El Minotauro /
Por Nicolás Durán de la Sierra /
Al norte de Cancún, luego de Punta Sam y siguiendo la línea costera, está Isla Blanca. En esta franja de casi diez kilómetros ubicada en la zona continental de Isla Mujeres, en los próximos 15 años se planea edificar 27 mil cuartos de hotel; se espera que nazca un “nuevo Cancún” y lo será tanto por su tamaño, como porque se cometen ahí los mismos yerros ambientales que cuando se construyó el principal destino turístico de México.
A ciencia y paciencia de las autoridades ambientales, a simple vista destacan las grandes moles de concreto en la duna costera, espacio otrora ocupado por el mangle, en realidad por más de mil hectáreas de esta especie protegida, desde el 2010, por la Norma Oficial Mexicana 59 de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Semarnat…
Los enormes conjuntos hoteleros que corresponden a las cuatro etapas del proyecto, y a los que se dotara de servicios como electricidad y drenaje con una velocidad vertiginosa, desde luego que tienen apellidos ilustres: Hank Rhon, Hernández (Roberto, el que fuera dueño de Banamex) y se afirma que también Calderón Hinojosa, aparte claro está de los españoles Escarrer Juliá, de la cadena Meliá, y Riu Güell, de Riu Hoteles.
El atentado contra esta franja costera no tiene paralelo alguno. Apenas el pasado abril Aracely Domínguez, del Grupo Ecologista del Mayab, denunció que en el sitio se está acabando con la naturaleza, con nuestra principal oferta turística”. Cabe recordar que Alfredo Arellano Guillermo, al comienzo de su gestión como secretario estatal de ecología, sentenció que al turismo estatal le menguaba capacidad la falta de un adecuado manejo del medio ambiente. Sobra decir que, a casi dos años de su afirmación, la mengua persiste.
Pese a las alertas de ambientalistas y de los mea culpaoficiales, el desastre continúa y no hay visos de que el atentado vaya a ser detenido, que “poderoso caballero es don Dinero”, como dijera Francisco de Quevedo. En reciente nota del reportero Salvador Canto se informa que la cadena Meliá está rellenando con material pétreo, con sascab, un amplio tramo de playa en Isla Blanca para dotar al hotel Paradisus Playa Mujeres, de una artificiosa “alberca natural”.
Como se dijo, a ciencia y paciencia de las autoridades ambientales, la devastación continúa.
Sé el primer en dejar tu comentario de esta noticia