Nicolás Durán de la Sierra
Dado que la entrega anterior paseó por espacios fuera del país, que exhibió la vileza del primer ministro de Canadá que intentara envenenar la relación de Trump con México, es difícil aterrizar sin escala en el ámbito local, por lo que se dará cuenta de una nueva tropelía de este presidente al anunciar a Ronald Johnson como el nuevo embajador de los Estados Unidos.
No es que el próximo embajador sea mejor que el actual, sino que tiene un estilo más rupestre, más alejado de la diplomacia tradicional. Ron, como le gusta que le digan, es un exboina verde cuya experiencia en este oficio se reduce a la legación gringa en El Salvador, donde fue afín al presidente Nayib Bukele, tiranuelo con portal en FB dado a despreciar los derechos humanos.
Con Ron, quien además fuera agente de la CIA, es con quien tratará la presidenta Claudia Sheinbaum en los meses por venir. Según Trump su nuevo pupilo tiene entre sus metas frenar el flujo de fentanilo a su país, pues tienen allá un gravísimo problema con tal droga. Podrían frenar allá, allá, su criminal distribución, sí, pero es mejor culpar al vecino de los errores propios.
El fentanilo y la hipocresía gringa.
Tocado el tema de drogas e inseguridad, que juntas van, ya en el ámbito nacional resalta el reciente llamado de la presidenta para que los gobiernos de los estados se involucren más en su propia seguridad y no lo dejen todo a la federación. Les urgió a revisar día con día las estrategias para recobrar la paz social. Les pidió que fueran corresponsables de la lucha contra el crimen.
El llamado presidencial acentúa las diferencias de este sexenio respecto del anterior en materia de seguridad, en especial con los cárteles. No sólo dice que los abrazos quedaron atrás, sino plantea un frente amplio con los gobernadores para lograr la pacificación del país. Una moneda al aire sobre todo en el norte de México, donde se ubican los principales grupos delincuenciales.
En el estado se avanza, pero aun la ruta es larga y en tal contexto, la gobernadora Mara Lezama se reunió en Acapulco, sede de la presidencial arenga, con Omar García Harfuch, titular del gabinete de seguridad, para revisar la estrategia para recobrar la paz en Quintana Roo. Nuevos vientos, pues, en la ya añeja lucha contra los cárteles…
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