A Tiro de Piedra /
Por Julian Santiesteban /
El próximo gobernador –o gobernadora- de Quintana Roo, llegará por la vía del Partido Verde Ecologista (PVE), aunque no necesariamente en los términos que espera Jorge Emilio González, el “no tan Niño y no tan Verde”, quien anunció esta semana en Cancún que, en la próxima contienda de 2022, se coaligarán de nuevo con Morena. Ante ello, dicho partido tendría entonces a su tercer mandatario local de los últimos veinte años.
En los últimos procesos locales, el rumor de que el PVE ha demandado la gubernatura quintanarroense ha estado siempre presente, por cierto, apoyaron coaligados con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Félix González Canto y Roberto Borge Angulo, aunque no necesariamente fueron sus militantes; de hecho, si la demanda fuera que uno de los suyos sea el candidato, la única con posibilidades de acceder al espacio y tener capacidades reales de triunfo sería la actual alcaldesa de Puerto Morelos, Laura Fernández Piña, quien además preside la Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM), pero no más.
La declaración de Jorge Emilio González no sorprendió a nadie, el PVE trabaja ya en unión con Morena y el Partido del Trabajo (PT) en el Poder Legislativo de Quintana Roo, han encontrado en esa coalición la forma de convertirse en la cuarta fuerza política estatal, pero de eso a que uno de los suyos sea el postulado en 2022 estaría aún por verse, considerando que llevan la delantera los “morenos”; así que el próximo gobernante sí llegaría de la mano de los “verdes”, ¡faltaba más! A menos que el Partido Acción Nacional (PAN), el de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano y todos los partidos “pequeños” que se alíen, logren la postulación de alguien que haga frente a la oleada morenista que se ha impuesto en todo el país, lo cual se antoja prácticamente imposible.
De hecho, en una contradictoria declaración, González Martínez dijo estar alejado de la política, siendo dirigente nacional de su partido –así como lo lee-; ante lo cual el cuestionamiento sería ¿cree el lector que si tuviera posibilidad alguna el PVE de encabezar la coalición, el “Niño Verde” desperdiciaría la oportunidad de cumplir su eterno anhelo de gobernar Quintana Roo? No, fuera del mismo dirigente o de Fernández Piña, no se observa probabilidad alguna de un candidato verde, en un adelantadísimo proceso que arrancó apenas cumplida la primera mitad del gobierno de Carlos Joaquín González.
Más aún, los diputados locales del PVE trabajan –muy por lo bajito- por obtener la alcaldía de Benito Juárez, donde se ubica Cancún, el destino más importante de Latinoamérica, ante la baja de popularidad de la actual presidenta, María Hermelinda “Mara” Lezama Espinosa, pero hasta ahí tendrán que entrar en negociaciones, pues han surgido nombres en Morena que parecen también adelantados en la obtención de la candidatura, como los de los diputados federales Jesús Pool Moo y Mildred Ávila Vera; y muy insistentemente el de la actual presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo) del Congreso local, Reyna Durán Ovando. Ante ello, el PVE sí tendrá gobernador –o gobernadora-, pero porque apoyará a quien Morena postule en el 2022, sólo eso.
COMENTARIO MORBOSO
Primero Michoacán sentó precedente a nivel nacional al aprobar una modificación a su código penal para encarcelar hasta por 10 años a los empleados bancarios que se coludan con criminales para cometer asaltos; y ahora Chihuahua, aprobó por unanimidad una reforma a su respectivo Código para permitir la legítima defensa de ciudadanos que sean robados con violencia. Ambas modificaciones, lo ha dicho el escribiente, representan importantes oportunidades para la XVI Legislatura quintanarroense para posibilitar que los ciudadanos tengan mecanismos legales para defender su patrimonio y recursos.
En Quintana Roo, el diputado del Partido Verde Ecologista (PVE), Gustavo Miranda García, presentó desde octubre de 2019 una iniciativa similar, pues hasta ahora la norma local establece que la legítima defensa debe tener proporcionalidad; es decir, que si el delincuente atraca a su víctima con un cuchillo, este sólo puede defenderse con un arma similar, hágame el “favrón Cabor.” El Código penal chihuahuense establece que podrá repelerse la agresión, de cualquier manera bajo cualquier circunstancia y utilizando los mecanismos o los elementos que tenga a la mano y de ninguna manera quien se defienda puede ser imputado penalmente.
Aún más, en un país en el que el ciudadano lo mismo es atracado por criminales como por malos policías que cometen excesos, la norma del estado norteño puntualiza que la víctima podrá golpear, herir, incluso matar al delincuente o policías y estará amparado por la ley, pues es conocido que hay casos de supuestos guardianes del orden que entran a los domicilios, aprovechándose del uniforme, y cometen abuso de autoridad y allanan domicilios para robar. Ahí la oportunidad, ojalá la iniciativa “verde” de Gustavo Miranda sea ya abordada en la entidad; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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