Julian Santiesteban
La construcción de las coaliciones en Quintana Roo ha generado duras críticas, en general, a los partidos políticos, pero justo es decir que, antes concretarlas, todos sus integrantes pasaron por un proceso auto evaluativo en el que los únicos sobrevaluados fueron los partidos locales que se les unieron; de ahí en adelante, todos obtuvieron lo que consideran está en concordia con su fuerza electoral.
Parece verdad de Perogrullo, pero no lo es tanto, porque existen datos engañosos que los partidos esgrimen a la hora de negociar espacios, no sólo en procesos electorales, sino también en la administración pública. Por ejemplo, los partidos con mayor cantidad de militantes en Quintana Roo, de acuerdo a la evaluación hecha por el Instituto Nacional Electoral (INE), son el Partido del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista (PVE), con unos 20 mil afiliados el primero, y el segundo unos 13 mil; muy por encima de otros que históricamente han sido gobierno en la entidad como el Revolucionario Institucional (PRI) o el que, en teoría, actualmente gobierna, Acción Nacional (PAN), el cual aparece en el sótano, en cuanto a militancia se refiere, con apenas mil 800 afiliados, que no le alcanzarían ni para ser partido local, lo sostiene únicamente el registro nacional.
Esos engañosos datos, contrastan con el aporte real en las urnas, al PVE le han restregado su raquítico tres por ciento de aporte, mientras que el PT creció –como todos los aliados- gracias a la oleada que generó el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador. En lo local, ambos partidos obtuvieron, cada uno, una postulación a alcaldías, siete las tiene Morena; también una le dieron a Movimiento Auténtico Social (MAS), hermano en Quintana Roo de Fuerza Social por México –o por lo mismo con la misma “dueña de franquicia”, Cecilia Loría Marín-. De las cuatro diputaciones federales, dos encabezará Morena y dos el Verde. El PT no obtuvo, por las diferencias nacionales con la 4T. Y lo cierto es que lo que importa al actual régimen es el control de la Cámara de Diputados.
En la coalición de los albiazules, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), los tricolores y el llamado “partido joaquinista”, Confianza por Quintana Roo, hay plena conciencia de que las preferencias para la renovación de la gubernatura, en 2022, están del lado de Morena –así se lo confesó al escribiente uno de los negociadores-, por ello es que, para la elección del 06 de junio de este año, se empeñaron en construir un acuerdo que luce más equilibrado, de acuerdo a lo que cada uno aporta. No ha estado ajeno a las críticas, por ejemplo, que el PRI, ha aceptado dos candidaturas a alcaldías y una que otra regiduría, además de que, apenas en 2016, lo llenaron de calificativos los que aún gobiernan y ahora van juntos; pero lo cierto es que lo obtenido, también está en concordancia con lo que se aporta. Las evidentes y vergonzantes contradicciones (de pena ajena, por cierto), será la ciudadanía la que las califique con el sufragio.
Como habrá notado, el lector se ha referido a las aportaciones de cada partido como si de un patrimonio de cada uno se tratase, “su” voto duro, así suelen negociar, pero lo cierto es que los anhelos y aspiraciones ciudadanas no se reflejan en ninguna parte de esos acuerdos; es decir, las coaliciones, por mucho que el discurso se “adorne” en campaña, representan la repartición de un botín electoral, llanamente. Lo que al ciudadano le preocupa, las necesidades sociales en general, se atienden discursivamente en la campaña, pero la motivación de fondo es la obtención del poder para compartir sus beneficios.
Y bueno, por lo menos en esta ocasión, aunque en las campañas seguramente prometerán “el oro y el moro”, los del PAN-PRD-PRI- CQ han dicho que el objetivo es sacar a los de Morena-PT-PVE-MAS del poder, y estos últimos van a las urnas con el objetivo primordial de mantener el poder del Legislativo federal, que nadie se engañe entonces, soñando con que alguna intención hay de construir un mejor país; eso puede esperar.
COMENTARIO MORBOSO
El 07 de marzo, es decir en poco más de mes y medio, deberán inscribirse las planillas para la renovación de los once ayuntamientos, pero antes de ello, los partidos deberán realizar sus procesos internos para definir candidaturas y esa etapa, por lo menos en algunos municipios, no será tarea nada sencilla, por el contrario, las rupturas que muy probablemente haya en estas semanas, servirá para que partidos de reciente creación puedan “adoptar” a políticos para postularlos y lograr así competir solos en el proceso 2021, como lo ordena la normatividad vigente.
En Benito Juárez, habrá de determinarse mediante encuesta si se reelige Mara Lezama o se postula a Marybel Villegas; las apuestas favorecen hasta ahora a la senadora, por la coalición de Morena. En el PAN-PRD-PRI-CQ será candidatura común, pero también habrá encuesta interna. Según los enterados, el camino ha sido allanado para que el vocero del gobierno estatal, Carlos Orvañanos Rea, sea el abanderado común, quedaron atrás las posibilidades de postular a Gerardo Mora o a Jesús Pool Moo. Y en el municipio de Solidaridad se repite el escenario, Laura Beristain competirá con su regidora Bárbara Delgado y unos tres aspirantes más al banderín, mientras que entre los panistas definirán si postulan a Lily Campos Miranda o Cristina Torres Gómez, ambas diputadas locales. Y a ver si no termina venciendo Gabriel Mendicuti, que será abanderado de Fuerza Social por México.
Y por último, en Othón P. Blanco, el alcalde “moreno” Otoniel Segovia “ya no quiere queso, sino salir de la ratonera”, ansias tiene por que termine su periodo, deja un des gobierno profundo y ninguno de sus allegados luce con posibilidades de sucederlo, el proceso será disputado entre Alejandro Alamilla Villanueva, Roberto Erales Jiménez (ambos hasta ahora aspirantes a una diputación federal) y Yensunni Martínez Hernández, actual síndico. Del lado de los panistas, Juan Ortiz Cardín representa la oportunidad de competir, particularmente porque había en este lugar aspirantes que aparecen en el Registro Nacional de Personas Sancionadas por Violencia en Razón de Género.
Lo cierto es que, cualquiera que sea el destino de los alcaldes morenos, lo único cierto es que, las encuestas que les condicionan su futuro, no son un mero requisito partidista, sino muestra evidente de que su desempeño no ha estado a la altura de los anhelos ciudadanos, por eso sus opositores albergan esperanzas de derrotarlos y la 4T parece no querer riesgos, lo veremos el 07 de marzo, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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