DIANA ALVARADO 29 JULIO 2021.- Entre 1996 y 1998, el entonces Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León privatizó el sistema ferroviario mexicano, entregando concesiones por entre 20 y 50 años a empresas como:
Grupo Ferroviario Mexicano (Ferromex)
Grupo Acerero del Norte (Peñoles)
Medios de Comunicación y Transporte de Tijuana
Grupo Triturados Basálticos (Tribasa)
Además le entregó una concesión por mil 400 millones de dólares a Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM), asociada con la estadounidense, Kansas City Southern Industries.
Cuando finalizó su sexenio, Zedillo Ponce de León participó en el Consejo de Administración de Union Pacific, miembro del Grupo Ferroviario Mexicano (GFM) conformado por Grupo México e Ingenieros Civiles Asociados (ICA), a quien le entregó una concesión en 1997 para operar el Ferrocarril Pacífico Norte.
En total, las líneas que se entregaron en concesión cubrieron 22 mil 130 kilómetros de vía, es decir, el 84 por ciento de la red ferroviaria y el 95 por ciento del sistema ferroviario nacional a finales de la década de los 90.
De acuerdo con información del Instituto Mexicano del Transporte (IMT), el personal empleado era de 15 mil 500 personas y se contaba con mil 220 locomotoras y 254 mil carros de carga.
Para 2017, la infraestructura ferroviaria en México era de 23 mil 366 kilómetros de vía en operación, según la Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario (ARTF).
Al respecto, el Presidente Andrés Manuel López Obrador explicó:
“No se vio bien, no es ético. Zedillo promueve la privatización de los ferrocarriles y termina su mandato y se va a trabajar de asesor a una de las empresas que se beneficiaron con la privatización de los ferrocarriles nacionales”.
Recordó además que el primer ferrocarril se hizo en la época de la República Restaurada, iniciado por Benito Juárez, en una ruta que iba de la Ciudad de México a Veracruz, abarcando poco más de 600 kilómetros. Después, dijo, Porfirio Díaz hizo más de 20 mil kilómetros, comunicando a todo el país.
“Y llegaron estos tecnócratas, corruptos, irresponsables y, en un abrir y cerrar de ojos, acabaron con los ferrocarriles”, explicó.
La privatización ferroviaria
Los Ferrocarriles Nacionales de México fueron creados por Porfirio Díaz en 1907 y sirvieron durante la Revolución para trasladar tropas. Éstos fueron nacionalizados por Lázaro Cárdenas del Río en 1937.
Sin embargo, en 1995, al aprobarse una reforma al Artículo 28 de la Constitución dio inicio el proceso de privatización del sistema ferroviario mexicano.
Así, en diciembre de 1996, la empresa Transportación Marítima Mexicana, asociada con la estadounidense Kansas City Southern Industries y filial de Transportación Ferroviaria Mexicana, ofreció al gobierno de México mil 400 millones de dólares por la concesión de 3 mil 960 kilómetros de vías, tres locomotoras y cerca de 10 mil vagones.
Dicho tramo de vías férreas, que movía el 40 por ciento de la carga, se conectó con vías de Estados Unidos y Canadá.
En 1997 se pagó una concesión por 50 años, por 4.5 millones de dólares con Ferrocarril Pacífico Norte al Grupo Ferroviario Mexicano (GFM), formado por Grupo México, Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y la empresa norteamericana, Union Pacific.
Ferrocarril Mexicano (Ferromex) empezó sus operaciones en la línea de 6 mil 200 kilómetros un año después.
También se entregó una concesión por 20 años de la línea corta Coahuila-Durango al Grupo Acerero del Norte asociado a Industrias Peñoles, así como otra por 20 años de la línea corta Tijuana-Tecate a Medios de Comunicación y Transporte de Tijuana.
En julio de 1998 se anunció la concesión del Ferrocarril del Sureste por 50 años al Grupo Triturados Basálticos (Tribasa) por 322 millones de dólares.
Esas ventas se justificaron bajo el argumento de que 81 por ciento de las vías estaban en mal estado y el parque de vehículos operaba a 60 por ciento de su capacidad.
Luego, en agosto de 1999, Ferrocarriles Nacionales de México dejó de administrar y operar las vías generales de comunicación ferroviaria, así como de prestar el servicio público de transporte ferroviario.
Actualmente, Ferromex, Ferrosur de Grupo México y Kansas City Southern de México son las empresas que acaparan el 93.6 por ciento de la participación en las vías terrestres, según información de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario.
Ferromex y sus privilegiadas concesiones
Grupo México, de Germán Larrea Mota Velasco, ha recibido 33 concesiones desde la administración de Ernesto Zedillo, con vigencias que van desde los cinco hasta los 50 años, incluyendo el permiso para instalar anuncios publicitarios.
Así, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) le ha otorgado 20 de esas concesiones, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) le ha dado una y, de las 12 que le dio la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), destacan las vías Pacífico-norte, en Ojinaga-Topolobampo y la Vía Corta Nacozari, sumando 46 por ciento de la participación en el mercado.
Por su parte, de transporte de pasajeros, Ferromex también ofrece servicios turísticos en la zona de haciendas tequileras en Jalisco, llamado “Tequila Express” y otro en Barranca del Cobre, en la ruta del “Chepe”, que va de Chihuahua a Los Mochis, Sinaloa.
Mientras tanto, Ferrosur opera el 14 por ciento del total de participación, ha obtenido 12 concesiones desde Ernesto Zedillo hasta la actualidad, con vigencias que van de los 30 a los 50 años.
Ocho concesiones han sido otorgadas por la SCT, entre ellas, para las Vías Cortas Oaxaca y Sur, y otros cuatro de la Conagua.
Grupo México contra AMLO
Cuando, en mayo pasado, se llevaban a cabo las campañas electorales, Grupo México emitió una carta a sus empleados, colaboradores y accionistas para asegurar que las concesiones mineras, ferroviarias y carreteras que opera no son producto de corrupción como el tabasqueño denunció en ese entonces.
“El término ‘concesión’ no es sinónimo de corrupción ni de compadrazgo como se ha insinuado recientemente (…) Como empresario, creo en un modelo capitalista de libre mercado con un alto contenido de responsabilidad social”, escribió Germán Larrea, el segundo hombre más rico de México, según un conteo de la revista Forbes.
Al respecto, López Obrador respondió en un mitin que entendía que Larrea Mota Velasco “no quiera el cambio porque le ha ido muy bien. Él, antes de Salinas, no aparecía en la lista de los hombres del mundo (…) Aparece desde que Salinas le entregó la mina histórica de Cananea, en Sonora”.
Los dos se reunieron en Palacio Nacional esta semana para hablar sobre las víctimas de la mina Pasta de Conchos.
Sobre Kansas City Southern de México, dirigida por José Guillermo Zozaya Delano, el Portal de Transparencia registra siete concesiones por 50 años otorgadas por la SCT y Conagua para la vía ferroviaria del Noreste, que opera el 32.80 por ciento de la participación del mercado ferroviario.
“Hemos podido contactarnos con Obrador y todos los equipos de los candidatos y hablar de esto en términos de concesión; todos ellos nos han expresado directamente su interés en respetar los términos de la concesión y, por supuesto, el imperio de la ley. Entonces nos sentimos muy seguros en ese sentido”, expresó Zozaya en el periodo de elecciones respecto a la continuación de las concesiones.
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