Eduardo Torres Maldonado es un caso especial dentro de los aspirantes a integrar la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el proceso electoral que se llevará ,a cabo el domingo uno de junio próximo, es el caso de que por cuarta ocasión buscará ser electo ministro, ahora será mediante el voto popular abierto y desafiante pues será votado a nivel nacional para ocupar uno de los nueve asientos reservados que podrán permanecer por períodos de ocho, 11 y 14 años según los votos que obtengan; dentro de 64 candidatos. No solo por lo anterior el caso es especial, Eduardo Torres cuenta con un perfil singular que se antoja interesante como miembro de una nueva generación en la SCJN. Ocupa el numero de lista 63 obviamente en la boleta morada, no es un alfil que llegue con empuje artificial ni oficial.
Eduardo Torres es investigador universitario de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONAHCYT) Licenciado en derecho por la UAM Azcapotzalco, Maestro en Derecho por la UAM Xochimilco, doctor en filosofía con especialización en sociología por la Universidad de Texas; cuanta con especialidad en amparo y derecho constitucional por la Universidad Panamericana. En 1994 fue reconocido con el Premio Nacional de Economía por sus estudios sobre el Caribe Mexicano, lo que le permitió vivir o visitar con frecuencia a Quintana Roo. Como investigador nacional del SIN-Conahcyt su vigencia es hasta el año 2039 y actualmente también se desempeña como Profesor investigador Titular “C” por oposición de la carrera del Departamento de Derecho de la UAM Azcapotzalco. Todo lo anterior hace un perfil singular, especial, muy académico lo que daría una visión especial, diferente a la tradicional que ya conocemos por el paso de los años; sus propuestas o visión de la nueva Corte destaca algunos enunciados descritos por él mismo como; “El Poder Judicial debe abrirse y adaptarse a las transformaciones sociales, culturales y políticas (no solo técnicas) del siglo XXI, con aprendizaje histórico. En la transformación del Sistema de Justicia (incluyendo a los policías y a las Fiscalías, con reformas paralelas) se encuentra la clave, la piedra de toque, de la transformación del Estado de derecho y la cultura jurídica del mismo. La mejor lección educativa y cultural jurídica es una buena sentencia dictada por respetables jueces.”
Menciona que “los nuevos juzgadores deben tener en claro que la seguridad, el acceso a la justicia, el debido proceso y la justicia social, son principios civilizatorios básicos. La Constitución, Ley Suprema, debe respetarse por principio jurisdiccional y cultura jurídica, evitando que se politice la justicia o se justicialice la política. Se propone también la creación del Ombudsman Judicial.”
Como mencioné al inicio de este breve espacio, Eduardo Torres es un caso especial que hay que poner en mucha consideración a la hora de emitir nuestro voto si realmente queremos un cambio en el Poder Judicial. Cierro la colaboración con más palabras de Eduardo; “Los nuevos juzgadores deben regirse por una nueva moral, código ético y honestidad, eficiencia y dignidad humana. Las viejas elites judiciales ya son, hoy, simplemente servidores públicos gubernamentales y deben integrarse a partir de criterios de pluralidad ideológica, transparencia política, competitividad, excelencia moral y virtud ética, reconocido profesionalismo y compromiso social, garantizando una honesta medianía Juarista en su dignidad económica.”
Sin duda una buena opción, nueva, fresca y desafiante.
Gracias por su lectura y recomendación en redes sociales.
@raulcaraveo
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