El Minotauro /
Por Nicolás Duran de la Sierra /
Esta mañana, en su sitio electrónico, un querido amigo escribió unas líneas que llamaron mi atención. “El país -dijo- está más enfermo de odio y desconfianza que de cualquier otro mal”. El aserto tiene gran peso en estas semanas en las que la lucha contra el coronavirus, por mezquindades políticas, se da en dos frentes: el médico, y el de los medios de comunicación.
Coincido con lo afirmado por el espontáneo redactor del facebook, plaza virtual que, para vergüenza nuestra, ha venido a sustituir los antiguos patíbulos. Si no todas, la gran mayoría de las voces que allí se vierten van por el discurso del odio, por la senda del rencor y muy pocos son, en contraste, los llamados a la mesura que tanto nos es necesaria en estos días.
Hoy la moda es atacar a Hugo López Gatell, quien está a la cabeza en la lid contra el Covid 19 en el país, y para ello se valen no sólo de información sesgada y dolosa, sino hasta de la calumnia. Las ruedas de prensa que ofrece, cuyo fin es informativo, han devenido en una suerte de toldos circenses en la que patéticos bufones, algunos con carné de periodista, tratan de denigrarlo.
En tal carpa, en la que la desinformación parece ser la meta de muchos, participan no sólo seres anónimos en pos de fugaz fama, que no de gloria, sino hasta actores como José Narro, exrector de la Unam vinculado con el PRI, que sin base intentó poner en entredicho la lucha del país -aunque no les guste la expresión-, contra la mortal pandemia.
Este es sólo un ejemplo entre el rosario de intentos por devaluar el esfuerzo oficial contra el Covid 19, un afán que ha resultado positivo. Los más de los embates son absurdos, fatuos, pero no por ello dejan de ser dañinos al difundirse en una sociedad crispada por el presente y, sobre todo, por un futuro económico inmediato que no se presenta halagüeño ni en México ni en el mundo.
Si el país sufre de tan grave mal, es tiempo de buscar su salud y acotar el contagioso virus del rencor en las redes sociales. En Alemania, recién se aprobó un plan de multas millonarias a facebook y otras plataformas que divulguen mentiras o no eliminen de sus páginas los discursos de odio. Sin duda, la “nueva normalidad” habrá de incluir este capítulo entre sus tareas.
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