DIANA ALVARADO 21 ABRIL 2024.- Don Martiniano Pech Balam es un hombre de profundas raíces, es miembro de una las cuatro familias que fundaron Tulum y lo dice llanamente: él va con Portilla.
Es un hombre admirable de 83 años que aún trabaja, único, fue dos veces delegado cuando Tulum pertenecía al municipio de Cozumel, la gente por su notable desempeño le pedía que se quedará tres años más como delegado y fue el presidente del comisariado ejidal que consiguió el fundo legal del ahora rico ejido de Tulum.
El dinero que me daba en ese tiempo el municipio de Cozumel era para las mejoras del pueblo, no como ahora, recuerda Don Martiniano y asegura por eso Tulum está muy mal.
Sobre Jorge Portilla Mánica, el candidato a la presidencia de Movimiento Ciudadano dice que lo conoce desde que era un jovencito y que siempre ha ayudado a la gente.
Algo que es cierto, porque por otras fuentes se sabe que incluso participó con otros empresarios en la construcción de la carretera costera que hoy comunica a complejo hotelero eco chic más prestigiado y caro del mundo.
Sobre el grupo que quiere reelegirse es parco: no los conozco, nunca han venido a saludarme.
Una bomba formó la Caleta de Tankah.
Denesio, hijo de Don Martiniano, dijo que su padre es poseedor de una narración poco conocida sobre la formación de la Caleta de Tankah.
Que hace como 78 o 75 años cuatro de sus tíos, hermanos de su abuelo Cristino Pech Cocom, caminaban por Tankah, después de cargar con copra los barcos de los González de Cozumel, cuando encontraron semi enterrado en la arena un objeto metálico parecido a una boya.
“Ellos pensaron que era un tesoro, uno de ellos no hizo caso y siguió caminando hacia el pueblo, los otros tres se quedaron a desenterrarlo y tratar de abrirlo con sus machetes”, relata Denesio.
Cuando el que siguió caminado había avanzado un kilómetro y medio se escuchó una fuerte explosión:
“resultó que uno de los que creían que era un tesoro, con su machete, activó el detonante de la bomba y todo se chamuscó alrededor y las palmas tenían pedazos de ojiva, de ellos no se encontraron más que pequeñas partes que fueron depositadas en una cajita para poder velarlos”.
Antes de la explosión, toda esa zona era mar abierto, después una caleta , la de Tankah y el machete de uno de los tíos de mi papá Martiniano fue encontrado doblado por todas partes a 3 kilómetros de distancia, en el potrero de don Melin, concluyó.
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