Julian Santiesteban
Coaliciones y partidos han quedado definidos como actores del proceso electoral 2022, una batalla que se librará, por lo menos, con tres bandos competitivos. El escenario se ha modificado radicalmente, es en este contexto que los partidos pequeños se “cotizan más caros”, pues por pocos que sean los sufragios que obtengan, se convierten en factor de triunfo; sin embargo, los “estrategas” parecen estar diseñando sus rutas críticas en función de tradicionales modelos que, dicho en términos llanos, han llevado a regímenes diversos a perder el poder. La soberbia y el desdén, antivalores comunes en política, son además alimentados por quienes se benefician de ello, porque así y solo así encuentran acomodo “en el proyecto”, sea como militante o publicista.
De acuerdo con las etapas del proceso comicial, este lunes, el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo), deberá resolver sobre las solicitudes de registro de convenios de coalición para gubernatura y diputaciones, así quedará sentado de manera formal la manera en que competirán, la coalición “Juntos Haremos Historia” modificó su convenio, reasignando candidaturas a diputaciones, ante lo cual el partido Movimiento Auténtico Social (MAS) decidió apoyar de facto a otros partidos y coaliciones, además de presentar una planilla de candidatos por sí mismo. Morena, el Partido del Trabajo (PT), el Verde Ecologista (PVE) y Fuerza Por México (FXM) contenderán ahora juntos. El partido de Pedro Haces obtuvo en Quintana Roo, para la elección de 2021, 56 mil 359 sufragios, equivalente al 10.3 por ciento del total emitido. Es una cifra nada despreciable, aunque todo apunta a que ese instituto es el “gran espejismo” en el proceso en curso, pues de las figuras que obtuvieron esa votación, queda menos de la mitad entre sus filas. FXM tiene tres regidores; el MAS, una alcaldía, una diputación y una buena cantidad de regidurías ¿Nota ahora el engaño de las cifras? Esto, porque el MAS, aun con ello, estuvo en riesgo de perder el registro. Aun así, FXM gana, pero ¿el MAS pierde?
Del otro lado, están el Partido Acción Nacional (PAN), el de la Revolución Democrática (PRD) y Confianza por Quintana Roo (CQ); como ya es sabido, el Revolucionario Institucional (PRI) decidió contender solo; en este escenario, vaya que cumplirá el cometido de atomizar el voto. El entorno proyectado es que fraccionara el sufragio que apoya al “panrredismo” para ayudar a Morena, pero parece que los “guindas” están complicando tanto su escenario, que el riesgo de perder es real ¿el tricolor será “perdonado” en caso de que los panistas-perredistas obtengan el triunfo, sea con Laura Fernández o con Roberto Palazuelos como abanderados? No parece. ¡Ah! Y del llamado “partido joaquinista”, el CQ, puede que no aporte muchos votos en favor, pero el no operar en contra, en estas coyunturas también ayuda. Nótese entonces que, el desdén y soberbia por lo que puedan o no aportar los partidos pequeños –más allá de que su existencia misma sí es una carga para la democracia nacional, porque casi siempre compiten coaligados-, pueden llevar a probabilidades reales de derrotas. El Verde, allá por el año 2000, era visto como una franquicia pobre y sin sentido, y posibilitó la alternancia en el país, hasta convertirse ese instituto en el enorme parásito que es en la actualidad.
¿Y cuál es el tercer frente competitivo, además del “panrredista” y el de la 4T? Ese partido que calladito avanza en el país, básicamente, por atinadas alianzas estratégicas y no coaliciones electorales, Movimiento Ciudadano. Sin desesperar ni “abrir cartas”, la franquicia de Dante Delgado está por definir candidatura al gobierno de Quintana Roo. La especulación indica que sería Marybel Villegas Canché, con una lista de candidatos a diputados variopinta, que va desde liderazgos auténticos, a ex alcaldes que “compran” el espacio… pero compiten. De nuevo, con un escenario así de fraccionado ¿es posible desdeñar lo poco que puedan aportar las franquicias locales? Posible sí, riesgoso también.
