El Minotauro /
Por Nicolás Durán de la Sierra /
Pasado el tercer informe y sosegados ya los actores del vodevil de instalación de la nueva legislatura, conviene advertir que se nos viene un alud de alzas fiscales como resultado de la iniciativa del Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2020, la que, de entrada, amenaza con reducir el monto del dinero que se destinará el año próximo a Quintana Roo.
Claro que es tela de jovial glosa el reparto de comisiones legislativas, como que la cartera anticorrupción quedara en manos de Eduardo Martínez Arcila, o que José Luis “Chanito” Toledo se colara como secretario de la Junta de Coordinación Política de la legislatura, desde donde evocará los tesoros idos, pero tiempo habrá para adobar a una diputación que promete ser muy entretenida.
De nuevo en el tema financiero, si bien la iniciativa de egresos no ha sido avalada por el congreso federal, Quintana Roo dejaría de recibir casi 200 millones, lo que se antoja “positivo” si se compara con las reajustes que se plantean para Estados como Chihuahua, con casi dos mil millones, o la propia Ciudad de México a la que pretenden restar siete mil millones de pesos.
Claro que tal política de “austeridad” o de “franciscana pobreza” ha causado protestas como la del gobernador de Durango, José Rosas, quien tras sufrir una resta de más de mil 800 millones, calificó al manejo financiero de López Obrador de inequitativo y advirtió que atenta contra el pacto federal. Caray con los gobernadores del norte, que no manejan el vals del eufemismo.
Este año ha sido difícil por las omisiones y las demoras en la entrega de participaciones federales y, por ello es que el gobernador Carlos Joaquín y Yohanet Torres, la titular de finanzas, hablan de “reingeniería financiera”, vals eufemístico que dulcifica voces como restricción del gasto, alza de impuestos y otras duras expresiones. El 2020, pues, no se anuncia fácil.
Sé el primer en dejar tu comentario de esta noticia