Por Julian Santiesteban
La condición de seguridad es una tarea conjunta, pero no se trata de eufemismos sino de circunstancias reales y de procesos de transformación inmediatos que impactarán a instituciones y futuras generaciones de profesionistas, y ojalá que sea para bien; pero además exige la participación activa de los habitantes de la entidad, sin que se asuma la “vieja confiable” de “para eso pago impuestos”, pues son los mismos individuos los que degradan el entorno y tejido social y acaban no sólo con la condición, sino también con la percepción de comunidades en paz y desarrollo.
Por partes, primero habrá que poner atención al proceso de transformación de la Secretaría de Seguridad Pública, a partir de la iniciativa enviada por la gobernadora del estado, Mara Lezama Espinosa, pues además de las estrategias y acciones “hacia afuera”, también se pretende un trabajo “hacia adentro”, es decir, la profesionalización de los policías. Se ha planteado, por ejemplo, la creación de la Universidad de Ciencias y Disciplinas de la Seguridad. Lo que no queda claro, es si ello implicará la desaparición de la Licenciatura en Seguridad Pública, que ya imparte la Universidad Autónoma de Quintana Roo (Uqroo), o si, en realidad, se trata de algún tipo de plantel dependiente de la máxima casa de estudios. Parece un proceso intrascendente, pero implica la modificación de todo un modelo de enseñanza y aprendizaje, pero además requerirá de una enorme bolsa presupuestal que, por lo pronto, habrá que ver si se dispone de ello.
Imagine, por ejemplo, el reclutamiento de académicos en materia de seguridad, la adecuación de instalaciones, el desarrollo administrativo ante las instancias educativas para darle formalidad y validez a los conocimientos impartidos. Lo más sencillo, sería utilizar las instalaciones de la actual academia de Policía, pero aun falta la parte académica…y un dato no menor, de hecho, de la mayor importancia: El enorme déficit que ya existe en cantidad de policías. Si la profesionalización supone una mejora también las percepciones y grados, pudiera resultar atractivo…pero si los egresados saldrán de la licenciatura a la tropa, no parece ser una circunstancia atractiva…por ello la importancia en el seguimiento.
Pero a nivel de conciencia social también es fundamental seguir y participar, la actual situación de violencia no solo indica que va en incremento, sino que, cada vez es menos gestionable y será, en consecuencia, menos efectiva cualquier autoridad. El problema, evidentemente, es internacional, pero tiene que gestionarse desde todos los ámbitos. En los cinco años de la administración de Andrés Manuel López Obrador, las estadísticas oficiales muestran que, hasta este sábado 08 de abril, se contabilizan 150 mil 861 homicidios dolosos -atendiendo al discurso oficial, la naturaleza de los asesinatos implica su involucramiento con el crimen organizado-; pero también en local las estadísticas son alarmantes, pues en seis meses de gobierno estatal, se han superado las 370 muertes violentas. A este ritmo se superará el promedio de violencia del sexenio pasado.
Si esto es así, puede inferirse, es porque hay un mayor involucramiento local con el crimen, la competencia por los territorios es más agreste y el tamaño del negocio y la dependencia social con respecto al mismo, evidentemente, ha crecido; y a esa problemática se suman los delitos del fuero común. Imagine a un padre de familia exigiendo seguridad en su entorno, mientras uno de sus vástagos es el ladrón de la colonia. Note qué tan contradictorias resultan las exigencias de justicia de padres y madres, mientras toleran que sus hijos o ellos mismos, vendan droga o sean asesinos a sueldo. ¿Ha escuchado acaso, que alguna persona de la tercera edad sea de esos sicarios que anda en motocicleta baleando personas en Quintana Roo? Evidentemente no, casi siempre se trata de jóvenes y, en muchísimos casos, adolescentes. Todos ellos, tienen padres, familias disfuncionales si gusta, pero todos, son fruto de la descomposición gradual y progresiva. La situación es tan indeseada como intolerable.
Así, si a todos conviene vivir en paz, todos debemos de contribuir a ello, de ahí la importancia de la iniciativa enviada por la actual administración. Es importante y fundamental la prevención, como importante es reforzar el combate a los delitos que ya se cometen. Pero no pierda de vista el lector lo urgente que resulta contar con el recurso humano para formar nuevos elementos policiacos profesionales, siempre y cuando también, exista la posibilidad de crecer profesionalmente en el ramo de la Seguridad; porque la seguridad como condición social, la construimos todos…o simplemente será siempre insuficiente.
COMENTARIO MORBOSO
Y a propósito de seguridad, el Gabinete del ramo urgió hace dos semanas, a los municipios de Quintana Roo a profundizar también la tarea preventiva. Hay que recordar que las corporaciones municipales, tienen como tarea fundamental inhibir el delito y, aunque desde hace años existe la llamada coordinación interinstitucional, para combatir todo tipo de delitos, los del fuero común son su responsabilidad directa. Pues bien, lo malo de la coyuntura -y ojalá haya un llamado más enérgico, en el respeto a la autonomía, pero siempre con la mirada clara en el beneficio común- es que los municipios, están viendo el tema de la seguridad desde el punto de vista “empresarial”, por decir lo menos.
¿Ejemplos? El Derecho de Saneamiento Ambiental será usado ahora para comprar equipos policiales, para financiar “capacitaciones” -siempre tan oportunas para “diluir” los recursos públicos-; para equipar bomberos y así sucesivamente, cuando el fundamento para crear este gravamen fue la conservación del medio ambiente. Pero ni conservación ambiental ni mejora en la seguridad, pero eso sí, negocio seguro… ¿y nada dirán las autoridades estatales? Porque entonces el negocio va “con aval” ¿o no? Por ese tipo de circunstancias, los recursos públicos engordan carteras privadas, pero también más temprano que tarde evidencian la naturaleza real de los gobernantes, ya veremos qué ocurre en Quintana Roo y sus municipios; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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