A Tiro de Piedra /
Por Julián Santiesteban /
No es que el gobierno naufrague, no es que la anhelada Cuarta Transformación republicana se ponga en riesgo, sino el preocupante mensaje que se envía no sólo a los mercados, sino a la ciudadanía preocupada por los asuntos públicos, que observa en el desgajamiento del gabinete presidencial, por lo menos, la falta de unificación y compromiso en torno a un proyecto que llevó a Andrés Manuel López Obrador al poder. Hoy renunció el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa Macías, y las consecuencias a nivel de las entidades federativas se vendrán en cascada.
A menos de dos horas de la señalada renuncia, la Bolsa Mexicana de Valores tuvo una fuerte contracción, perdiendo 1.22 por ciento; pero además el peso se depreció fuertemente ante el dólar americano, pues al iniciar al día se cotizaba en 18 pesos, y para el mediodía ya alcanzaba los 19.20 pesos.
Ahora bien, si los asuntos de la bolsa y las finanzas nacionales no son propiamente su preocupación, pues aquí le va un dato que seguramente lo pondrá a temblar: al mediodía del martes, el presidente López Obrador designó como nuevo titular de Hacienda a Arturo Herrera Gutiérrez, quien fungía como subsecretario en esa instancia y quien tuviera la brillante idea e hiciera el respectivo anuncio de que la tenencia vehicular revivirá para el año 2020; lo que dará al gobierno federal, estados y municipios, unos 120 mil millones de pesos adicionales…a costa, claro está, de todos los mexicanos que cuenten con un vehículo de menos de diez años de antigüedad.
Pero si lo anterior no le resultara lo suficientemente preocupante, entérese de las razones por las que Urzúa Macías dejó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP): El ex funcionario asegura que el gobierno federal “ha tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”; es decir, traducido, significa que se ha dispuesto de recursos sin que se garantice la disponibilidad de los mismos, sólo por decir algo. Cuidado, si está muy contento con la beca o la pensión otorgada, más temprano que tarde pudiera desaparecer el beneficio. Pero además, el ex titular de Hacienda reprochó la imposición de funcionarios relacionados que no tienen conocimiento del ramo y que llegaron ahí, dijo, por “personajes influyentes del actual gobierno, con un patente conflicto de interés.” ¿pues no que la corrupción se había terminado?
Para efectos del impacto en Quintana Roo, baste recordar que, apenas el 12 de abril, renunció a la subsecretaría de Turismo, Simón Levi, quien duró menos de un mes en Chetumal, como parte de la descentralización ordenada por el presidente; pero además, el diputado federal y presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados, Luis Alegre Salazar, señaló en su momento que la llegada de Sectur a la entidad dependía de la suficiencia presupuestal que otorgara Hacienda, lo que, por lo pronto, implicará retrasos.
Por último, el delegado de Programas Sociales del gobierno federal en Quintana Roo, Arturo Abreu Marín, dijo en semanas anteriores que las delegaciones federales siguen operando sin recursos porque la SCHP no se los ha otorgado; pero hay ya un marcado retraso en consolidar la nueva estructura del gobierno federal en las entidades, así que, con la salida del hombre más importante –dinerito habla- en el gabinete, la incertidumbre se mantendrá, porque Herrera Gutiérrez llegó exigiendo una purga al interior de la SHCP, y eso sólo significará mayores retrasos.
COMENTARIO MORBOSO
El municipio capitalino de Quintana Roo, Othón P. Blanco, tiene como alcalde a un morenista de decoración, Othoniel Segovia Martínez, cuyo lastimero rol se limita a la representación del municipio en eventos diversos, pues está tan acotado por los regidores de su propio partido, que no tiene capacidad alguna de decisión. Por si no fuera suficiente, el Cabildo acaba de otorgarle mayores facultades al tesorero municipal sobre la utilización del presupuesto, y si se considera que el funcionario que ocupa el encargo no pertenece al equipo del mandatario, con ese hecho perdió el control económico de la comuna, y el político nunca lo tuvo.
De hecho, el munícipe llegó al cargo por ser suplente de quien realmente contendió en las urnas, Hernán Pastrana Pastrana, y tiene como aliados sólo a su secretario particular y al director de Comunicación Social, ambos leales por consecuencia, ante la falta de quien realmente los colocó en ese encargo. Faltan poco más de dos años al actual trienio y no puede esperarse una renuncia al cargo de Segovia Martínez, pues es el cargo público más importante –y único- que ha tenido; así que, por ahora, sus expectativas se reducen a cobrar su quincena, acudir a los eventos –vestido de guayabera, faltaba más- y regresar a su oficina a despachar una que otra acción que la ley le permite de manera discrecional, pero de “extras” como los que genera la obra pública nada, pues según los entendidos, ese tema ni siquiera se acuerda con él (aunque no debiera existir tampoco, pero las cosas como son.)
Sin embargo, entre los regidores y directores la versión principal es que el aislamiento y ahora inutilización de Segovia Martínez es ocasionada más por su soberbia, que a disputas entre otros actores políticos de Morena; la actitud de “sabelotodo” y la resistencia a reconocer que la imagen no se construye a desplantes ni las alianzas se hacen con el “pie en el cuello”; en fin, reza el dicho popular que “el que nace para tamal, del cielo le caen las hojas”; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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