IQCANCÚN 26 MARZO 2019.- El exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro, asegura que vale la pena luchar por ganar la dirigencia nacional del PRI porque este partido, considera, no está ni muerto ni en ruinas pese al descalabro electoral de 2018.
“La gran tarea no es llegar a la dirigencia, es llegar para estar en la posibilidad de hacer una gran convocatoria para trasformar y fortalecer al Partido Revolucionario Institucional y hacerlo para reconquistar la confianza de los ciudadanos. Les fallamos y tenemos que ofrecer una disculpa”, reconoce.
Y con una sola frase ataja lo que considera especulaciones: “Yo no soy ni el candidato de Enrique Peña Nieto ni el de Andrés Manuel López Obrador”.
Dice que está consciente del gran reto que significa dirigir al Revolucionario Institucional en los tiempos de la Cuarta Transformación, pero que apuesta todo su capital político y de servicio para evitar su debacle. Afirma que no niega a sus amigos, por lo menos así lo dejó de manifestó en una reunión discreta, que casi pasa por secreta con Claudia Ruiz Massieu y Enrique Peña Nieto en Valle de Bravo. Amante del béisbol e hincha del futbol, así es José Narro Robles.
En su despacho al poniente de la Ciudad, recibe a El Sol de México. Es puntal a la cita y nos atiende con la calidez que siempre le ha caracterizado. Libros, trofeos, recuerdos de su paso por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la que fue Rector.–
¿Qué le ve al PRI de atractivo en estos momentos?
-Un partido que tiene lo que tiene el PRI, no está muerto, tampoco está en ruinas. ¿Por qué digo eso? Porque con nueve millones de votos, poco más de nueve millones de votos en el caso de diputados federales, no puede decirse o pensarse que se está en ruinas.
Hay un capital importante. Porque un partido que tiene una historia de nueve décadas no está en ruinas.
Sí, sí tuvimos un descalabro muy fuerte. Un terrible resultado adverso, indiscutiblemente. Pero de ahí a pensar que está muerto hay una enorme diferencia. Pensar que no hay futuro, hay una enorme diferencia y lo que aprendimos en el 2000 es que tenemos la capacidad de levantarnos, y lo que hemos aprendido de este mensaje de la sociedad es que tenemos que hacer dos cosas: reconciliar al priismo y ganar nuevamente la confianza de la sociedad.
Con el singular buen humor que le caracteriza no deja de observar a los ojos a quien le hace las preguntas. Sostiene que sí vale la pena apostar su credibilidad, su posición, su trayectoria y su vida por el PRI.
“Vale la pena, me lo pregunté, por supuesto. Yo creo que vale la pena y he emprendido con mucha energía, con mucha convicción, con mucha emoción la búsqueda de la presidencia del partido y se lo digo con toda claridad, por México”, sostiene.
Insiste en que México necesita un Partido Revolucionario Institucional fortalecido, “una oposición honesta, franca, clara, madura, capaz de reconocer lo que le conviene al país y apoyarlo, cuando vienen iniciativas desde la estructura de gobierno y capaz de decir también que no cuando a juicio del partido no le convenga a México. México requiere del partido en mi perspectiva, la tarea vale la pena y tan vale la pena que decidí tomar esa decisión y emprenderla con toda convicción”.
-¿Cómo reconciliar a la militancia después de que le fue impuesto un dirigente y un candidato? También se registraron severos actos de corrupción.
El PRI ha pasado de ser un partido hegemónico y de hecho, previamente un partido de Estado a ser hegemónico, a ser mayoritario y en la actualidad ser uno más de los partidos que están en el espectro político. En la democracia se gana y se pierde. En la democracia y acudo a un lugar común, ni las derrotas ni las victorias son para siempre.
Hay cambios y frente a una realidad que es la que usted describe y que yo acepto: un menor número de diputados, senadores, una menor presencia en los gobiernos estatales, pero de cualquier manera, el porcentaje de población que es gobernada desde gobiernos emanados del PRI es muy importante. Y particularmente yo le diría, un partido que tiene una historia de 90 años y es un partido que ha generado buena parte de las instituciones del México contemporáneo.
