A Tiro de Piedra /
Por Julian Santiesteban /
Los saqueos, motines, la movilización ciudadana enardecida –con motivo o con pretexto- para las próximas semanas en México, son escenarios que ya prevén los cuerpos de seguridad nacionales y estatales, ante indicios que ya se han presentado; lo que nos hace entender que, en la afectación y temor desatado por la pandemia del Covid-19 hay muchas situaciones colaterales que deberán atenderse y que requerirán de toda la capacidad del Estado para mantener relativamente el orden, ante la evidencia de que, en situaciones extremas, el pueblo no es tan “sabio ni tan bueno.”
Un diagnóstico elaborado por la Dirección de Logística y Adiestramiento, y de Planeación y Análisis Estratégico de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que encabeza Alfonso Durazo Montaño –según dieron a conocer hace algunos días medios nacionales-, señala que “ante situaciones de emergencia sanitaria como las que actualmente se enfrentan, pueden desencadenar eventos de alteración del orden y la paz públicos por el pánico social generado, la escasez de productos de primera necesidad, de artículos de sanitización y desinfección o bien, afectaciones al funcionamiento de los servicios médicos de atención u hospitalización…”, y para el caso de Quintana Roo, el titular de Seguridad Pública, Alberto Capella Ibarra, difundió un video a través de sus redes sociales este fin de semana, a propósito de lo que le tocará realizar.
Capella Ibarra reveló que ha recibido llamadas de preocupación por las acciones que deberán emprender, recalcando que, hasta ahora, no existe motivo alguno para que alguien, aduciendo afectaciones por el Covid-19, pueda llevar a cabo alguna alteración al orden o algún acto ilícito, destacando además que, el plan instrumentado desde el gobierno estatal permitirá aminorar los efectos negativos de la pandemia. Pero, independientemente de que se observa una actuación a tiempo por parte de los cuerpos de seguridad, tanto nacionales como estatales, la coyuntura nos hace recordar que entre el “pueblo bueno” y la sociedad solidaria ante la catástrofe también existen resabios de la peor ralea a los que hay que controlar, y no precisamente con “besos y abrazos”, menos ahora, por el Covid-19.
Y si al lector le parece un escenario muy lejano el de los saqueos pretextando desempleo o falta de oportunidades, permítame comentarle que medios locales ya publicaron este fin de semana los llamados para organizar saqueos en diferentes partes de Quintana Roo, pretextando la pérdida de empleo y la falta de oportunidades, así que la previsión anunciada por las corporaciones policiacas estatales y federales parece estar en el tiempo adecuado, sin que ello represente tampoco, adelantar represión alguna.
Ciertamente, el escribiente ha destacado en diferentes espacios que la pérdida de empleos será el factor más difícil en la recuperación económica después de la pandemia, pero por ahora, la Unesco, por ejemplo, ha destacado que la mitad de los estudiantes del mundo, es decir más de 850 millones de niños y jóvenes, están sin clases debido a la epidemia del coronavirus. Las universidades y escuelas han cerrado en 102 países y parcialmente en otros 11; y quiérase o no, ese factor también es importante de considerar en materia de seguridad. En todo México, los estudiantes no tienen clase, muchos no respetarán las medidas sanitarias, ¿en qué se ocuparán?
No puede partirse de la premisa de que, ciudadanos desocupados equivalen a delincuentes, quien delinque lo hace no necesariamente por haber sido despedido o por no tener ocupación, pero en la dinámica de proteger a todo un país o entidad, no puede obviarse tampoco esa posibilidad, pues esa situación equivaldría entonces a querer calmar a los delincuentes a regaños, acusándolos con su mamá, dándoles abrazos y no balazos, o mostrando signo de asco con un simple “fuchi, guácala”; no, prever los escenarios es importante para impedir su concreción.
Millones de desempleados, de los cuales, en Quintana Roo serán unos 44 mil, la situación no es sencilla, la presión sobre el Estado será mayúscula, ojalá la preparación de un plan de acción sea suficiente. De nuevo, nadie es llamador del caos, sólo narrador de coyunturas; y esta en particular, requerirá más de inteligencia que de fuerza, porque “la masa no piensa” y una ciudadanía desbordada puede rebasar al gobierno, si no es que la pandemia lo rebasa antes.
COMENTARIO MORBOSO
El viernes, por la tarde noche, del Tribunal Superior de Justicia despidieron a su director de Recursos Financieros, Luis Alain Matos Argüelles, acusado reiteradamente y de manera formal de acoso sexual en contra de diferentes trabajadoras de esa institución que, se supone, imparte justicia a los quintanarroenses.
Bien, en principio, pues las afectadas dejarán de padecer una conducta que era reiterada a pesar de las denuncias interpuestas, pero el asunto hiede ante los rumores de que la separación del cargo habría sido una negociación con las más altas instancias del Poder Judicial del Estado, entiéndase el magistrado presidente, Antonio León Ruiz, quien habría asegurado que no habrá sanción alguna por las conductas ilegales cometidas, a cambio de dejar libre el puesto administrativo. ¿Pues no el Tribunal, se supone, es de Justicia?
Más aún, desde noviembre de 2019, el presidente del Colegio de Contadores del Estado de Quintana Roo, José Polanco Bueno, reveló que, cuando Matos Argüelles presidió ese organismo, el 40 por ciento del ejercicio presupuestal tuvo observaciones, y que el ahora ex funcionario fue solventando a “cuentagotas” con facturas, logrando la comprobación de unos 3.2 millones de pesos, quedando pendientes 1.8 millones que jamás comprobó, y ante lo cual también sería denunciado penalmente. Vaya desempeño de un contador que, se supone, es experto en el ramo, presidió el organismo que los aglutina y era además el responsable financiero de un poder constituyente del Estado, ¿será que le harán alguna investigación interna en el Tribunal, o además de no sancionarlo por acoso, lo dejarán partir en absoluta impunidad? Una muestra del estado que guarda la justicia en la entidad, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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