Julian Santiesteban
No es que, lo hecho hasta ahora, no cuente, pero lo verdaderamente trascendental está por venir. El 04 de enero se cumplen 100 días de haber iniciado la actual administración estatal; por costumbre, se suelen hacer y/o anunciar ajustes a los gabinetes y acciones. Sin embargo, el mes de enero de 2023 representa el arranque real del quinquenio de Mara Lezama Espinosa, pues antes del 24 de este mes, deberá presentar al Poder Legislativo a los quintanarroenses, su Plan Estatal de Desarrollo, cuya promoción ya inició en toda la entidad y cuyo diagnóstico es brutal.
Por partes, la costumbre de hacer una evaluación parcial de los gobiernos, a los cien días de asumir cargo, va mucho más allá de México, la inició Franklin Delano Roosevelt, en Estados Unidos, en 1933. Había ocurrido el derrumbe económico de 1929 y casi la tercera parte de la población del país estaba sin empleo. El recién asumido presidente, se lanzó a la acción, poniéndose ese plazo para dar los primeros resultados tangibles. Desde entonces, gran parte de los países de occidente han adoptado la dinámica. En Quintana Roo, por lo menos en las dos administraciones estatales anteriores, el plazo transcurrió sin novedad, pero la actual mandataria sí anunció que haría dicha evaluación, así pues, en la semana conoceremos el resultado. ¿Ajustes en el gabinete? Difícilmente en el nivel más alto, la clase política –independientemente de su partido de origen- no reconoce, ni indirectamente, algún error cometido. Pero en la cohesión del gabinete en torno a una estrategia; en la exigencia de mayor contacto con la ciudadanía y los medios, en eso sí que hay urgencia.
En lo que se refiere al Plan Estatal de Desarrollo, de acuerdo al Artículo 70 de la Ley de Planeación del Estado de Quintana Roo, se establece como plazo máximo para presentar dicho documento, los 120 días desde que se inicia la administración, es decir, el 24 de enero próximo. En la zona norte del estado, han sido ya colocados anuncios espectaculares que dan cuenta del preocupante diagnóstico estatal: “cinco de cada 10 habitantes, vive en pobreza”, “uno de cada tres habitantes, padece hambre”, “nueve de cada diez, considera que la corrupción es habitual”; “seis de cada diez estudiantes, no acuden a la universidad” y así por el estilo.
Los anuncios son apenas un esbozo del terrible diagnóstico que tiene la actual administración; no debieran ser estos los indicadores del que es el motor turístico de México, es absolutamente incongruente la dinámica económica con la del desarrollo, resulta incluso insultante que una entidad que recibe 30 millones de visitantes por año, no pueda generar las condiciones para que sus habitantes tengan que comer, donde educarse, que sus comunidades mejoren a partir de los esfuerzos de sus habitantes y el trabajo continuo del gobierno. No, por el contrario, es aquí donde las condiciones neoliberales se han acentuado como nunca: los ricos, más ricos…y los pobres, a niveles de miseria.
El Plan Estatal de Desarrollo, o el Nuevo Acuerdo Para el Bienestar, como lo ha denominado la administración de Mara Lezama Espinosa, ciertamente, será el documento rector para las acciones de gobierno, en el mismo se podrán conocer los objetivos a alcanzar y, evidentemente, el punto de partida. Y es justamente aquí donde vale la pena detenerse a analizar; porque aquí no hay “pacto” o discurso que alcance. La administración deberá mostrar –como ya lo está haciendo- los resultados del gobierno que concluyó; el de Carlos Joaquín González. Por lo pronto, lo que difunde por estos días muestran a una administración perdida, un gobierno de retroceso, una entidad que retrocede más de lo que avanza. Y no, aquí no cabe la excusa de la pandemia por Covid19, sobre todo porque llegó en los dos últimos años del “joaquinismo”, ¿qué se hizo entonces en los cuatro años previos?
Para el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, Joaquín González, es su propuesta de embajador en Canadá. “Nos ayudó mucho”, dice el mandatario. Y no miente, pero no es lo mismo ayudar al presidente, que dar resultados a los quintanarroenses. Tal vez el juego de palabras es lo que no han notado los críticos. En resumen, en el diagnóstico que se presente, se podrá dimensionar el daño de lo no hecho y, ahí, no hay protección posible, a menos claro, que las intenciones actuales, sean minimizar los propios esfuerzos y resultados. Esta semana pues, conoceremos la evaluación de los primeros 100 días de gestión y el 24 de enero, el Plan con el que se gobernará y la dimensión de la desgracia pasada.
COMENTARIO MORBOSO
Irónico, el mismo día que se cumplen los primeros 100 días de gestión de Mara Lezama Espinosa, su antecesor, Carlos Joaquín González, estará compareciendo ante los senadores de la República, para presentar sus intenciones de ser ratificado como embajador de México en Canadá. Más allá de lo que el mandatario señale, la sola campaña del Plan de Desarrollo del gobierno estatal actual, sirven para mostrar los “logros”, pero casi seguramente ese factor será ignorado, pues al día siguiente, el 05 de enero –el jueves de esta misma semana-, la Comisión Permanente sesionará y, casi seguramente, el ex gobernador quintanarroense será ungido embajador.
Y es que no se espera desastre diplomático mayor, pues del 09 al 11 de este mismo mes, se llevará a cabo en México, la Cumbre de Líderes de América del Norte, evento en el que el ex mandatario sería ya presentado como diplomático. Así que, ante la obediencia casi castrense que hay entre los practicantes de la 4T; que no se atreven a contradecir al líder ni de broma, habremos de acostumbrarnos en lo local a leer entrelíneas, y encontrar en el Plan de Desarrollo, la “callada” crítica y el profundísimo rezago vivido en el más reciente sexenio, mientras allá en el centro de la República se entrega una embajada como pago por “habernos ayudado”, parafraseando al mandatario federal, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.
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