El Minotauro
Por Nicolás Durán de la Sierra
Si bien tanto en los ámbitos estatal y nacional no hubo sorpresas en los resultados del 6 de junio y Morena se alzó con el triunfo y pronto gobernará veintiún estados del país, Quintana Roo incluido, la jornada electoral dejó saldos judiciales que deben atenderse por la salud del gobierno estatal en puerta y entre ellos destaca el caso de Puerto Morelos, una alcaldía en la miseria.
Procurar la justicia en ese joven municipio de apenas 27 mil pobladores, es un deber para el gobierno por venir y no sólo, como se dijo, por su propia salud política, sino también para rescatar la economía de esa alcaldía cuyo futuro está comprometido por 20 años por los negocios de su exalcaldesa Laura Fernández. No se exagera al decir que se trata de un municipio en quiebra.
Laura Fernández argüirá que se trata de una “venganza política” de Mara Lezama, con la que compitiera por la gubernatura de Quintana Roo, pero sería falaz, pues los expedientes judiciales y las denuncias en su contra son de fecha anterior, incluso, a que el PAN y el PRD tuvieran el desatino de hacerla candidata; desatino, digo, porque bien sabían quién era… ¿O acaso habrá sido por eso?
El saldo político es de los partidos de oposición, los que carecen de figuras atractivas para el posible votante y eso tanto en el ámbito nacional como en el local -Laura Fernández es ejemplo- y a los que, sobre todo, les falta un discurso que convoque a la comunidad. Atacar por sistema a Mara Lezama o al presidente López Obrador, no es hacer política, y se comprobó en estas elecciones.
Destaca el abstencionismo que se registró en el Estado, donde se llegó apenas al 40 por ciento, casi el más bajo de los procesos del país. Empero, los votos por Mara Lezama emitidos en Cancún fueron los más numerosos de sus sufragios, algo inusitado para una ciudad por lo general apática en esta materia. Quizá es que se dio por descontado el triunfo de Morena… Puede ser.
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