Lo peor de Xóchitl Gálvez, virtualmente candidata única del frente amplio (¿?) integrado por PRI-PAN-PRD no es su falta de cultura, educación, lenguaje deslenguado vulgar, imagen caricaturesca, amén de múltiples contradicciones y estribillos; ya es calificada como la peor candidata que pudo haber, no es su imaginaria intención de sus creadores para “acercarla” a la plebe, a la banda, a los votos; no, su lanzamiento apoyado de inicio por López Obrador la encarrilo para desvielarse por su propio impulso. Nada de eso es lo peor.
Semanas atrás he manejado la hipótesis que ésta señora sería sustituida, por lo que sea o quien sea, fácilmente sería mejor Santiago Creel, Beatriz Paredes, Alito Moreno, bueno hasta el saco de pus, o cualquiera de los chuchos, cualquiera.
La señora Xóchitl ya demostró lo que trae y no es útil ni efectivo, salvo para quienes la manejan como marioneta. Esos que manejan una oposición desarticulada y sin argumentos, esos que pagan, los mismos empresarios que hoy están huérfanos del poder político.
Lo peor no es que va a perder, ni que no alcance su objetivo de siete millones de votos, llevando a la desaparición a dos partidos en coma inducido y desangrando las posibilidades del PAN. Pero eso no es todo. La tragedia de Xóchitl es la versión ridícula de la historia de la transición foxista de 2000 aplicada a un momento de la historia nacional visto por millones de mexicanos ya defraudados varias veces.
Durante cinco años la pedagogía política de Andrés Manuel López Obrador durante todas las mañanas logró su objetivo, despertar la conciencia de millones de mexicanos que –revisando la historia de México, reciente, moderna o contemporánea- pueden convalidar varias cosas, como por ejemplo:
La inutilidad y nefasta existencia de comunicadores “estelares” de radio y televisión que solo eran publicistas pagados y ofertados al gobierno federal y estatales para crear una imagen falsa de un presidente o gobernador, impulsarlo y lograr sus objetivos, los casos más patéticos fueron los de Vicente Fox y Enrique Peña Nieto.
La segunda lección es demostrar que la fortaleza y riqueza de México bien administrado sirve para promover el desarrollo y crear infraestructura digna. La tercera lección que utilizó AMLO en virtud de su respaldo popular es la capacidad de negociación con las más importantes potencias mundiales para generar respeto, desarrollo y crecimiento. Dejamos de ser marionetas del vecino poderoso.
En cuarto sitio se demostró –bien encuerados- que muchos empresarios favorecidos por un capitalismo de “cuates” simplemente eran unos traficantes de influencias y evasores del fisco, sin patria, sin nacionalismo, sin principios, sin vergüenza y que molestos cobran a ciudadanos comunes y corrientes, como yo, en centavos los miles de millones que ellos no quieren pagar para seguir enriqueciéndose impunemente, usted sabe a quienes me refiero.
Podría continuar dando más argumentos de la aportación de la candidatura de Xóchitl a nuestro devenir, pero el espacio me limita. Bienvenida Xóchitl para ayudar a ver el contraste y nuestro tamaño de país y las posibilidades de nuestro país para crecer más allá de ser la doceava economía del mundo y poder fortalecerlo aún más.
La historia es un proceso, con avances y retrocesos; diario leemos que vamos por el camino correcto, incluso con los lastres que arrastramos.
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