El exsecretario de Salud en el sexenio pasado subraya que el PRI está centrado en la estación del 19 con la renovación de su dirigencia nacional, para que después ponga su mirada en las elecciones intermedias de 2021 y las presidenciales de 2024.
-¿Ya habló con Enrique Peña Nieto?
Hace tiempo. Yo fui un colaborador de Enrique Peña Nieto. Nadie puede negarlo, menos yo. Es público. Trabajé más de dos años y medio, más de dos años y nueve meses cómo colaborador de él. Yo tengo un profundo agradecimiento con el expresidente Enrique Peña Nieto por la oportunidad que me dio. Para mí fue un motivo de orgullo, de satisfacción, servir a México, desde una de las posiciones que un médico y más un médico como yo formado en el campo de la salud pública puede aspirar, ser secretario de Salud de su país.
-¿Enrique Peña Nieto está detrás de usted?
Lo digo con toda claridad y contundencia. Si yo hubiera sido el candidato del entonces presidente Enrique Peña Nieto, pues hubiera sido presidente del PRI. Yo no soy el candidato de Enrique Peña Nieto, como tampoco soy el candidato de Andrés Manuel López Obrador.
-¿Qué ha platicado con la actual dirigente, Claudia Ruiz Massieu. Hubo una reunión en Valle de Bravo, hubo varios personajes, el ex presidente Peña?
Yo conozco a la doctora Claudia Ruiz Massieu desde los años 80. Era una niña. Tejí una amistad verdadera con José Francisco, su padre. Y conocí a una niña. Era una pequeñita. Claudia Ruiz Massieu es en la actualidad presidenta del partido y es mi amiga. Es mi amiga, a quien yo aprecio profundamente. Fuimos compañeros en el gabinete de Enrique Peña Nieto. Efectivamente, asistí a una reunión de amigos. No fue una reunión política, fue una reunión de amigos, nada más. Todo lo demás son especulaciones.
-Ulises Ruiz señala que usted no es la persona idónea para dirigir al partido.
Bueno, si Ulises Ruiz dice eso pues yo respeto. Se acuerda de lo que decía Bora Milutinović… “Bora respeta” … “Narro respeta a Ulises Ruiz”. Me he sentado a platicar con él. Hemos platicado con mucha franqueza, con mucha claridad y pues si él piensa eso.
No sé cuál es el perfil de quien deba dirigir, presidir al partido y me imagino cuál es la respuesta: “pues él”. ¡Cómo quiere que diga que yo soy!, si él piensa que es él, lo mismo pienso.
-¿Cómo ve a Ivonne Ortega?, ¿ella será su principal contendiente por la lucha por la dirigencia? Es una mujer espléndida en todo sentido.
Es una mujer inteligente. Es una política muy capaz, es y lo mostró, ser una gobernadora que cumplió con su responsabilidad y con su tarea, es una persona que ha ocupado muchas responsabilidades, que ha sido Senadora de la República, por ejemplo, y que ha tenido otros cargos de elección popular.
Es una persona a quien yo respeto y aprecio de verdad, sinceramente y no estoy simplemente siendo políticamente correcto, lo que estoy diciendo es mi sentir y que es una gente que tiene claro sus objetivos y que es persistente en sus convicciones, entonces todo mi respeto, todo mi aprecio para una mujer estupenda, espléndida, para una política muy completa y para un ser humano, porque la he conocido también en esa condición de ser humano y tiene todo mi respeto.
-Usted mencionaba la elección con el INE, ¿de plano no hay confianza al interior?
No, sí hay confianza. Pero sin duda alguna, la participación de una institución de la democracia mexicana que se ha venido consolidando, que ha ganado credibilidad en la sociedad y ese es el INE. Sí hay confianza al interior del priismo, pero queremos tener reglas parejas, suelo parejo, juego limpio, transparencia, porque tenemos con el proceso que mandar un mensaje a la sociedad y el mensaje tiene que ser de darle una explicación a la sociedad y de demostrarle que somos absolutamente capaces de tener una conducta de la que todos se puedan sentir satisfechos y orgullosos.
José Narro asegura que son varias las mujeres que cuentan con la capacidad y el talento para acompañarle por lo que le está costando un poco de trabajo elegir a la compañera ideal. (EL SOL DE MÉXICO)
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