A Tiro de Piedra /
Por Julian Santiesteban /
El Congreso de Quintana Roo tendrá en la XVI legislatura la primera transformación profunda en su régimen interno, un proceso cuyos cuestionamientos permitirán afinar la norma, pero que ha evidenciado las “conveniencias” de los actores; pues el mérito de lograr la transformación es de todos, como también los vicios evidenciados. No hay buenos ni malos; hay políticos en busca de control, poder y acceso a las arcas.
Lo bueno: Al desaparecer la Gran Comisión y crear en su lugar la Junta de Coordinación Política (Jucopo) se acaba con la concentración de poder en un solo partido, pues ahora la presidencia será rotativa cada año; lo malo: con ponerse “de acuerdo” todo vuelve a lo de antes, sólo que ahora oficializado el reparto, por ello se requiere la participación ciudadana para incidir en la agenda legislativa; gobernanza le llaman.
Lo malo: Sí existió la intención de dejar al actual contralor por tres años más, a grado tal que el diputado José de la Peña (que presidirá la Jucopo por un año) ha dicho que se intentó construir un “paquete de impunidad” similar al que dejó la legislatura anterior; lo bueno: que la situación puede revertirse apenas inicie la XVI Legislatura a propuesta de la nueva mayoría; lo peor: es que el legislador asegura que la permanencia del funcionario en turno nunca se discutió y el dictamen se mantuvo oculto hasta que el viernes anterior se publicó; pero ¿durante los cinco meses anteriores, escuchó usted alguna queja? ¿Alguna otra fracción o diputado ha levantado la voz? Claro que no, y ahora le explico por qué.
En la nueva ley orgánica, se oficializa una “prestación” que hasta ahora se otorga a cada diputado pero con escaso fundamento presupuestal, sólo integrado a la dieta mensual; el escribiente se refiere a los gastos de “gestión”; pues ahora los legisladores tendrán que instalar una oficina en su distrito y tener entonces derecho al recurso, ¿cuánto? Pues unos treinta mil pesos mensuales, más veinte mil pesos de gasolina…ah y por supuesto que las casas de gestión estarán a cargo del Congreso –por lo menos así se infiere con la lectura de la norma publicada-; claro, se establece también en ley la obligación del legislador de acudir periódicamente a su distrito, ¿pero no es acaso ya parte de la tarea? Parece más una justificación para el gasto. ¿Por qué esto no ha sido denunciado en público? Note el lector, que no se trata pues de un villano buscando impunidad, sino de 25 complicidades; tantas como legisladores existen.
Ciertamente, con una presidencia rotativa la discusión de temas y avances en la agenda puede ser más ágil y la incorporación de demandas ciudadanas es más factible, sólo falta que haya voluntad de los legisladores –y ahí la puerca tuerce el rabo– la modificación estructural es modernista en algunos aspectos (salvo que ciñen la designación en algunos cargos a los abogados, eso es limitativo) y sin duda representa el mayor legado de la XV Legislatura a la historia local y protección a la plantilla laboral; y aunque hay avances de legalidad en el manejo de recursos, a la Cuarta Transformación le corresponderá profundizarlos.
Otro ejemplo, la actual Dirección de Gestoría y Apoyo a la Comunidad será ahora Dirección de Atención Ciudadana, será la que coordine las casas de gestión y con ello se asegura solo que a “todos les toque y todos repartan”, cuando en realidad esos “apoyos” debieran acabarse, tal y como sugirió a todas les entidades el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) desde 2018, además de otros temas que por cuestión de espacio no se abordan.
Así, en lo político puede haber avances, pero en la administración del dinero sólo hay “mayor repartición” y además legalizada; así que en el nacimiento de la nueva ley orgánica todos deben asumir su responsabilidad y los futuros legisladores, más que golpeteo, debieran hacer compromisos públicos para acabar con los excesos hasta ahora permitidos; ese es el reto para quienes asumirán la labor a partir del 03 de septiembre, eso pudiera generar verdaderos ahorros y profesionalización legislativa; no se trata sólo de cambiar al contralor interno, sino profundizar la transformación ya iniciada; sólo así podrán evaluarse las verdaderas intenciones de todos los actores políticos.
COMENTARIO MORBOSO
Morena será la fracción que primero presida la Jucopo en la XVI Legislatura a partir del 04 de septiembre, así que existe el tiempo suficiente para preparar reformas a la ley orgánica publicada, una tarea que deberá ir a la par de la construcción de mayoría legislativa y los diputados deberán demostrar que verdaderamente serán diferentes, que su tarea incidirá en positivo a la sociedad, que más allá del control, este se busca con el propósito elevado de hacer mejor las cosas, no sólo para asentarse políticamente en la entidad. Lograr lo anterior no debiera generar encono con los demás poderes del estado, por el contrario, demostraría que el poder sirve a la sociedad, no sólo al grupo ganador.
¿Por dónde comenzar? Sugiere el escribiente dos áreas torales, además de la modificación normativa que se inicie: La designación del Secretario general –hasta ahora oficial mayor- para efectos internos, y la revisión a la permanencia del auditor Superior del Estado; seguramente se discutirán temas de seguridad, de economía, de administración pública en general, pero que la estridencia no sea signo de gatopardismo. El secretario de Gobierno, Francisco López Mena, ya advirtió en la semana que transcurrió que los espacios en la administración pública no están sujetos a negociación, pero los mencionados por el redactor dependen de la legislatura, así que ir al fondo es el reto, y los quintanarroenses esperan resultados antes que confrontación, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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