconoce que estas complicaciones, así como el programa de mitigación ambiental que se desarrolla a la par de la construcción del puente, han elevado el costo de la obra hasta los 7,847 millones, es decir, 40% más respecto de los 5,570 millones de pesos con que fue adjudicada la obra a la firma ICA mediante licitación pública.
Mendiburu Solís asegura que los más de 7,800 millones de pesos es el techo presupuestal máximo que alcanzará la obra hasta su finalización.
Opinión distinta
Juvenal Reyes Marrufo, secretario general de la Confederación Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (Catem) en Quintana Roo, difiere de la postura del delegado de la SICT y asegura, en cambio, que el puente no estará listo hasta 2025.
“Es una obra muy especializada; no es fácil trasladar a tanta gente en lancha, máxime con los temas climáticos, pero los encargados de la obra son personas con mucha experiencia, que trabajan de acuerdo al calendario que se ha fijado”, dijo.
Añadió que actualmente hay cerca de 5,000 trabajadores trabajando a marchas forzadas para concluir la obra lo antes posible, por lo que es un hecho que se pretende entregar la obra lo más avanzado posible en septiembre próximo, aunque la totalidad del proyecto no estará listo sino hasta el año próximo.
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