Si bien por la fuerza electoral de Morena en el Estado se da por hecho que tanto Anahí Gonzáles como Eugenio Segura ocuparán dos de las tres curules senatoriales por Quintana Roo, ello no implica que sus candidaturas no sigan en el escrutinio público y, antes que nada, en el de sus propios cófrades, es decir de las bases guindas que habrán de llevar a cuestas el peso de la elección.
Es en esta base, en su entramado interno, en donde la figura de ella, actual diputada federal, ha recibido las críticas más acres, sobre todo por ser postulada por la “cuota indígena”, lo que para algunos es hasta de risa, a pesar de que, se alega a su favor, la mayoría nacional tiene sangre nativa en mayor o menor grado. Con todo, se da como un hecho su llegada al Senado nacional.
Eugenio Segura, el aún secretario estatal de Finanzas es, por mucho, la carta fuerte de la gobernadora Mara Lezama en el proceso que se avecina y, se asegura, es parte del grupo de sus posibles sucesores. Egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México entre otros grados, su presencia mediática y política ha venido a la alza en los últimos semanas sobre todo por su trabajo financiero.
La verdadera lucha electoral pues, se dará por la tercera senaduría, e irán por ella los partidos Verde, Acción Nacional y, ahora, con Roberto Palazuelos, Movimiento Ciudadano. Desde luego, la estructura electoral de los verdes lo ponen a la cabeza, pero el desgaste sexenal bien puede pasar factura en este proceso a favor del PAN o Movimiento Ciudadano.
En este ámbito político, surge la figura de Lily Campos, la alcaldesa de Solidaridad, único municipio estatal no guinda, y quien busca la reelección, aunque no se descarta, a última hora, que pudiera ir por la senaduría ahora en manos de Acción Nacional. Ella y Palazuelos son las únicas voces de relieve que podrían evitar que Morena se lleve el carro completo a mediados de año.
Sé el primer en dejar tu comentario de esta noticia