El Minotauro
Por Nicolás Durán de la Sierra
Para el próximo gobierno estatal, el que probablemente encabezará Mara Lezama, la aún alcaldesa de Cancún, garantizar la seguridad pública será la primerísima de las tareas que habrá de afrontar. El repunte criminal de los últimos días ha puesto en entredicho, de nuevo, la efectividad oficial en tal materia, pese a los importantes avances que se han dado en este sentido, como el “C5”.
Lo números del pasado febrero, con 37 muertes dolosas en su cuenta, hacen de éste uno de los meses más violentos de los últimos años en el Estado. En la lista de ciudades peligrosas del país, Cancún ocupa el segundo lugar, según reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública; Playa del Carmen y Tulum no están muy lejos de formar parte del infausto conteo…
Antes de caer en lugares comunes como que falta una mayor coordinación a las policías o que a sus agentes les falta honradez, los que es una falsa generalización; antes de ello sería más provechoso mirar hacia adentro de Cancún, ciudad cuyo consumo de drogas es muy superior a la media nacional y donde se gestan otras patologías alarmantes tras los muros domésticos.
La inseguridad es resultado directo, quiérase o no, del éxito de Cancún. Sólo para ilustrar su flujo monetario, baste decir que en el difícil 2021 entró por aquí el 44% de los casi 31 millones de turistas que llegaron al país, y ello atrae a todo tipo de delincuentes, incluidos los de “cuello blanco” que hacen grandes inversiones y que aquí son punto menos que intocables.
Sin duda esto no justifica el auge criminal, pero sí que lo explica, eso y el hecho de que esta es una ciudad muy permisiva con el uso de drogas, como de manera solapada lo auspician los propios hoteleros, que, con tal de recibir dólares, desvían la mirada. A sus playas y al sexo, Cancún suma este atractivo y es seguido muy de cerca por Tulum, el cada vez más violento Tulum.
Para el próximo gobierno estatal, una vez que se abatió la epidemia del Covid, combatir la inseguridad pública será su tara más importante, pero ello se logrará si se comienza también desde adentro. El Parque de la Equidad de Cancún comenzó ya a modificar para bien usos y costumbres citadinos y eso es alentador si se quiere en verdad la seguridad ciudadana.
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