Ciertamente, habrá actores cuyas probabilidades son menores o nulas, las candidaturas independientes entre ellos. “Atomizar” el voto ha servido para que las minorías de siempre ganen elecciones, pero precisamente en la falta de control de ese proceso es que otras minorías han alcanzado el poder, de ahí que los candidatos, grupos políticos y hasta publicistas, deberán, en el caso quintanarroense, ser cuidadosos de no “soltar” demasiado, porque la campaña aún está por desarrollarse y, con mensajes atinados, el votante, generalmente acrítico y más sentimental que racional, puede darse cuenta que no es lo mismo el presidente que sus candidatos, como ocurrió con el PRI hace ya dos décadas; pero además, que ni los malos lo son tanto, ni lo buenos dejan de tener “muertos en el clóset”; este lunes se cierra pues ese capítulo, y ya todos los actores definidos, ahora sí a competir.
COMENTARIO MORBOSO
De manera sigilosa, temerosa, pero como un rumor cada vez más constante e inocultable, la información de que fueron cinco y no cuatro, las empresas contratadas para la remodelación del bulevar bahía de Chetumal se extiende. La quinta empresa, contratada específicamente para la reubicación o tala selectiva de árboles enfermos en esa zona, terminó por realizar una devastación tal, que obligaron a los otros cuatro a rechazar alguna injerencia con las irregulares acciones, pero además a la presidenta municipal de Othón P. Blanco, Yensuni MArtinez Hernández, a poner las culpas en donde van: La Secretaría de Obras Públicas (SEOP) de Quintana Roo y su –hasta ahora- inamovible, pero sí muy cuestionado titular, William Conrado (T)Alarcón.
“Don” William, de hecho, desde el jueves pasado, en un intento por justificar lo ocurrido, terminó enredándolo más. En un programa televisivo en vivo, con el gobernador del estado, Carlos Joaquín González, Conrado Alarcón dijo primero que la tala la realizó “personal externo” a las cuatro empresas a las que se asignó la misma cantidad de tramos de que consta la obra; luego, como que no quiere la cosa, aventó “tierra” sobre el municipio capitalino, y, al final, pues que “nadie” sabe quién cortó unos 75 árboles con más de cuatro décadas de vida.
Sin embargo, la alcaldesa capitalina sí declaró que fueron enterados que una empresa más, fue contratada expresamente para la tala. Afirmó que lo realizado fue un exceso, que no es lo que el ayuntamiento autorizó; e incluso, la regidora (del PAN, por cierto) Cinthia Millan Estrella, puntualizó que más de la mitad de los árboles cortados (38 de 74), fueron acciones irregulares y no autorizadas por el Cabildo. “Plantas del Sureste”, se rumora que es la empresa contratada, sin que alguien encuentre registro alguno de la misma. ¿A quién pertenece? ¿Por qué tanto embrollo para no reconocer su participación en la tala o la responsabilidad de lo cometido?
Los cuatro contratistas ya recalcaron que ellos no devastaron extensión alguna, la alcaldesa othonense y sus regidores han puntualizado que lo que se realizó no es lo aprobado y, Conrado Alarcón, intenta aun construir una versión que resulte creíble para semejante agravio al entorno, historia y población del sur de Quintana Roo, pero ¿y los culpables en dónde están? De nuevo ¿de quién es la quinta empresa contratada? Seguimos esperando respuestas, porque los árboles devastados, ligados a la historia misma del desarrollo de la capital quintanarroense, no regresarán, ni, aunque el aún titular de Obras Públicas se vaya…desde ahora, o después del 25 de septiembre; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
Pd. Bien por la alcaldesa que, sin querer, queriendo; dio un dato más que revelador.
Pd2. Bien por la regidora Millán Estrella que, anteponiendo el compromiso con la ciudad, antes que con el partido, ha salido a denunciar lo mal hecho. Sólo falta la acción real de la justicia.
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