El Minotauro
Nicolás Durán de la Sierra
En lo que toca a la lucha contra el coronavirus, el inicio de la semana fue positivo para el Estado y no solamente porque en los últimos días, si no hay ajustes de conteo, el saldo ha sido blanco para Quintana Roo –lo que es gratificante- sino también por la firma del Pacto de Reactivación Económica Responsable entre sindicatos, empresarios, asociaciones y el propio gobierno.
En tal sentido, no fue la única noticia halagüeña, pues también la secretaria federal de Salud destacó la labor sanitaria del gobierno estatal contra la enfermedad. Los números son positivos y contrastan, en los volúmenes de contagios, con los de estados como Jalisco, Colima o Chihuahua, donde la epidemia va a la alza. En síntesis, se vislumbra un panorama esperanzador.
En tal contexto es donde resalta la valía del dicho pacto de reactivación económica, pues el relativo control epidémico en el Estado trajo consigo la relajación de las medidas que -vaya ironía- lo llevaron al estadio que hoy tenemos. Así, en pocas palabras, el exceso de confianza, amenaza los avances logrados y el acuerdo busca, en lo básico, la vuelta a un mayor control sanitario.
En vez de regaños, se llamó a la sensatez, en especial al empresariado del norte, donde el riego es mucho mayor. La falta de medidas de vigilancia sanitaria en los medios de transporte y los pequeños comercios; en las áreas de trabajo de empresas y en muchos espacios públicos, es evidente en Cancún y en Playa del Carmen, las más pobladas de nuestras ciudades.
Si para los empresarios, para la comunidad, es urgente la reactivación económica, ésta deviene en vital para el gobierno del Estado, sobre todo frente a un 2021 que sufrirá menguas de presupuesto de casi 300 millones de pesos como resultado de la epidemia. La posibilidad de un rebrote es real, tan real como la siempre presente tentación del autoritarismo.
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